Táctica política

El difícil arte de predecir una crisis de Gobierno

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Las cercanas elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán en mayo pueden suponer un problema para el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Y no sólo porque las encuestas pronostiquen una notable caída de su partido en cuanto a la intención de voto, sino porque también puede suponer que el mandatario tenga que enfrentarse a su primera crisis de Gobierno, como se ha venido especulando en varios medios. 

Esta situación, no obstante, no es nueva: los diferentes ejecutivos de la democracia han sufrido este tipo de crisis en momentos señalados de sus respectivas legislaturas. Épocas de elecciones, mala imagen ante la opinión pública o la simple necesidad de dar un impulso a la acción del Gobierno han sido algunas de las causas a la hora de cambiar ministros.

Un ejemplo paradigmático es la entrada en el Ejecutivo en el año 1999 del actual presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, como ministro de Agricultura en sustitución de Loyola de Palacio, candidata del PP en las elecciones europeas de ese año. No todos los cambios de cromos han sido esperados o anunciados por los medios de comunicación: de hecho, para sustituir a Palacio al frente de Agricultura, los medios barajaron varios nombres e incluso se llegó a dar por virtualmente confirmada a la entonces secretaria de Estado de Comercio, Elena Pisonero, como nueva ministra.

PRIMERA CRISIS DE GOBIERNO DE AZNAR EN 1999

Más comentada fue la primera remodelación que sufrió el Gobierno de José María Aznar tan sólo unos meses antes, en enero de 1999. Tras declarar el entonces presidente que "a día de hoy el Gobierno no va a cambiar y al día de mañana, tampoco", comenzaron a desatarse los rumores sobre una posible crisis de Gobierno tras la salida de Francisco Álvarez-Cascos como secretario general del PP, su eventual sustitución por alguno de los entonces ministros y los posibles cambios en la cúpula del partido a causa del Congreso de la formación que se celebraría a finales de ese mismo mes.

Las tribulaciones fueron creciendo a lo largo de esa semana hasta que, el 19 de enero, se confirmó que sería el hasta entonces ministro de Trabajo, Javier Arenas, quien ocuparía la secretaría general del PP, lo que provocó que fuese sustituido en el Ejecutivo por Manuel Pimentel, número dos del propio Arenas. Sin embargo, la opción que escogió finalmente Aznar era, para la prensa, poco previsible.

En este sentido, el diario El Mundo, el día 14 de enero –cinco antes de la designación de Arenas– señalaba como el mejor posicionado para el puesto al entonces coordinador general, Ángel Acebes, quien finalmente acabaría ocupando el puesto de ministro de Administraciones Públicas en sustitución de un Mariano Rajoy que pasaba a dirigir el Ministerio de Educación tras haber sonado también para secretario general del partido.

Abc estuvo más acertado en este sentido: si bien no se atrevió a pronosticar el nombre del nuevo secretario general, sí que aseguró el día 16 que "dado que el cambio en el partido parece ligado a la remodelación en el Gobierno, [...] se espera que un ministro con experiencia en la organización pase a la secretaría general y que Acebes sea nombrado ministro". El País, por su parte, acertó al informar dos días antes de que se hiciera oficial que Esperanza Aguirre saldría del Gobierno y pasaría a ser presidenta del Senado.

La gran remodelación de 2002

El 9 de julio de 2002, Aznar llevó a cabo el cambio más amplio de su Ejecutivo en ocho años de Presidencia. Y fue tan profundo como inesperado, ya que la remodelación –por la cual salieron seis ministros, entraron cinco nuevos y tres cambiaron de cartera– no fue anunciada en los días previos por ninguno de los principales diarios españoles. Tan sólo el diario El País, en su edición digital, reseñaba el día 8 una encuesta realizada por la Cadena Ser en la cual se reflejaba que más de la mitad de los ciudadanos veía necesarios cambios en el Gobierno.

En este sentido, el mismo rotativoafirmaba el día 10 que "la crisis de Gobierno ha sorprendido, incluso en las filas del PP y del propio Ejecutivo, porque las previsiones mayoritarias fijaban el reajuste para el otoño, en clave de ajuste gubernamental para dar la salida a los candidatos de las elecciones autonómicas y municipales de la primavera de 2003". Sorprende la falta de filtraciones o previsiones por la magnitud de la crisis de Gobierno, azuzada, entre otros asuntos, por el desgaste del Ejecutivo a causa de una discusión pública muy seguida en los medios de comunicación entre el entonces secretario general del PP, Javier Arenas, con el antiguo responsable de este cargo, Francisco Álvarez-Cascos, a causa de los métodos del primero para seleccionar a los candidatos a las elecciones autonómicas y municipales. 

