'Caso Tándem'

Auge y caída de Ignacio Stampa, el fiscal contra viento y marea vapuleado por Vox, Villarejo y el Ibex35

El fiscal Ignacio Stampa dejará el caso Tándem tras más de tres años de investigación y la apertura de una treintena de piezas separadas, en lo que ya es la causa más grande que tiene la Audiencia Nacional entre manos. El Consejo Fiscal le ha retirado su confianza –no ha obtenido ningún voto favorable– y por tanto la fiscal general, Dolores Delgado, no le ha otorgado la plaza fija a la que optaba en Anticorrupción para seguir haciéndose cargo de una macrocausa que cuenta con decenas de imputados, algunos de los cuales no es descabellado pensar que puedan estar celebrando la salida de uno de los impulsores del caso.

Pero desde Anticorrupción advierten a todos estos investigados: “Seguimos”, han dicho fuentes fiscales a infoLibre, porque la marcha de Stampa no implica un abandono del impulso que se ha venido imprimiendo a la macrocausa desde el principio, allá por noviembre de 2017, cuando el comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo fue detenido tras meses de investigación que han revelado no sólo las actividades supuestamente delictivas del expolicía, sino una connivencia de sectores políticos, económicos y policiales con estas corruptelas.

Fruto de la investigación desarrollada por Ignacio Stampa y Miguel Serrano, el otro fiscal encargado de la causa, se han abierto piezas separadas sobre los trabajos de espionaje que Villarejo habría llevado a cabo para particulares, pero también por encargo directo de responsables de grandes empresas como BBVA, Iberdrola o Mutua Madrileña que reportaron al comisario grandes sumas de dinero, tanto en su etapa en la Policía Nacional como ya fuera del Cuerpo. Villarejo se movía como pez en el agua en estos ambientes, pero sin desatender sus contactos en la política, siendo su máxima expresión la pieza 7 del caso, Kitchen, sobre el espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas para supuestamente robarle información que se habría llevado del partido tras su despido.

Esta pieza está en un punto clave de la investigación: esta misma semana están citados como imputados en la Audiencia Nacional los máximos responsables del Ministerio del Interior durante los seguimientos, el exministro Jorge Fernández Díaz y el ex secretario de Estado Francisco Martínez. Los fiscales querían ampliar las pesquisas al PP y a la que fuera su número dos, María Dolores de Cospedal, si bien el juez Manuel García Castellón prefirió centrar el foco primero en Interior por ser el origen de los fondos reservados con los que se pagó el espionaje.

El caso Tándem, o Villarejo como se ha venido llamando por el principal investigado, pierde a uno de sus instructores, pero Serrano continuará al frente de la investigación, tal y como han confirmado desde Anticorrupción. El fiscal jefe, Alejandro Luzón, estudiará las opciones que se le plantearán una vez Stampa abandone su despacho y tomen posesión los nuevos fiscales para asignar un nuevo compañero a Serrano con el que hacer frente a la ingente cantidad de tomos de los que consta hoy por hoy el caso y los que están por venir, pues la causa parece no tener fin, toda vez que el comisario jubilado almacenaba en su domicilio cientos de miles de archivos que hay que desencriptar y estudiar por si tuvieran algún interés para la investigación.

Señalado en Lanzarote

Ignacio Stampa llegó a la Fiscalía Anticorrupción en comisión de servicio en la primavera de 2016 procedente de Lanzarote, donde se había hecho cargo a lo largo de doce años de investigaciones de las principales causas contra la corrupción abiertas en la isla. Allí también tuvo que hacer frente a informaciones en las que se ponía en duda su actuación y proveniente de aquellos años es una reciente sentencia del Tribunal Supremo que confirma la condena a un periodista por vulnerar el derecho al honor del fiscal por la "difusión de rumores e infundios" sobre su trabajo que carecían de la necesaria veracidad.

Un año después de la vuelta de Stampa a Madrid, el entonces fiscal jefe, Manuel Moix, le encargó investigar una denuncia que afectaba al comisario jubilado José Manuel Villarejo, muy condecorado pero al mismo tiempo ya salpicado por numerosas sospechas sobre sus presuntas actividades ilícitas. Después, se ha conocido que el expolicía ya había manifestado su predilección por Moix como máximo responsable de Anticorrupción. Éste asignó la causa a un recién llegado como Stampa sin saber que se iba a convertir en una de las mayores causas de la historia de la Audiencia Nacional.

Desde Anticorrupción muestran su respeto por la decisión del Consejo Fiscal, donde ninguno de los vocales que lo componen, ya sean conservadores o progresistas, ha dado su apoyo a Stampa. Pero sí consideran que se va un “buen fiscal” –su destino será ahora la Fiscalía Superior de Madrid– y que ha sido víctima de una campaña mediática que llegó a un punto en el que ya no era importante si las informaciones que se publicaban sobre su labor eran o no verdad.

