Torrejón, un modelo mortal Pilar Velasco
No se tome el adjetivo como algo despectivo, sino como una variable conductual. Por una causa o por otra, las realidades y anécdotas ligadas al negocio de los deportes de elite definen una parte importante del vivir de demasiadas personas –también pasa con el fútbol en los países pobres–, pero cada cual que moldee su manera de entender la vida. Acostumbrados al protagonismo de determinados ámbitos deportivos, medios de información muy chillones incluidos, en esta España de la confrontación nos despistamos en bagatelas. El hecho de que figuras del deporte cobren decenas de millones de euros al año no nos inquieta. ¿Cuál será su proporción frente al salario mínimo? La asimetría dineraria por el trabajo realizado no solo se da en España, alcanza a toda Europa y más allá.
Los millones dedicados a unos pocos deportes, profesionales, frente a los destinados a la investigación sanitaria deberían avergonzarnos
Mientras las pelotas van y vienen, un equipo coordinado por el microbiólogo de la Universidad de Zaragoza Carlos Martín ha identificado una vacuna, desarrollada por un laboratorio gallego, que podría acabar con la plaga sanitaria que es la tuberculosis. Comenzó su investigación a finales de los años 90 del siglo pasado. De ir bien las cosas, eliminaría la enfermedad infecciosa más antigua; sería especialmente vital para evitar estragos en millones de niños. Cada día mueren más de 4.100 personas de tuberculosis en el mundo y, en el año 2022, fallecieron más de 1,3 millones por esta enfermedad. La vacuna tiene vocación universal, porque el mínimo precio lo podría asumir cualquier país. Es una vacuna pensada para evitar desigualdades, no para el lucro farmacéutico. En la fase actual –es una de las mejor situadas entre los 17 ensayos mundiales– necesita 20 millones de euros; en su desarrollo total poco más de un centenar. Me pregunto si los más de 16 millones de asistentes a los encuentros de la Liga española del curso pasado, solo en la división de oro, no estarían dispuestos a donar poco más de un euro al año para relanzar la investigación. Si añadiésemos a quienes van al baloncesto o a las carreras de motos, etc., el presupuesto investigador estaría cubierto hasta 2028, el año de la esperada eclosión sanadora. La publicidad comercial podría ensalzar este hecho con un eslogan motivador: un euro para que la tuberculosis deje de matar.
Por desgracia, la mejora sanitaria, su deseo de universalidad, no forma parte de nuestra cultura general. Los millones dedicados a unos pocos deportes, profesionales, frente a los destinados a la investigación sanitaria, deberían avergonzarnos. Y en esto llegó el señor Trump con sus maniobras egoístas, parando la investigación.
____________________________
Carmelo Marcén Albero es socio de infoLibre.
Lo más...
Lo más...
LeídoPeramato reconoce ante el Congreso a García Ortiz y se compromete a sanar "la herida" de la Fiscalía
Manuel AltozanoIsrael participará en Eurovisión y varios países, entre ellos España, anuncian que no acudirán
infoLibreYolanda Díaz avisa en plena cumbre con Marruecos de que "no habrá cesión de tierra saharaui"
infoLibreTu cita diaria con el periodismo que importa. Un avance exclusivo de las informaciones y opiniones que marcarán la agenda del día, seleccionado por la dirección de infoLibre.
Quiero recibirlaDoña María Moliner: 'Hasta que empieza a brillar'
Ana María Shua y su 'Cuerpo roto'
Cartas de Maruja Mallo
¡Hola, !
Gracias por sumarte. Ahora formas parte de la comunidad de infoLibre que hace posible un periodismo de investigación riguroso y honesto.
En tu perfil puedes elegir qué boletines recibir, modificar tus datos personales y tu cuota.