El salto al sector privado

De la élite de la Guardia Civil, al Ibex: la otra vida de los agentes de la UCO

El excoronel jefe de la UCO Manuel Sánchez Corbí y mandos de la Guardia Civil.

El coronel Manuel Sánchez Corbí ocupó durante casi tres años uno de los puestos de mayor responsabilidad y proyección pública dentro de la Guardia Civil. A finales de 2015, con Mariano Rajoy en La Moncloa, asumió la jefatura de la Unidad Central Operativa (UCO). Y ahí, al frente de la unidad de élite del Instituto Armado, se mantuvo hasta el verano de 2018, cuando fue cesado de forma fulminante. Nada tuvo que ver la condena por torturas que mancha su expediente desde los noventa. Ni aquellas declaraciones, ya como jefe de la UCO, colocando en el bando de los "malos" a "etarras" y "peneuvistas" —algo que soliviantó a la formación jeltzale—. Fue el envío de un correo ordenando la suspensión de cualquier actividad que requiriese el uso de fondos reservados lo que motivó su destitución.

Tras su cese, que intentó pelear sin éxito en los tribunales, el coronel permaneció algunos meses más en el Instituto Armado. Hasta que decidió solicitar una excedencia para hacer carrera en el sector privado. Sánchez Corbí fichó por Acciona, multinacional que se encuentra en el epicentro del caso Cerdán y que el magistrado instructor del Tribunal Supremo ha rechazado registrar. Y desde entonces, ejerce como director de Seguridad Internacional. Un tipo de departamento que siempre ha resultado extremadamente goloso para aquellos miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que dan el salto a lo privado, tal y como dejó constancia de ello el caso Villarejo.

El mismo camino que el coronel han seguido algunos otros agentes que han pasado por esta unidad de élite de la Guardia Civil, que con cerca de seis centenares de miembros, asume investigaciones de gran complejidad, ya sea contra la corrupción –Lezo, Púnica, Kitchen o caso Cerdán–, contra el narcotráfico o contra el cibercrimen, entre otras áreas. En algunos casos, lo hacen solicitando una excedencia para probar suerte –y hacer dinero– fuera del sector público. Y en otros, dan el salto una vez cumplen la edad que provoca su paso automático a la reserva –una especie de prejubilación dentro del Instituto Armado–.

En esta situación se encuentra, desde hace algunas semanas, el coronel Juan Salom Clotet. Durante su etapa en la Guardia Civil, ha sido una de las voces más autorizadas de la casa en el área de ciberdelincuencia. De hecho, en su última etapa fue jefe de la Unidad de Coordinación de Ciberseguridad. Tras su paso a la reserva, ejerce como asesor de esta mismo área para el Grupo Armora, holding enfocado en inversiones estratégicas en materia de seguridad y defensa, y como director de Relaciones Institucionales de DLTCode, que opera en el ámbito de la consultoría tecnológica y digital.

Banco Santander, Telefónica o Iberdrola

No es la primera vez de Clotet en el sector privado. Ya trabajó durante un par de años como director de Seguridad Internacional del Banco Santander, en una excedencia que puso fin a más de una década como jefe del Grupo de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa. Un gigante financiero en el que también han aterrizado otros viejos miembros del grupo de élite de la Guardia Civil. Es el caso de José Antonio Lozano, quien dejó atrás casi dos décadas de desempeño en la UCO para fichar por Banesto y, después, por la entidad que preside Ana Patricia Botín.

Otras compañías del Ibex han ido incorporando a antiguos integrantes de la unidad. José Miguel Gordillo, exjefe del Departamento de Apoyo Técnico de la UCO y exmiembro del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), fue fichado por Iberdrola para sustituir a su anterior jefe de seguridad, Antonio Asenjo, que se encuentra a la espera de juicio por el caso Villarejo. Y como director de Seguridad de Telefónica figura el teniente coronel Javier Zorzo, quien fuera durante varios años, según hace constar en su Linkedin oficial, jefe del Grupo de Drogas de la Unidad Central Operativa.

Desde hace mucho más tiempo se encuentra en excedencia Esther Gutiérrez. Entró en el Instituto Armado en la década de los noventa. Y ejerció durante muchos años en su grupo de élite. Hasta que en 2006 decidió emprender un nuevo camino profesional. Algo que hizo de la mano de Codere, el operador de juegos de azar que gestiona máquinas, puestos de bingo y terminales de apuestas con unos ingresos que en 2023 superaron los 1.400 millones de euros. En la firma, ha desarrollado puestos de responsabilidad ligados al cumplimiento normativo, llegando a ser directora de Compliance de la firma en España.

A la Comunidad de Madrid y al Consell de Ibiza

El juez vio desproporcionado registrar Acciona pese a ser la gran salpicada en el 'caso Cerdán'

El juez vio desproporcionado registrar Acciona pese a ser la gran salpicada en el 'caso Cerdán'

Por aquella Unidad Central Operativa que a comienzos de siglo dirigió el general ya retirado Félix Hernando también pasó Enrique Gómez Bastida. El nombre de este teniente saltó a la palestra a raíz de la operación Puerto, una de las mayores tramas de dopaje del deporte español. Y desde entonces, su carrera profesional ha transcurrido dentro y fuera del cuerpo. Fue director de la Agencia de Protección de la Salud en el Deporte. Luego, comandante de la Guardia Civil en Baleares. Tras eso, director del Gabinete de la Secretaría de Estado de Turismo. Y ahora, director de Intrusismo del Consell Insular de Ibiza. Su principal objetivo: luchar contra los alquileres turísticos ilegales.

A la Comunidad de Madrid se ha ido, por su parte, Juan Vicente Bonilla, quien trabajó en Fuentes Humanas de la UCO. El capitán fue fichado por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso como responsable de Seguridad Corporativa del Servicio de Salud con un salario de 84.268,32 euros. Y su nombre ha acabado en los medios tras conocerse mensajes intercambiados con un confidente, en los que ya se hablaba de Koldo García antes de que explotase el caso. "Sería gozoso un achuchón de este tipo, que nuestras hostias siempre se las llevan los mismos tontos y habría que cambiar de bando de vez en cuando", escribía Bonilla tras un encuentro con el confidente que había puesto sobre la mesa el nombre del exasesor.

Sobre estos mensajes informó ampliamente el diario El Plural, que también recogió otras comunicaciones en las que el actual alto cargo del Gobierno de Díaz Ayuso llamaba a "desterrar" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al entonces vicepresidente, Pablo Iglesias, a los que califica de "felón", "inútil", "mamón" o "mentiroso".

Más sobre este tema
stats