La Protesta del 29O

Una marcha contra Rajoy, pero con la ira centrada en Felipe González y Susana Díaz

Madrid sale a la calle: “No podemos seguir así”

Ana García

"Ante el golpe de la mafia, democracia". Ese es el lema bajo el que miles de personas tomaron este sábado el centro de la capital para mostrar su repulsa a la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno gracias a la abstención de 68 diputados del PSOE. La marcha, convocada por Coordinadora 25S, partió de Neptuno y terminó en la Puerta del Sol en vez de en el Congreso de los Diputados para evitar posibles altercados.

El lema principal estuvo acompañado de otros como "Vergüenza me daría ser Susana Díaz" o "Felipe, golpista, eres un fascista", en referencia al expresidente del Gobierno socialista, que tuvo un papel público relevante en el giro adoptado por el PSOE durante las últimas semanas, que le llevó a pasar del 'no es no' a una abstención que ha permitido la reelección de Rajoy como presidente. Así que en la marcha para protestar por la investidura del candidato del PP, la mayor parte de las iras se centraron en dos políticos socialistas.

El gran despliegue policial movilizado por Interior –un millar de agentes antidisturbios– fue evidente incluso en calles no tan cercanas al Congreso. Estos agentes fueron blanco de casi tantas críticas como los políticos: "vergüenza", "traidores", "perros del Estado". Al paso de la cabecera por Alcalá, los agentes se colocaron cascos y guantes, acto que fue interpretado por los manifestantes como una clara provocación, intesificando sus gritos. Fue después de la manifestación cuando se produjeron algunos incidentes.

"Hay como unas 3.000 personas que están yendo en manifestación antes de la pancarta [de cabecera] y, cuando han pasado, estaban en actitud tranquila y con el casco en la mano. En cuanto ha pasado la pancarta, les han avisado y se lo han puesto. Así generan tensión" señalaron a infoLibre desde la organización.

Para evitar que este tipo de tensiones desemboquen en altercados, "la asamblea convocante decidió tener un servicio de autodefensa", en este caso un cordón humano, que "sobre todo intenta que la manifestación transcurra sin problemas y evita que haya cualquier tipo de de agresión externa", además de "mediar en situaciones como esta, en las que el despliegue está diseñado para provocar".

"Traición" fue la palabra más habitual con la que los manifestantes se refirieron a la abstención del PSOE, pero también hubo quien la calificó de "golpe de Estado" e incluso "broma". "El PSOE ha traicionado a sus militantes y ha tirado por la borda las luchas de su pasado". 

Pero la actuación del PSOE no es la única razón que motivó a estas personas a salir a la calle. "No queremos el Gobierno de un partido que en cualquier país democrático estaría ilegalizado", "este Gobierno no representa la democracia", "estoy a favor de lo que ha votado la mayoría, que no ha sido este Gobierno", señalaban otros manifestantes.

La marcha concluyó en la Puerta de Sol. Allí, tras la lectura del manifiesto, se instó a los presentes a seguir saliendo a la calle: "Es desde la movilización social como se logran los cambios. Por eso, esta manifestación queda ahora desconvocada, pero la lucha sigue y con más motivos que nunca".

La sensación de que "no podemos seguir así" era la transmitida por las miles de personas que salieron ayer a la calle en Madrid. Los organizadores cifraron la asistencia en más de 150.000 manifestantes y la Policía redujo esa cifra a 6.000.

Presencia política en la manifestación

Según recoge Europa Press, el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, el diputado de Podemos Rafael Mayoral y uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero, hicieron acto de presencia poco antes de las seis de la tarde en la protesta.

Puño en alto, los dirigentes se despidieron de un grupo de seguidores en el control policial de la calle Zorrilla, junto al Museo Thyssen, antes de asistir en el Congreso a la segunda votación en la resultó investido Mariano Rajoy.

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Incidentes tras la protesta

Una vez disuelta la manifestación y levantadas parcialmente las restricciones a la circulación en las calles aledañas al Congreso de los Diputados, un grupo de manifestantes se trasladó al acceso a la Cámara Baja desde la calle de Cedaceros. A la salida de los diputados, sobre todo de Ciudadanos, un centenar de los concentrados allí abuchearon, insultaron y lanzaron objetos contra ellos, alcanzando en ocasiones a periodistas, según publica Europa Press.

"Hoy a la salida del Congreso me han llamado puta y me han tirado una lata de cerveza. Me quedo con la democracia y no con la violencia", relató en su cuenta de Twitter Patricia Reyes, diputada de Ciudadanos.

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