REFORMA DE LAS PENSIONES

La CEOE ahonda su brecha con el Gobierno por las pensiones y Moncloa ve que se “retroalimenta” con el PP

Pedro Sánchez y Antonio Garamendi, en una foto de archivo.

A las 9.00 horas del jueves en el Palacio de La Moncloa se sentaban todos los ministros en torno a la mesa ovalada. Se había convocado a última hora de la tarde anterior un Consejo extraordinario con una de las reformas estrella: la de pensiones. Una satisfacción para los dos socios del Ejecutivo, que habían negociado en secreto durante meses.

El real decreto lo llevaba bajo el brazo el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. La tarde anterior había estado horas en el Congreso ante la Comisión del Pacto de Toledo presentando su plan. Y la sensación era unánime entre los grupos de investidura: el proyecto gusta y habrá luz verde. 

Un amplio consenso, pero que tiene dos grandes detractores: el PP y la CEOE. Los de Alberto Núñez Feijóo y los de Antonio Garamendi se han alineado en su rechazo al plan, que, en cambio, sí cuenta con el beneplácito de la Unión Europea tras estrictos exámenes y negociaciones.

Fuentes de La Moncloa reconocen que ven a la CEOE y al PP en posiciones muy duras respecto a esta reforma de las pensiones. Hay un fuerte malestar dentro del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones por la postura de los dos, y se recrimina a ambos actores que no hayan presentado sus propuestas alternativas y sí descalificaciones al plan.

Las "zancadillas" del PP ante la UE

Un miembro del Gobierno lo resume así: “¡¿Cómo van a dar su visto bueno los hombres de negro de Bruselas a la reforma si no fuera sostenible?!”. De hecho, fuentes del Ejecutivo consideran que tanto el PP como la patronal están intentando poner otra “zancadilla” al país ante la UE, en un momento muy complicado y en el que la reforma es uno de los hitos exigidos por parte de Bruselas a España para los desembolsos millonarios de los Fondos Next Generation.

Ya el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, remarcó esa idea en la cumbre hispano-lusa del miércoles en Lanzarote: “Quiero recordar que la derecha económica y la derecha política no creía que íbamos a ser capaces de llegar a una modernización del sistema de pensiones en nuestro país. Y lo hemos conseguido. Lo hemos logrado dentro del Gobierno de coalición”. Para rematar: “Creo que era evidente que después del posicionamiento de la gran patronal, la derecha política iba a anunciar su voto en contra. En fin, no hay tampoco grandes novedades en ver a un Partido Popular que, de nuevo, vota en contra de los avances sociales”.

Fuentes de La Moncloa reflexionan que no se sabe quién tira de quién entre el PP y la patronal. “Se retroalimentan entre ellos”, sostiene sobre la postura coincidente de la CEOE y el partido de Núñez Feijóo a algo más de dos meses para la celebración de elecciones autonómicas y municipales.

El enfrentamiento entre la patronal y el Gobierno se agranda aún más con la reforma de las pensiones, después de haber chocado ya hace apenas un mes con la subida del salario mínimo interprofesional. Fuentes conocedoras de las negociaciones sostienen que los de Garamendi nunca estuvieron muy por la labor de intentar llegar a un pacto con el Ejecutivo. 

Garamendi, cada día más lejos

Garamendi ha hecho notar, tras su reelección a finales del año pasado, su alejamiento con Pedro Sánchez, al que llegó a dejar plantado incluso en la cumbre entre España y Marruecos en Rabat. Además, se ha rodeado en su equipo de exaltos cargos de la administración de Mariano Rajoy y que tienen un hilo directísimo con Núñez Feijóo, como José Luis Ayllón, Íñigo Fernández de Mesa y Fátima Báñez.

El comunicado emitido por la CEOE por la reforma de las pensiones fue muy duro para el Gobierno. La patronal afirmaba que el nuevo sistema “mermará los salarios de todos los trabajadores e incrementará los costes laborales, poniendo en peligro la creación de empleo”. Se tildaba de “regresiva” la propuesta y se afeaba que se hiciera “sin el necesario debate y diálogo social”.  Asimismo, se criticaba la “voracidad recaudatoria” de la coalición y se aireaba el miedo al vaticinar que se pone “en riesgo a las pequeñas empresas y autónomos”.

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En el Gobierno lamentan que se vuelve a poner en duda la creación de puestos de trabajo cuando se está en cifras récord precisamente (con más de 20 millones de empleados), recordando que estos augurios fracasados ya se han hecho cada vez que se ha subido el salario mínimo interprofesional (ahora en 1080 euros). También hay quejas por esa supuesta falta de diálogo, cuando sí hubo contactos tanto con la CEOE como con miembros del Partido Popular. En Moncloa se incide en que no se conocen exactamente las propuestas de los populares y consideran que es un error por parte de Feijóo decir no una buena reforma de las pensiones.

Desde el Ejecutivo se defiende la reforma, basada en la vía de ingresos, frente a la de 2013 impulsada por el PP con mayoría absoluta. Por ejemplo, se asegura que ahora se blindará el poder adquisitivo de los pensionistas, mientras que si siguiera el modelo de Mariano Rajoy, en 2050 la pensión sólo sería del 50% del último salario. Con este sistema, además, se podrá hacer frente a los años más difíciles de pago (entre 2030 y 2050), luego habrá un mayor equilibrio generacional.

Frente a las críticas de la patronal por costear el sistema con subida de cotizaciones de los salarios más altos, en el ministerio de Escrivá se estima que apenas se elevan los costes por hora trabajada en 37 céntimos en el momento de mayor impacto, "manteniéndose la competitividad de la economía española".

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