Plaza Pública

Respuesta desde Escocia a "la ley sin democracia" de Casado

Brigadistas Internacionales en Barcelona durante la Guerra Civil.

Félix Población

Sucedió en un parque de Escocia, donde desde hace años existe un monumento en memoria y homenaje a los brigadistas internacionales que lucharon contra el fascismo en la Guerra de España. El parque está situado en Mothenwell y apareció el pasado sábado garabateado con pintadas franquistas, sin que se nos diga nada de la identidad de los autores ni se especifique el contenido de las mismas, aunque es fácil de suponer por la dilatada experiencia que nos toca. 

Tampoco sabemos nada de Steven McGowan, residente en la localidad vecina de Wishaw, a quien quizá quepa relacionarlo de algún modo con uno de los brigadistas escoceses que combatieron en España, pero lo cierto es que Steven y su hijo de seis años pedalearon hasta Mothenwell para limpiar la pintura que había manchado el monumento. 

Una vez cumplida esa labor, ambos se fotografiaron ante la lápida que recuerda a los luchadores por la libertad, añadiendo unos emoticones que simbolizan la bandera tricolor de la segunda República Española, en cuya defensa murieron muchas de aquella “almas sin fronteras”, según las calificó el poeta Miguel Hernández. 

El mensaje de McGowan se hizo viral y hubo de dar una respuesta general a las miles de felicitaciones recibidas: “Totalmente abrumado por todos los mensajes de agradecimiento hacia mí y el pequeño Steven que hemos tenido desde el sábado desde todas partes. Hice todo lo posible para responder a todos, pero simplemente no es posible porque hay muchos. Gracias a todos por sus amables palabras”. 

Mientras, aquí, en el país que sufrió aquella guerra y los cuarenta años de dictadura impuestos por los vencedores, hemos de soportar a un jefe de la oposición que acaba de hacer una temeraria e inaceptable reinterpretación de la historia, con una afirmación que me parece de lo más grave que ha dicho un líder de la derecha en estas últimas cuatro décadas. Para Pablo Casado, la guerra de 1936 enfrentó a los que querían "democracia sin ley" con lo que querían "ley sin democracia". 

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Como bien debería saber este país y quienes lo habitan, y sabe la historia allá donde se la estudie con el debido respeto democrático, los que quisieron ley sin democracia aplicaron tras el fin del conflicto armado –originado por un golpe militar apoyado por las dictaduras nazi-fascistas– su querida ley, consistente en fusilar, encarcelar y represaliar a los vencidos. Aquí, con esa “querida ley” hubo ejecuciones hasta el mismo año del fallecimiento del dictador.

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Félix Población es periodista y escritor. Su último libro es La memoria nombrada (Ed. El viejo topo, 2018).

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