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XIX Congreso Nacional del PP

Santamaría y Casado llegan al Congreso en "guerra total" y muy igualados en apoyos

Santamaría y Casado en imágenes de los últimos días de campaña.

El proceso de renovación de la presidencia del Partido Popular está a punto de concluir. Este viernes, a las 16.30, arranca el XIX Congreso Nacional de los conservadores y 3.082 compromisarios elegirán un día después al sucesor de Mariano Rajoy. En las papeletas, dos nombres, el de Soraya Sáenz de Santamaría y el de Pablo Casado, dos dirigentes del PP que llegan a la cita tras días de mucha tensión y muy igualados en apoyos. "No estábamos acostumbrados a estos procesos con más de un candidato. En los últimos días, la guerra ha sido total", define un dirigente conservador.

Conscientes de que las últimas horas antes de la votación son claves para mover a los indecisos y asegurar los votos de los ya convencidos, desde ambas candidaturas se esforzaron en trasladar la idea de que son ellos los que van a ganar. "Es pura psicología, a nadie le gusta ir con el perdedor", valora un dirigente regional. Además, en esta batalla, como en todas las batallas políticas similares, hay un factor a tener muy en cuenta: posicionarse a favor de quien pierda el congreso puede poner en riesgo las aspiraciones de quienes hayan decidido tomar partido.

A primera hora de este jueves, desde la candidatura de Santamaría eran más optimistas que desde la de Casado a la hora de poner cifras a la victoria. José Luis Ayllón, integrante del equipo de la exvicepresidenta, informaba desde su perfil de la red social Twitter de que ya contaban con el apoyos del 63% de los compromisarios "y subiendo". Los fieles al exvicesecretario de Comunicación, por su parte, ubicaban su triunfo en el 53% de los apoyos. Avanzada la tarde, estos números experimentaron un crecimiento importante: el 71% votaría a favor de Casado, el 25% a favor de Santamaría y un 4% de compromisarios no habría decidido todavía el sentido de su voto.

La votación está prevista para primera hora de la mañana del sábado, tras los discursos de ambos candidatos. Si no cambia el horario previsto, a las 13.00 horas se proclamarán los resultados y, poco después, el ganador subirá al escenario para dirigirse a los compromisarios en la que será su primera intervención como líder electo del PP. El escrutinio servirá para comprobar cuál de los dos equipos tenía razón a la hora de presumir de apoyos. Y es que para cuadrar los números que han venido dando desde ambos entornos, en el congreso tendrían que participar 900 compromisarios más de los 3.082 que realmente están llamados a votar.

"Intoxicaciones de última hora"

La última jornada no estuvo exenta de tensión. Hasta el punto que desde la candidatura de Santamaría se seguía alentando a ese pacto señalando que había "posibilidades reales" y desde la de Casado se llegó a extender el rumor de que la exvicepresidenta estaba pensando retirarse ante la "avalancha" de últimos apoyos que le estaban llegando a su rival. "Intoxicaciones de última hora", coincidían desde ambos bandos sobre estos dos escenarios con pocos visos de prosperar.

No obstante, la "avalancha" de apoyos a Casado si fue tal. Le llegó el respaldo de líderes regionales del PPdeG, excepto de Ourense; de José Antonio Monago, presidente del PP de Extremadura; la exministra de Sanidad, Dolors Montserrat; el líder del PP de Cataluña, Xavier García Albiol, y, sobre todo, de dirigentes del PP madrileño. Diputado por Ávila, Casado inició su carrera política como presidente de las Nuevas Generaciones del PP de Madrid, con Esperanza Aguirre como presidenta. De ahí saltaría a la Asamblea de Madrid, donde fue diputado. 

También buscaba Casado dar imagen de solidez, fortaleza y de cercanía a los gobiernos de Rajoy con la comida de exministros a la que acudió. Una reedición de lo que se conoció como G-8, el grupo de los miembros de los Consejos de Ministros de Rajoy más críticos con Santamaría. El exvicesecretario se fotografió y compartió mesa con María Dolores de Cospeldal, Dolors Montserrat, Isabel García Tejerina, José Manuel García-Margallo, Rafael Catalá, José Manuel Soria y Juan Ignacio Zoido. Los exministros, por su parte, emitieron un comunicado conjunto, al que se sumó Jorge Fernández, en el que manifestaron su apoyo a la candidatura de Casado.

"Esta candidatura representa la renovación y la experiencia necesarias que precisa hoy nuestro partido así como su consolidación como proyecto político más fuerte, más unido y ganador en España", podía leerse en el documento.

