Lee o desaparecerán

23 de abril es una fecha que subraya y resalta en negrita la importancia de los libros: lecturas colectivas del Quijote, reportajes en televisión, espacios en radio, páginas en prensa… Y esa fiesta grande callejera en la que Cataluña se inunda de libros y de rosas.

23 de abril es el día en el que muchos lectores –entre los que me encuentro– inundamos las redes sociales con una ola de títulos y colgamos capturas de fragmentos de novela, ensayo o poesía. O publicamos fotos de cubiertas de aquellos libros que hemos leído o de los que prometemos leer. Y hasta mostramos selfies con nuestros libreros y libreras favoritas.

23 de abril es un día importante para editores, agentes literarios, libreros, ilustradores, diseñadores, maquetadores, comerciales, traductores, correctores… y para el resto de profesionales que intervienen en la creación de un libro, para los miles de trabajadores de una industria.

23 de abril es un día emocionante para los autores, que reciben por parte de sus lectores mensajes de cariño y de complicidad. Y aquí, la que suscribe y escribe, asegura que cada uno de ellos es un pellizco en el corazón, porque has puesto mucho del tuyo en cada letra.

23 de abril es un día en el que muchos lectores llenamos nuestros muros o estados digitales de frases bonitas sobre la lectura que pronunciaron autores célebres, de citas anónimas, de reflexiones propias… Como expresión y reivindicación de la lectura como experiencia imprescindible, del libro como bien de primera necesidad.

Pero la mejor de todas las frases que escuché este viernes, Día del libro, la dijo Shun, seis años, cuando fue a la cama de su padre a despertarlo muy alarmado:

–¡Papá! ¡lee un libro!

–¿Por qué?

–¡Porque si hoy no se lee, los libros desaparecen!

Hacerse un Charles Michel

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Mi primera reacción, cuando su padre me lo contó, fue una carcajada seguida de un “me lo como”. Porque la voz de los seis años está tan llena de ternura y de inocencia, tan rebosante de esa pasión infantil que vamos perdiendo, al tiempo que perdemos el colágeno o el pelo, que cualquier reflexión a esa edad resulta insuperable.

Pero es que además la reflexión es brillante. Shun no sabe que su frase podría haberla firmado un filósofo griego, un hombre del Renacimiento o un gran experto en marketing y comunicación. No es consciente de que en nueve palabras lo ha dicho todo.

23 de abril es una fecha preciosa, pero no es más que un día. Hoy es 24 de abril, lee hoy y mañana y al otro porque si no leemos, los libros desaparecerán.