La remodelación fue drástica: salieron del Gobierno Juan Carlos Aparicio (Trabajo), Anna Birulés (Ciencia y Tecnología), Juan José Lucas (Presidencia), Jesús Posada (Administraciones Públicas) y Celia Villalobos (Sanidad); mientras que fueron nombrados nuevos ministros Ana Palacio (Exteriores), Jose María Michavila (Justicia), Eduardo Zaplana (Trabajo), Javier Arenas (Administraciones Públicas) y Ana Pastor (Sanidad). Hubo, además, tres cambios de cartera: Josep Piqué pasó de Exteriores a Ciencia y Tecnología, Ángel Acebes dejó la cartera de Justicia para asumir la de Interior y el hasta entonces ministro de este ramo, Mariano Rajoy, volvió a Presidencia, cargo que había ocupado en 2000 y 2001.

La designación de Rajoy, desencadenante

La última remodelación del Ejecutivo de José María Aznar vino provocada por el nombramiento, en septiembre de 2003, de Mariano Rajoy como su sucesor al frente del PP y candidato a las elecciones generales de 2004. No obstante, a diferencia de la de 2002, esta crisis de Gobierno fue ampliamente cubierta por la prensa en los días previos.

El País ya apuntaba los posibles cambios en el Gobierno el día 1 de septiembre, dos antes de que finalmente estos se produjeran y al día siguiente de hacerse público que Rajoy era el elegido para suceder a Aznar. Bajo el títular "Aznar anunciará la crisis de Gobierno tras la votación de Rajoy como sucesor", el diario descartaba correctamente la vuelta de Jaime Mayor Oreja al Gobierno, y pronosticaba –sin tanto éxito– que Javier Arenas sería ascendido a Portavoz del Gobierno, un puesto que finalmente recaería en Eduardo Zaplana.

Al día siguiente, además, El País fallaba al estimar que el único vicepresidente que quedaría tras la remodelación sería Rodrigo Rato, ya que a la postre el propio Arenas fue nombrado vicepresidente segundo, una posibilidad que también bosquejaron erróneamente los diarios Abc El Mundo. Este último especulaba además el día 1 con los posibles sustitutos de Piqué al frente de Ciencia y Tecnología: Mercedes de la Merced, José Folgado y Ana Mato, tres nombres a los cuales se uniría el mismo día 3 el de Pedro Morenés, pero que no incluían al finalmente designado ministro, Juan Costa.

La dimisión de Bono provoca la primera remodelación de Zapatero

La primera crisis de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero se produjo en abril de 2006, dos años después de que el PSOE volviese a Moncloa. Su causa fue muy clara: la dimisión del hasta ese momento ministro de Defensa, José Bono, por "motivos personales", una renuncia que se rumoreaba desde hacía meses por sus discrepancias con algunas decisiones del Ejecutivo, especialmente en lo relativo al Estatuto de Cataluña. Además de Bono, salió Maria Jesús San Segundo (Educación), a la que sustituyó Mercedes Cabrera. José Antonio Alonso, por su parte, pasó de Interior a Defensa, y su vacante la cubrió Alfredo Pérez Rubalcaba.

No obstante, la prensa no vio ni la dimisión ni los cambios en el Gobierno. El diario El Mundo lo ilustraba en su edición del día 8 de abril –el inmediatamente posterior al anuncio– asegurando que "Zapatero ha resuelto su primera crisis de Gobierno por sorpresa como sus antecesores, con sigilo y en muy pocas horas", mientras El País destacaba que el presidente "sorprendió a todos con una reforma de notable alcance político que pocos conocían antes de que comenzase el Consejo de Ministros". Abc era más preciso en su número del mismo día al contar cómo Zapatero "resolvió la remodelación entre las diez de la noche del jueves [...] y las ocho de la mañana de ayer [por el día 7, cuando se anunciaron los cambios]".

