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Facebook admite que las redes sociales "corroen" la democracia

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Facebook arrancó el año 2018 con el propósito de su jefe, Mark Zuckerberg, de querer "arreglar" la red social por antonomasia. Sólo ocho días después, el fundador de la plataforma iniciaba este arreglo tras anunciar que los usuarios comenzarían a ver en su muro, también conocido como News Feed, más publicaciones de amigos que de páginas de medios de comunicación, empresas o marcas. Según datos aportados a posteriori, las noticias pasarían de representar el actual 5% del muro a un 4%.

Ahora, han ido más allá y han iniciado una reflexión con una serie de publicaciones en su blog en la que se preguntan sobre los efectos de las redes sociales en la democracia: "Si hay una verdad fundamental sobre el impacto de las redes sociales en la democracia es que amplifica la intención humana, tanto buena como mala. En el mejor de los casos, nos permite expresarnos y actuar. En el peor de los casos, permite a las personas difundir información errónea y corroer la democracia". En un post en la zona de medios, Samidh Chakrabarti, responsable de producto de colaboración cívica, asegura que Facebook fue creado "para conectar a amigos y familiares, y ha destacado en eso. Pero a medida que un número sin precedentes de personas canalizan su energía política a través de este medio, se está utilizando de formas imprevistas con repercusiones sociales que nunca se anticiparon".

Chakrabarti también explica que, aunque "las redes sociales hacen que sea más fácil para las personas tener voz en el gobierno: para debatir cuestiones, organizarse en torno a las causas y responsabilizar a los líderes" y que sirvieron durante la Primavera Árabe, las cosas han cambiado. "Las elecciones en Estados Unidos de 2016 pusieron de relieve los riesgos de la intromisión extranjera, las noticias falsas y la polarización política", admite el directivo que apunta que "el efecto de las redes sociales en la política nunca ha sido tan crucial".

Desde su punto de vista, y aunque se declara una optimista, Chakrabarti asegura "el daño que Internet puede hacer que la democracia no funcione bien". Es más, el responsable de producto de colaboración cívica admite que en 2016 Facebook fue "demasiado lento" para reconocer "cómo los malos actores estaban abusando de nuestra plataforma". Eso sí, también asume que este "cambio" no lo puede hacer solos: "Queremos iniciar una conversación abierta sobre las preguntas difíciles que plantea este trabajo".

Sobre la interferencia rusa a través de Facebook durante las elecciones que ganó Trump, Facebook admite que, aunque lo desconocían en el momento, se crearon "80.000 mensajes que alcanzaron a cerca de 126 millones de personas en Estados Unidos durante dos años". "Este tipo de actividad va en contra de todo lo que representamos. Es aborrecible para nosotros que un estado-nación usara nuestra plataforma para librar una guerra cibernética destinada a dividir a la sociedad", explica Chakrabarti que también reconoce que deberían haberlo hecho mejor. ¿La solución? Una política más transparente, un mayor control de los anuncios electores y una herramienta para identificar propaganda.

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Encuestas para luchar contra las noticias falsas

La interferencia rusa no es el único frente abierto de Facebook: su guerra contra las noticias falsas es otro punto a tener en cuenta. A parte del cambio de algoritmo anunciado por su jefe, Chakrabarti apuesta por seguir quitando publicidad a quién alimente este tipo de contenido y seguir confiando en los consumidores para detectarlas. Eso sí, este directivo admite que, incluso con todas "estas contramedidas", la batalla "nunca terminará": "Las campañas de desinformación no son operaciones de aficionados. Están profesionalizados y constantemente intentan jugar con el sistema. Siempre tendremos más trabajo por hacer".

Una de las primeras medidas puesta en marcha será la habilitación de encuestas para que sus usuarios decidan qué fuente de noticias son fiables y priorizar así sus contenidos en el futuro nuevo muro frente a los de otras páginas. Así, como parte de sus próximas encuestas de calidad, Facebook preguntará a los usuarios si están familiarizados con una determinada fuente de noticias y, en caso afirmativo, si confían en ella.

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