Al menos
una mujer ha fallecido, más de 400 personas han resultado heridas y más de 200 han sido arrestadas durante las protestas en la mañana de este sábado en Francia, donde
más 280.000 personas han salido a las calles en 2034 manifestaciones por todo el país, según el balance oficial el ministro del Interior, Christophe Castaner recogido por
Le Figaro. Esta última actualización se produce después de una noche "agitada en ciertos sitios", según explica
Le Monde.
Entre los 409 heridos hay 14 con diagnóstico grave, incluidos policías y bomberos, según el Ministerio. Con respecto a los 282 detenidos, el último balance incluye las 73 detenciones durante la noche, lo que ha provocado que 157 personas pasaran a disposición policial.
En la concentración de los Campos Elíseos de París, la más importante, la Policía ha empleado
gas lacrimógeno en la tarde del sábado. Por la mañana también se han empleado gases lacrimógenos contra los manifestantes que cortaban una vía en Egratz, Alta Saboya.
La muerte de la mujer, según las primeras pesquisas, se ha debido al atropello de un motorista que circulaba por el departamento de Saboya, en el oeste del país, y que podría haber sufrido un
ataque de pánico mientras conducía, móvil del accidente mortal, según han informado tanto Castaner como la Prefectura de Policía de la localidad. Por su parte, en Arras, un hombre de 71 años, atropellado por un automóvil, ha resultado gravemente herido. Su vida, sin embargo, no corre peligro. Un segundo manifestante también fue derribado −si bien no resultó herido−, y se desató una pelea entre
chalecos amarillos y el motorista.
Los
manifestantes han paralizado varias autovías del país, así como accesos a depósitos de combustible, representados por el
movimiento social de los chalecos amarillos, enfrentado a la subida del impuesto a los carburantes propuesta por el Gobierno del presidente francés,
Emmanuel Macron. La manifestación más importante ha sido la de París, donde los
chalecos amarillos han atravesado los Campos Elíseos en dirección a La Bastilla.
Con ingresos por valor de 33.800 millones de euros previstos para 2018, el impuesto sobre hidrocarburos o TICPE es el
cuarto ingreso fiscal más importante para el Estado francés, por detrás del IVA y los impuestos sobre la renta y sobre las empresas. Según informa el Gobierno francés y recoge Europa Press, se espera que el TICPE aumente su valor cada año hasta 2022, con otros 3.700 millones adicionales. Esta subida está relacionada con el llamado
plan de transición energética con el que Francia quiere eliminar la dependencia de la economía de los combustibles fósiles, así como fomentar el desarrollo de las energías renovables y cumplir con los compromisos firmados en los
Acuerdos de París contra el Climático para reducir el calentamiento global.