El "cambio de ritmo" de 2009

Zapatero realizó su segunda remodelación en el Gobierno en su segunda legislatura como presidente –el primer cambio había supuesto la sustitución del ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo por Francisco Caamaño– en abril de 2009, azuzado por la intensidad de una crisis económica que se mostraba ya en toda su magnitud. Esta crisis de Gobierno –que el propio presidente calificó de "cambio de ritmo"–, sin embargo, fue mucho más comentada que la de 2006, ya que en los días previos al anuncio oficial –que se produjo el 7 de abril– la prensa comenzó a informar sobre los posibles cambios.

El País ya informó de la remodelación un día antes de que se produjese. Y con bastante acierto: en un análisis bajo el titular "Zapatero prepara un cambio de Gobierno", el diario daba varias de las claves de los cambios que se producirían al día siguiente: acertaba, por ejemplo, al dar por hecha la salida del Ejecutivo del ministro de Economía, Pedro Solbes, y su sustitución por la entonces responsable de Administraciones Públicas, Elena Salgado. También Abc abría su portada del día 6 contando con precisión los cambios: la entrada de José Blanco en Fomento sustituyendo a Magdalena Álvarez, así como la salida de Solbes o la designación de Manuel Chaves como vicepresidente encargado de los asuntos territoriales.

No obstante, quien primero especuló con los cambios en el Consejo de Ministros fue el diario El Mundo, a través de la carta que su entonces director, Pedro J. Ramírez, publicó el día 4 de abril. En su texto, Ramírez contaba que Zapatero preparaba un "revival del felipismo", consistente en "nombrar a Alfredo Pérez Rubalcaba vicepresidente primero y a su protegida [de Zapatero] Elena Salgado, vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, con José Blanco como ministro de Fomento y José Enrique Serrano -jefe de gabinete de González- en alguna cartera de relieve". Ramírez acertó a medias, ya que la sustitución en la vicepresidencia de De la Vega se produciría año y medio después y Serrano no fue nombrado ministro.

En lo que ninguno de los grandes diarios reparó en los días previos fue en la profundidad del cambio, ya que, si bien Abc y El País hablaron el día 6 de los posibles relevos en ministerios como Cultura –dirigido entonces por César Antonio Molina–, no acertaron a la hora de pronosticar el cambio de responsable que se produciría al ser sustituido Molina por Ángeles González Sinde. Igualmente, la prensa tampoco habló en los días previos del cambio en el Ministerio de Sanidad, donde Bernat Soria dejó paso a Trinidad Jiménez, así como de la salida de Mercedes Cabrera de Educación para dejar su sillón a Ángel Gabilondo.

Zapatero cambió a medio Gobierno en 2010

Rajoy descarta una crisis de Gobierno porque está “muy contento” con sus ministros

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El relevo en el Ministerio de Trabajo por la marcha de su titular, Celestino Corbacho, a la política autonómica de Cataluña estaba cantado desde hacía tiempo. Pero el 20 de octubre de 2010, Zapatero aprovechó –en contra de lo que había señalado en las semanas anteriores– para realizar una remodelación de arriba a abajo a su Gobierno que no preveían ninguno de los grandes diarios: hasta cinco ministros fueron sustituidos y dos ministerios (Vivienda e Igualdad) fueron degradados a secretarías de Estado.

El Mundo, que interpretaba que el cambio respondía a un enfoque político más que económico y que, con él, Zapatero buscaba mejorar las expectativas electorales del PSOE, informaba en su edición del día posterior al anuncio de que el presidente había cambiado su idea original de sustituir tan sólo a Corbacho "el domingo a última hora de la tarde", es decir, tres días antes de que la remodelación fuese oficial. No obstante, el rotativo señalaba en su edición del día 18 –correspondiente a ese lunes– que el presidente había reiterado su intención de realizar sólo un cambio en el Ejecutivo.

Pero la crisis de Gobierno supuso un verdadero relevo: entraron al Consejo de Ministros Ramón Jáuregui (Presidencia), Valeriano Gómez (Trabajo), Rosa Aguilar (Medio Ambiente) y Leire Pajín (Sanidad), mientras que entre las bajas se contaron la hasta ese día vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, así como Miguel Ángel Moratinos en Exteriores, Elena Espinosa en Medio Ambiente y el previsto Celestino Corbacho.

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