Era de esperar que los vocales de la Unión Progresista de Fiscales (UPF) en el Consejo Fiscal tuviese otro candidato predilecto a la plaza de Anticorrupción que había solicitado Stampa, pues esta fue su postura hace dos años cuando se planteó la renovación de su comisión de servicio. La sorpresa de la reunión de este martes ha venido de los vocales de la Asociación de Fiscales (AF), a la que pertenece Stampa y que siempre le había respaldado en su trabajo en el Ministerio Público. La asociación conservadora justifica su cambio de postura a raíz de las numerosas informaciones que se han venido publicando en los últimos meses en las que se sugería una connivencia de los fiscales del caso, y más en particular de Stampa, con Podemos, partido que viene ejerciendo la acusación popular en el caso Villarejo desde el principio.

Según las fuentes consultadas por infoLibre, el foco se centró en Stampa una vez que salieron a la luz mensajes del chat interno de abogados de Podemos en los que una de las letradas, Marta Flor, alardeaba de su estrecha relación con el fiscal, aunque ella misma llegaba a admitir después que había exagerado. Este es el origen de los dos expedientes internos que se le abrieron a Stampa –uno de los cuales se ha archivado dos veces– y de la denuncia que presentó Vox por presunta revelación de secretos y sobre la que la Fiscalía Superior de Madrid aún tiene que pronunciarse. Aunque desde la AF aseguran que no ponen en duda la profesionalidad del fiscal, sí consideran que esta situación podía provocar que la macrocausa quedara comprometida, por lo que creen que hay que hacer "borrón y cuenta nueva".

En su opinión, por lo delicado de las causas que se instruyen en Anticorrupción, lo que se espera de esta fiscalía es que lleve a cabo su trabajo con el máximo "sigilo" y "discreción" y la presencia de titulares en los medios de comunicación que cuestionaban la actuación de Stampa no ayudaban a la "imagen de seriedad" que ha de transmitirse.

El hecho de que un fiscal de una causa con las dimensiones que tiene el caso Tándem sea apartado no tiene por qué perjudicar a la investigación, apuntan las citadas fuentes, y lo mismo opinan en Anticorrupción, aunque aquí sí lamentan que el grado de conocimiento que Stampa tiene sobre el caso, al que se ha dedicado los últimos tres años y medio, va a ser difícil de recuperar, al menos durante un tiempo, y por eso no creen que el Consejo Fiscal haya adoptado una buena decisión.

Campaña mediática alimentada por Navajas

Aparte de la "campaña mediática" que señalan desde Anticorrupción, tampoco han ayudado, apuntan las mismas fuentes, las palabras del teniente fiscal del Tribunal Supremo, Luis Navajas, el número dos en el escalafón del Ministerio Público y uno de los miembros de la carrera más veteranos que precisamente se jubila en apenas un mes. No fue una, sino dos las veces que cuestionó el pasado mes de septiembre la labor de Stampa al frente del caso Villarejo por las informaciones sobre la relación con la acusación popular de Podemos. "Cuando me enteré, me dio asco, vomité”, llegó a decir en una entrevista en Okdiario, y al día siguiente afirmó que si de él hubiese dependido, le habría destituido de Anticorrupción. Días después, se retractó y pidió disculpas al fiscal.

Las declaraciones de Navajas llegaron tras un verano en el que se había puesto en cuestión la interlocución que los fiscales tenían con la acusación popular de Podemos, una relación que desde Anticorrupción enmarcaban en el funcionamiento normal que puede haber en cualquier investigación penal. Pero todo se había alimentado por la trascendencia que había adquirido una de las piezas separadas del caso Villarejo, la número 10 llamada Dina sobre el robo del teléfono móvil de la exasesora del partido morado Dina Bousselham y la posterior publicación de parte de su contenido en medios de comunicación. El ahora vicepresidente segundo es uno de los perjudicados por estos hechos, pero el foco se centró en la actuación de Stampa y Serrano y en una supuesta connivencia con Podemos.

No hay que olvidar que los abogados del partido llevan desde el principio ejerciendo la acusación popular, mucho antes de que se abriese la pieza 10, y el cese de Stampa en Anticorrupción ha sido lamentado por algunos de los letrados de Podemos que conocen a fondo el trabajo del fiscal. "Muy mala noticia para el caso Villarejocaso Villarejo. El fiscal Stampa ha hecho durante tres años un trabajo ímprobo y ningún reemplazo podrá sustituir sus conocimientos. Para quien dude del poder e influencia que tienen los medios de comunicación cuando ponen a alguien en su diana", ha afirmado el abogado Alejandro Gámez en su cuenta de Twitter.

Una vez que Stampa abandone su puesto y tomen posesión los ocho fiscales que sí han obtenido plaza fija, el fiscal jefe de Anticorrupción estudiará sus opciones y asignará un nuevo compañero a Serrano de entre los 28 que componen esa fiscalía para que sigan la línea de trabajo marcado hasta ahora. Nada de eso va a cambiar.

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