El Hombre Moderno
Ana Botella
"Estoy aquí para trabajar y no para medirme con nadie"Ana Botella
Y tiene razón, Ana Botella nunca se midió con nadie, escaló a los altares de la política impulsada por un cardado elevado más allá de su propia inteligencia.
Dirige los destinos de Madrid como si se tratara de una clase de pilates, reafirmando el suelo pélvico y aguantando la respiración.
Nunca se ha medido con nadie porque nunca tuvo necesidad de hacerlo. Burlando la lógica, Ana Botella norepresenta a ninguno de los madrileños. Insípida e inodora, Ana Botella desconoce que aunque ella haya bebido champán, la capital sigue oliendo a pis.
Evasiva y enormemente confusa, Ana Botella es de esas personas cuyo gusto estilístico le permite distinguir entre la mantequilla y la margarina.
Ana Botella, con una mantilla de lencería y zapatos de medio tacón, hunde la muralla electoral de su partido en las encuestas y lo hace con esa prepotencia de quien sabe que el futuro seguirá ignorando su pasado. Con altanería, afirmando que piensa seguir trabajando como hasta ahora, como si no supiera que precisamente es trabajar como hasta ahora lo que la separa del canapé oficial.
Desconozco si es entusiasmo o es basura ya que hasta ahora cada una de sus declaraciones, intervenciones, posados y conferencias provocan la inquietud de que no va a pasar nada.
Ya que hacer felices a los ciudadanos está fuera de su capacidad, lo que hace Botella es ofrecer un apasionante relato de la miseria asumiendo que en su salario ya se incluyen dietas por desplazamiento y desprecio.
En ocasiones sueño que Ana Botella aparece justo al lado de Oscar Wilde en la portada de Sgt. Pepper's.
En esta fría primavera del legítimo descontento, Ana Botella seguirá preparando sus discursos tratando de avivar una emoción vital que pretende comunicar a las masas escuchando el Cantajuegos.