"Esta candidatura integra a cinco de los seis candidatos que se presentaron en la primera vuelta, demostrando una alta capacidad de integrar a una amplia mayoría de los militantes que votaron en la primera fase del proceso. Esta candidatura presenta un proyecto político ilusionante en defensa de la democracia, la libertad y la unidad de España", añadía.

Los firmantes se declaraban "orgullosos" del PP, de los Gobiernos del PP e "ilusionados" por el futuro.

Recuperar Moncloa

Sáenz de Santamaría ha hecho de su experiencia en la gestión, adquirida en los gobiernos de Mariano Rajoy, una de las principales señas de identidad de su campaña. De hecho, se ha definido a sí misma como la mejor candidata para medirse con el socialista Pedro Sánchez y recuperar el palacio de la Moncloa.

La foto de este jueves con los exministros fue la forma de Casado de mostrar que él también tiene un equipo "sólido y con experiencia detrás", dicen los suyos. Y que está orgulloso de todo lo que han hecho los Gobiernos del PP en los últimos años. No pasa inadvertido que en sectores del partido –hay dirigentes que señalan que Rajoy también está molesto– no ha gustado mucho que Casado criticara cómo se gestionó la llamada operación Cataluña y su reivindicación de los "principios y valores" del PP, algo que a no pocos recuerda a las etapas de José María Aznar y Esperanza Aguirre.

Si los defensores de Casado sacaban pecho de esta foto como ejemplo de "integración", de la que ya hay y de la que está por venir si ganan, sus críticos recordaban que sólo había logrado reunir a 8 ministros de un total de 24. "Hay 16 que no están allí. Y 16 son más de 8", aseguraba con ironía una diputada.

En contraposición con esa imagen de Casado con los exministros en un restaurante madrileño, Santamaría aparecía en una mesa junto a sus colaboradores comiendo unas pizzas en la sede nacional del partido.

 

Dos modelos de partido

Los candidatos han planteado una campaña en la que se enfrentan dos modelos de partido diferentes: el que reclamaba la vuelta de los "principios y valores" clásicos del partido y el de los herederos de Rajoy. Casado, que dice que es futuro pero que no reniega del pasado, ha hecho un discurso más ideológico. "De derecha sin complejos", define uno de sus colaboradores, más en la línea de los postulados de Aznar y Aguirre. De hecho, ha logrado atraerse apoyos de algunos "referentes morales" del PP, como por ejemplo la expresidenta del PP vasco, María San Gil. En contraposición con esto, el actual líder del PP de Euskadi, Alfonso Alonso, es uno de los principales apoyos de la exvicepresidenta.

San Gil dio un portazo a Rajoy en las semanas previas al XVI Congreso Nacional del PP, celebrado en Valencia en junio de 2008. Este acercamiento, unido a apoyos como el de Aguirre, ha llevado a que un sector del PP considere que Casado, por sus apoyos, llega para ganar lo que los dirigentes más conservadores del PP perdieron en 2008. De su lado se han puesto también los ultracatólicos de hazteoir.org. "Hay quien dice que se ganan elecciones renunciando a los principios: yo creo que se ganan gracias a ellos. Tenemos que ser todo a la derecha del PSOE, manteniendo la centralidad que da las mayorías absolutas", declaró esta semana Casado en una entrevista con El País.

Sin hablar de corrupción

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El PP llega a este cónclave después de Rajoy fuera desalojado de la Moncloa tras perder una moción de censura en el Congreso de los Diputados. La iniciativa, presentada por el PSOE, fue consecuencia de la sentencia del caso Gürtel. Pese a ello, el tema de la corrupción no ha estado muy presente en la campaña.

Mientras desde la candidatura de Casado se atribuye la pérdida de apoyos del PP de los últimos años, sobre todo, al abandono de los principios y valores, esto es, a cuestiones ideológicas, Santamaría no obvió este jueves la corrupción. "Perdimos tres millones de votos por la corrupción", dijo entrevistada en Onda Cero. "Con el caso de las tarjetas black bajaron las encuestas sobre todo para el PP", recordó.

Ligado a la gran duda, la de quién sucederá a Rajoy, el cónclave despejará otras dos. Una: ¿Corregirán los compromisarios el voto de los afiliados, donde Santamaría ganó por unos 1.500 votos? Y dos: ¿Integrará el ganador tanto como se ha prometido en campaña? Los candidatos tienen la obligación de plantear dos listas: una con 30 vocales a la Junta Directiva Nacional y otra, con 35, al Comité Ejecutivo Nacional. Entre estos 35 ha de estar el número dos del partido. Hay dudas respecto a si Casado y Santamaría desvelarán en sus discursos del sábado los nombres del núcleo de poder del PP, el Comité de Dirección. En todo caso, estos nombres han de ser ratificados en un Comité Ejecutivo Nacional a posteriori.

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