Gasto militar
Feijóo y Abascal evitan criticar a Trump pese a sus amenazas a España por el 'no' de Sánchez en la OTAN
Donald Trump le ha declarado la guerra —en sentido figurado— a España. La negativa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a destinar el 5% del PIB para defensa, una exigencia del propio Trump a la OTAN, provocó una airada reacción del magnate. Así, en la rueda de prensa posterior a la cumbre, el presidente de EEUU arremetió directamente contra el Gobierno español, amenazó con hacer "pagar el doble" a nuestro país "a través del comercio" y aseguró que que negociaría "directamente" con Madrid. Se trata de una cuestión clave para el estadounidense, porque el aumento supondrá supondrá ingentes beneficios para las empresas armamentísticas de su país, ya que la industria europea no tiene capacidad para asumir todos esos encargos.
Una amenaza que el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, minimizó al recordar que los países de la UE no tienen acuerdos comerciales individuales y es el bloque comunitario el que los suscribe. "Estados Unidos, evidentemente, tiene la potestad de imponer aranceles sobre los productos que considere necesario o pertinente", afirmó Cuerpo este jueves desde Nueva York, pero insistió en que España sigue negociando los aranceles dentro de la UE como un bloque común. "España siempre estará de parte de la solución para ser capaces de avanzar", dijo, después de que Trump calificara a nuestro país como "un problema".
Sánchez se convertía así en el protagonista de la cumbre, una circunstancia que ha encendido a la derecha. Desde la pasada semana en las filas del Partido Popular y en Vox daban ya por amortizado a Sánchez tras estallar el caso Cerdán. Pensaban que no tendría escapatoria alguna ante la gravedad del informe de la UCO, pero Sánchez encontró en La Haya un antagonista que le hizo volver a recuperar la iniciativa política, erigiéndose así como la voz autorizada de la izquierda europea frente al todopoderoso Donald Trump.
Feijóo evita el choque con Trump y acusa a Sánchez de una cosa y la contraria
En su intento de desacreditar por todos los medios al socialista, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, incurrió en algunas contradicciones e incoherencias en sus declaraciones del jueves desde Bruselas. Tras acusar a Sánchez de intentar "engañar a los socios europeos" al haber "votado y firmado el acuerdo de incremento del gasto en defensa del 5% en los próximos 10 años", a renglón seguido cargó contra él por "romper la unidad de la OTAN". Es decir, el conservador acusó a Sánchez de aceptar el 5% pero también de oponerse y, por tanto, generar un cisma en la organización atlántica y provocar la ira de Trump.
Y, aunque el miércoles fuentes del partido remarcaban que no iban a "consentir" las amenazas del estadounidense, el jueves Feijóo evitaba el choque con Trump y culpaba, en su lugar, a Sánchez. "España es mucho más que un presidente en precario y pido al otro lado del Atlántico que no confundan la precariedad del presidente con los sectores productivos españoles. Si el señor Sánchez tiene interés electoral de enfrentarse a Trump y que paguen los sectores productivos, tenemos que denunciarlo", argumentaba. Una postura que ratificaba la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, en un acto desde Nueva York, en el que aseguró que el gobierno regional es "neta y abiertamente proamericano" y que el Gobierno de Sánchez "va como pollo sin cabeza": "Antes lo sabíamos la inmensa mayoría de los españoles y cada vez más la opinión pública, y hoy, por si había alguna duda, ha quedado claro a ojos del mundo", acompañaba.
Lo cierto es que, pese a las palabras del PP en público, los conservadores reconocen en privado que ellos también negociarían para tratar de adaptar el presupuesto a las capacidades de España. El propio líder de los populares, tras asegurar que el cumpliría con ese compromiso, añadió un matiz que no pasó desapercibido. Aseguró que, si él gobernara, tendría que "echar bien las cuentas" sobre el gasto militar y que, en caso de necesitar "algún año más de flexibilidad" para cumplir el acuerdo, "lo pediría": "Es un acuerdo que hay que interpretar y ajustar en el tiempo, tenemos una década para ello", señaló. "Seamos previsibles con nuestros socios”.
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Por su parte desde Vox siempre han evitado cualquier crítica, por mínima que sea, a la administración Trump. Reconocerse como su aliado implica defenderlo públicamente pese a las pérdidas económicas que podrían suponer estos aranceles para, entre otros sectores, los agricultores españoles —uno de los principales ejes de la acción política de Vox—. Este jueves Abascal trató de eximir a Trump de cualquier responsabilidad en una entrevista en Canal Sur, en la que se mostró "preocupado" por la "situación delicadísima" provocada, a su juicio, por el presidente del Gobierno español por "no querer colaborar con los aliados".
Es más, el ultraderechista presumió incluso de haber intercedido por España para evitar un castigo a la economía española, que el propio Trump afirmó que "iba muy bien". "Estamos tratando de explicar a la administración norteamericana que una cosa es Pedro Sánchez y otra España y las instituciones españolas. Esperamos que lo tengan muy claro", respondió el líder de Vox ante la pregunta de si había enviado algún mensaje a Trump para defender a los sectores españoles que se verían afectados por los aranceles.
El de los aranceles es un debate que incomoda a la formación de Abascal, que ha tratado de minimizar esa amenaza en varias ocasiones culpando a Bruselas, a Sánchez e incluso a Feijóo de provocarlos. Una estrategia que están replicando ahora. Su portavoz en el Congreso, Pepa Millán, aseguró el miércoles que "la actitud de Sánchez con EEUU lleva a España a una situación muy preocupante" achacándole de provocar un cisma para tratar de sortear el caso Cerdán. "La política internacional no puede estar sujeta a las necesidades del Gobierno de desviar la atención o llamarla, queriéndose erigir en la punta de lanza de la izquierda en Europa", escribía.