Telepolítica

Los votantes de Trump empiezan a dejar de apoyarle

José Miguel Contreras nueva.

La llegada de Biden y la salida de Trump a la Casa Blanca marcan un punto clave en la reciente historia de Estados Unidos. El discurso constructivo y de unidad impulsado por Biden contrasta sobremanera con lo vivido en las últimas semanas en torno al asalto al Capitolio por parte de seguidores del ya expresidente. Trump sale con el índice de aprobación de su gestión más bajo que ha tenido en sus cuatro años de mandato.

Según los datos de Gallup, sólo el 34% de los estadounidenses respalda su trabajo en la actualidad. Hace menos de un año, en marzo de 2020, contaba con la aprobación del 49%. El descenso de 15 puntos es muy notable y se ha producido de forma muy notoria en estas últimas semanas. En los sondeos que se han llevado a cabo tras los incidentes se muestran interesantes estados de opinión. El Pew Research Center ha hecho públicos datos relevantes esta misma semana.

Cierto optimismo de cara al futuro inmediato

La primera conclusión general es la más evidente, la radical diferencia de posiciones entre ciudadanos seguidores del Partido Republicado y los del Demócrata. La segunda parece indicar una cierta crítica hacia los comportamientos mostrados por Trump por parte de sus seguidores. De todas formas, aún subsiste un porcentaje nada desdeñable que mantiene su confianza en él. Antes del discurso de toma de posesión, la mayoría de la población (58%) aprueba los planes expuestos días atrás por Biden. Los que lo desaprueban (39%) representan un porcentaje menor al voto republicano de noviembre. De hecho, sólo uno de cada cuatro norteamericanos (28%) cree que el Gobierno de Biden hará que las cosas vayan a peor, mientras casi la mitad (46%) tiene una visión optimista del periodo que se abre a partir de ahora.

Cuando se pregunta de forma abierta a los ciudadanos norteamericanos por su reacción al ver la ocupación del Capitolio, el sentimiento más repetido (37%) es el de una emoción fuertemente negativa, unida a una sorpresa y preocupación por el país (14%) y a la culpabilidad directa a Trump y al Partido Republicano (13%). Otras respuestas que aparecían repetidas con un cierto peso eran las de crítica a la respuesta de las fuerzas de seguridad (9%), las que consideraban los hechos como un acto de terrorismo o una intentona golpista (8%) y también aparecían quienes dudaban de que los invasores fueran realmente seguidores de Trump (8%).

Muchos votantes de Trump no apoyan su comportamiento

Respecto a quiénes consideran que la conducta de Trump después de las elecciones ha sido buena o muy buena, el 95% de los demócratas no lo comparte. En el campo de los republicanos es llamativo que menos de la mitad defiende tal afirmación (el 44%).

Se obtienen resultados muy similares respecto a la consideración de si Trump tuvo responsabilidad en la ocupación violenta del Capitolio. Entre los demócratas la respuesta es casi unánime, al considerar que fue responsable directo (81%). Entre los republicanos, menos de la mitad (46%) cree que está libre de culpabilidad, frente a más de la mitad que considera que tuvo alguna o bastante responsabilidad (34% y 18%). Si unimos las dos preguntas anteriores, podemos concluir que más de la mitad de los votantes de Trump considera que no se ha comportado correctamente tras la elecciones y no le libera de su responsabilidad directa en incitar a la ocupación del Capitolio.

Los republicanos convencidos del fraude electoral

Ahora bien, estas afirmaciones hay que unirlas a dos aspectos no menos importantes. Prácticamente, dos de cada tres votantes republicanos (64%) creen con seguridad o con alta probabilidad que las elecciones han sido un fraude y que Donald Trump fue el auténtico ganador en las urnas. Evidentemente, en el campo demócrata apenas un 6% de los electores cree tal argumento.

En su intervención de despedida antes de subirse al Air Force One y marcharse de Washington, Trump lanzó un intrigante mensaje: "Volveremos de alguna forma". En relación a su futuro, el 57% de los republicanos cree que Trump debería seguir siendo una figura política relevante durante los próximos años. Este dato puede tener una doble valoración. Habrá quien piense que supone un significativo respaldo de sus seguidores. También puede leerse que es muy llamativo que casi la mitad de sus votantes no crean ya que Trump deba tener un futuro relevante en la política norteamericana. Desde luego, entre los demócratas no hay duda alguna. Sólo un 7% considera razonable su continuidad.

La opuesta explicación del resultado electoral

Otra cuestión que provoca una severa división entre la población estadounidense es la de interpretar las razones que han justificado el resultado electoral. Ante las diferentes explicaciones que pueden plantearse, sólo están de acuerdo ambos grupos en la decisiva influencia que ha tenido el hecho de que muchos ciudadanos pudieran votar anticipadamente por correo. En torno al 60% de ambos sectores lo cree.

Los demócratas defienden cuatro explicaciones principales. En primer lugar, la mala gestión del Gobierno frente al coronavirus (86% de los demócratas). La segunda opción más defendida (82%) es la movilización que supuso el voto anti-Trump. Finalmente, se inclinan por defender dos consideraciones. Por un lado, que Trump no fue capaz de animar el voto de sus bases (51%) y, por último, que Biden hizo mejor campaña que su adversario (47%).

Los republicanos por su parte apoyan tres justificaciones para explicar el resultado electoral: El fraude electoral (70%), la poca atención mediática a los defectos de Biden (66%) y a los éxitos de Trump (66%). El papel de los medios en favor del candidato demócrata lo consideran por tanto trascendental. Finalmente, casi la mitad (49%) de los republicanos también defiende que ha pesado enormemente el voto anti-Trump.

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Consumos de medios muy diferenciados

Respecto al consumo de medios de comunicación durante la campaña electoral, pueden observarse muy destacadas diferencias teniendo en cuenta la edad de la población. Esta es la característica que determina de forma más significativa el seguimiento de la información. Los más mayores (+65 años) han sido los principales consumidores de las noticias en los periódicos tradicionales (47%), en la televisión en abierto (38%) y en la televisión por cable (39%). Los votantes más jóvenes (18-29 años) mostraron unos hábitos de consumo completamente opuestos. Fueron los consumidores principales en las redes sociales (48%) y tuvieron una presencia significativa en los medios digitales (21%). La conclusión parece evidente: los medios tradicionales apenas tienen fuerza entre los jóvenes, mientras los más mayores siguen alejados del consumo en las redes como medio de información política.

Unido a lo anterior, hay que destacar que este pasado año 2020 ha supuesto un marcado descenso en el índice de confianza en las redes sociales como medio para entender los principales acontecimientos de actualidad. La tendencia parece clara. En 2018, el 36% de los encuestados afirmaba que las noticias aparecidas en redes sociales les ayudaban a interpretar mejor lo que ocurría. En 2020, ese porcentaje ha descendido al 29%. Por contra, ha pasado de un 15% a un 23%, en estos dos años, el porcentaje de gente que cree que las redes sociales le han aportado mayor confusión para conocer la realidad.

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