Terraplanistas y otras criaturas fantásticas

Alguna lumbrera se ha dicho: faltan debates sobre el terraplanismo. ¿El intervencionismo yanqui en Gaza? ¿Las disputas arancelarias? Quita, quita: traedme gorros de papel albal. Desde que Iker ha virado hacia la ultraderecha, los loquitos están de saldo, así que los formatos periodísticos más punteros han sacado la red de arrastre.

Un futbolista retirado (el gremio, según me cuentan, está en su mejor momento) está opositando a mesías de los chalados. Como del balompié lo ignoro todo, he tenido que buscarle el currículo, no sea que además de medio centro el fulano fuese astrofísico. Ya es mala suerte: no se le conocen contribuciones al conocimiento universal, pero no es de extrañar que una estrella del Deportivo Artístico Navalcarnero y del Fuenlabrada Promesas acabe suscrito al boletín del planeta con forma de pizza.

Debemos agradecer a los compañeros del Partidazo la elevación del tal Javi Poves a la categoría de personaje nacional. «COPE, estar informado». Cuarenta minutos de no haber visto la curvatura del horizonte ni fiarse del Meteosat. El programa es de deportes, ¡compromiso informativo! Una preguntita sobre el fútbol femenino («las mujeres no pueden pretender cobrar lo mismo que los hombres») y loas a los partiditos en Arabia Saudí. «Si te obligaran a votar», aporta el astuto entrevistador, «[…] por tus ideas, por tu forma de expresarte, diría que a Podemos… ¡lo más reaccionario!».

Los debates los carga el diablo: pones a los lados de una mesa a uno que dice que el agua moja y otro que lo niega y, de repente, la sequedad de los líquidos se disfraza de idea razonable

Algún desvelado de Mediaset debió de tragarse la charleta y a la mañana siguiente telefoneó a Nacho Abad, su criminólogo de confianza. ¡Esto hay que discutirlo! ¡Servicio público, interés general! Los debates los carga el diablo: pones a los lados de una mesa a uno que dice que el agua moja y otro que lo niega y, de repente, la sequedad de los líquidos se disfraza de idea razonable. En fin, que un divulgador, un físico, el futbolista retirado y un influencer argentino se pusieron a rebanar un melón que ya cerraron los griegos, hace dos mil y pico años, usando un palo y ecuaciones.

He picoteado el programita, y bueno, la cosa da para lo que da: lo mismo que han visto en Youtube mil doscientas veces, pero con la mosca de Cuatro y el plató de una tele local.

Hay, sin embargo, una salvedad destacable. Pedro Buerbaum o Jordi Wild (insignes youtubers con millones de seguidores) llevarán a sus ágoras a los librepensadores más sofisticados del cotolengo pero, al menos, fingen interesarse por las majaradas imbecilísimas que les cuentan. Los presentadores de Código 10 (que así se llama el programa de marras) no tuvieron tanta finura. ¿Cuántas caritas de incredulidad y muecas de superioridad creen que caben en hora y veinte? 

«Locura total en vivo: Pruebas descabelladas para demostrar la forma de la Tierra llegan al límite, mientras Nacho [Abad] se ahoga de risa en pleno directo», tuiteaba su responsable de redes. Pues mira, si tan descabellada es la cosa, evitadnos el espectáculo, panda de cínicos.

No sé si recuerdan, pero antes, en este periódico, servidor escribía el horóscopo. Como quien tuvo, retiene, permítanme un par de vaticinios. Primero: en nada, estos zanguangos querrán atizarnos con una tertulia sobre los peligros de la pseudociencia. ¿Somos más crédulos? ¿Es culpa de los millennials? Segundo: Securitas Direct ya está preparando una campaña de miedo y desazón. «No puedes confiar ni en los geógrafos, contrata ya tu nueva alarma».

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