Qué ven mis ojos

El ‘tacticismo’ es la mezcla de la táctica y el cinismo

“Lo que algunos dicen sólo explica quiénes aparentan ser; lo que se callan, es lo que son”

La sombra es el espacio de los conspiradores, el lugar donde se fabrica el miedo, que en España siempre ha sido uno de los motores del poder

. La gente asustada se vuelve obediente, porque el terror es una telaraña que nos cose la boca, algo que entendieron a las mil maravillas, desde su brutalidad salvaje, los asesinos del golpe de Estado de 1936 y sus patrocinadores, cuyo gran éxito es que hoy, a los ochenta años del crimen, haya partidos que se niegan a condenar aquella insurrección de pistoleros sedientos de sangre, continúe en pie un monumento funerario al dictador que nadie ha tenido el coraje de desmantelar y hasta tengamos un ministro que alardea de ir a ese siniestro Valle de los Caídos a rezar cuando le apetece. Es una vergüenza que haya formado parte del Gobierno, y si la derecha continúa en La Moncloa no seguirá en él, no por lo que ha hecho sino porque le han cogido con las manos en la masa, pero su pase a la reserva es un bien menor, ya que nos deja como legado su ley mordaza y se llevará como recompensa que lo nombren embajador ante el Vaticano, que es lo que quiere. El Papa Francisco lo va a recibir como un dolor de muelas envuelto con un lazo. No cuesta casi nada imaginar que en los años miserables de la Guerra Civil uno habría sido falangista y el otro un cura rojo, pero afortunadamente vivimos tiempos muy distintos, por mucho que aún exista quien no se haya dado cuenta.

Lo contrario de las razones son las amenazas, que llueven sobre los ciudadanos con el afán justiciero de una plaga bíblica. No hay más que ver que para explicar con un dos por uno lo que son incapaces de hacer y lo que quieren hacer sin que se les note, se han tenido que inventar una palabra, que es lo que los farsantes hacen cuando no tienen nada que decir ni quieren que se los entienda. Esta vez se han sacado de la manga el tacticismo, que es un sustantivo que no existe en nuestro idioma, no está en el diccionario y las herramientas ortográficas de los ordenadores subrayan en rojo cuando lo escribes. Qué notable que los libros de estilo de los medios de comunicación hagan la vista gorda con estas cosas. Qué notable que el neologismo de marras suene al oído como una mezcla de la táctica y el cinismo. Igual las dos cosas son una simple casualidad.

No mires las líneas rojas, mira a qué lado de ellas está quien las ha pintado

El tacticismo es, por ejemplo, lo que le sirve a Albert Rivera para desandar el camino, pasarse al otro lado de sus propias líneas rojas y poner en la carta un menú a base de ruedas de molino que, básicamente, consiste en que al veto a Rajoy que llevaba por bandera lo sustituya un todo por la patria. Para disimular, lo ha llamado “una abstención técnica”, echando mano de un tipo de lenguaje que no desentonaría en el discurso de María Dolores de Cospedal sobre las “... indemnizaciones en diferido en forma de simulación de lo que antes era una retribución…”, y tal y tal.

En el PSOE, que es el otro partido al que aspiran a liar el PP y su legión de mensajeros de toda clase, antes de las elecciones de diciembre no había nada tan urgente como echar de La Moncla al PP; sin embargo, después de las de junio da la impresión de que importa más evitar que Podemos les pase por la izquierda. Una forma de que alguien no te adelante es ir a su lado, pero no parece que esa posibilidad se valore en la calle Ferraz y, sobre todo, en el Palacio de San Telmo, donde cualquier oferta que llegue de la formación de Pablo Iglesias es calificada ni más ni menos que de “chantaje.” Es preferible dejarse caer, hacerse el muerto, que el enemigo tropiece en uno y deje de avanzar, por lo visto. El drama de Pedro Sánchez es que sabe perfectamente que es imposible hacer barón y cuenta nueva, porque lo primero es lo contrario de lo segundo. Es lo que le gustaría y lo que pide a gritos la militancia, pero los líderes territoriales son fuertes, tienen experiencia, saben nadar entre dos aguas y no se les caen los anillos para decir que “a día de hoy” no dejarán que se siente en los bancos azules del Congreso la formación de la Gürtel, la Púnica, la financiación ilegal y Bankia, los sobresueldos y las cuentas en Suiza, Matas, Rato, Mato, Rita, Bárcenas o Granados…, pero que “si Rajoy logra más acuerdos”, tendrían que replantearse su posición. “No va a haber terceras elecciones, porque tendremos habilidad para encontrar una solución, y si no es ideológica tendrá que ser técnica", ha declarado el presidente de Castilla-La Mancha. Sobran comentarios.

Una pregunta flota en el aire y ya hay quien prepara sus escopetas para darle caza. ¿No será que hay quien intenta matar dos pájaros de un tiro, a Iglesias y a Sánchez? Quizás es que no ven otra alternativa si quieren sobrevivir. Quizás están convencidos de que el único espacio que les queda es el que hay entre Susana y la pared. Quizás estén equivocados en las dos cosas.

Más sobre este tema
stats