Peinado, un kamikaze protegido

Si la Justicia como poder del Estado tiene fallos sistémicos, el juez Peinado es un síntoma muy reconocible. Un magistrado puede ser conservador, pero no puede dejarse arrastrar por su sesgo. Tampoco por su incapacidad técnica para instruir. Por si desconocimiento del derecho. O por su voluntad para cometer una negligencia detrás de otra. Si el Supremo o la audiencia correspondiente archivan la causa, no habrá una acción disciplinaria contra Peinado. Ni reparación para el daño reputacional que haya causado. Un error hubiera sido comprensible. Uno detrás de otro, en cada pieza separada abierta, es algo más. Peinado va por libre y en dirección contraria al sentido común de una instrucción judicial desde el primer día. Lo ha hecho saltándose el sistema de garantías, la jurisprudencia del Supremo, inventando declaraciones, falsos testimonios, haciendo registros irregulares y una larguísima lista cual kamikaze de Plaza Castilla. 

El daño a la imagen de la Justicia (maltrecho por méritos propios) y a las personas atrapadas sin mucho fundamento en esta causa es probable que sea irreparable. Tiene razón Félix Bolaños señalando ese daño de Peinado a la imagen de la Justicia. Porque seguramente no esté en juego el futuro procesal del ministro de Justicia y Presidencia, pero sí está el Estado de derecho dentro del Poder Judicial para que abusos así ocurran a ojos de todos. La Comisión Disciplinaria del CGPJ debería estar para esto. Sin embargo, todas las denuncias a Peinado por prevaricación han sido archivadas. Y genera doble inseguridad que una causa que acumula tantos despropósitos cuente con la inacción del Poder Judicial. A estas alturas, al menos los mecanismos de información tendrían que estar activados. 

Peinado está alargando un procedimiento motivado por su obsesión por desgastar al Gobierno y colocar todo el espectro posible en una situación comprometida. Ya sea Begoña Gómez, Pedro Sánchez o Félix Bolaños. 

Peinado está alargando un procedimiento motivado por su obsesión por desgastar al gobierno y colocar todo el espectro posible en una situación comprometida. Ya sea Begoña Gómez, Pedro Sánchez, o Félix Bolaños

Abrió la investigación contra Begoña Gómez con la técnica de la pesca de arrastre basada en la batería de titulares fotocopiados por los ultras de Manos Limpias. Ahora, ha llegado al punto de pedir la imputación del ministro de Justicia de manera similar. Peinado fundamenta el falso testimonio de Bolaños en una falsedad suya. Inventándose las preguntas y respuestas del interrogatorio. Reconstruyendo el interrogatorio, Peinado preguntó a Bolaños “de quién ha dependido y depende Cristina Álvarez”. Y Bolaños respondió: “He hablado con Gabinete de Presidencia (…), me han dicho que efectivamente el puesto pertenece al Gabinete de Presidencia. Me han dicho que hay un responsable de coordinación del personal de Palacio (…)". Bolaños nunca dijo que nombrara a la asesora, pero el juez lo pone en su boca. En noviembre de 2024 hizo lo mismo con Juan José Güemes. Se inventó que la responsable de recursos humanos del IE dijo al juez que contrató a Begoña Gómez por ser “mujer de”. Le imputo y nunca lo dijo. 

Un juez pretende imputar a todo un ministro de Justicia con un escrito que no pasa primero de derecho. Que le llama investigado cuando está lejos de serlo y da a Begoña Gómez por muerta -confundido con el fallecimiento de su padre- como reflejo de no haberse releído su propio escrito. Y está tan fuera de sí, que pide una entrada y registro en el Palacio de la Moncloa para incautar una documentación que tiene desde hace semanas. 

Por recordar, Peinado empezó con la firma de los contratos de Begoña Gómez con el empresario Carlos Barrabés. La Audiencia anuló el registro por excesivo y sin garantías para el empresario. Lo mismo ocurrió con la influencia de Begoña Gómez en el rescate de Air Europa. El software creado para el máster de Begoña Gómez nunca estuvo a su nombre; lo estuvo el dominio por orden de la Complutense. Ahora estamos en la asesora que asiste a Begoña Gómez. Un puesto de asesora de libre designación tiene competencias para llevar las bolsas de la compra o enviar a su nombre un correo electrónico. Se puede debatir e incluso regular si la mujer del presidente debe tener asistente de confianza. Con la normativa que tenemos, puede. Así que, de nuevo, está investigando un supuesto delito inexistente. Da igual en la pieza donde se ponga el foco, Peinado no es el sistema judicial, es el fallo del mismo.