JORNADA LABORAL

El Gobierno buscará el apoyo de Junts para la reducción de la jornada con ayudas para las pymes

Yolanda Díaz, tras la aprobación de la reducción de la jornada laboral en el Consejo de Ministros

"El Gobierno ha cumplido, ahora tiene que hablar la soberanía popular". El proyecto de ley de reducción de la jornada laboral ya pasa a manos del Congreso de los Diputados después de su segunda vuelta en el Consejo de Ministros. Y, por el momento, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no tiene los votos asegurados para sacar adelante su medida bandera durante esta segunda legislatura en el Ejecutivo. El punto clave vuelve a estar en un acuerdo con Junts, a quien se pretende atraer principalmente con ayudas a pymes.

La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales es una de las columnas del pacto de coalición y una de las medidas que más ha luchado internamente Sumar con el PSOE para que sea una realidad (ya fue un punto complicado en el acuerdo de gobierno y ha sido objeto de tensión entre Trabajo y el departamento de Economía que dirige Carlos Cuerpo).

Díaz tiene en esta medida una línea clave de su política y se juega parte de su aval y de su futuro político con la aprobación de la reducción de la jornada. Se trata de su nueva propuesta estrella después de haber sacado adelante en la pasada legislatura la reforma laboral (gracias al voto equivocado del exdiputado popular Alberto Casero) y las sucesivas subidas del salario mínimo interprofesional.

Y ahora tiene que armar una mayoría parlamentaria muy complicada al anticipar su negativa el Partido Popular y contar con el rechazo a priori de Junts, que ya avanzó el lunes que presentará una enmienda a la totalidad a la reducción de la jornada al no haberse contado con el tejido productivo catalán y que este martes insistió en que está en el ‘no’ ya que la medida puede suponer pérdida de puestos de trabajo en las pymes catalanas.

La negociación con Junts

A pesar de que ahora no hay votos, en el Ministerio de Trabajo creen que especialmente Junts está jugando sus bazas de presión, pero que hay suficiente margen para el acuerdo con los de Carles Puigdemont. La vicepresidenta segunda está convencida de que el debate en la calle está ganado y, además, hay un dato muy potente: 2,1 millones de catalanes se verán beneficiados.

En la negociación que arranca a partir de ahora no hay líneas rojas para Trabajo a fin de sacar esa reducción de la jornada a 37,5 horas semanales. La principal baza que tiene Díaz para atraer a Junts son ayudas a las pymes, que ya se ofrecieron en la mesa de negociación a la patronal en caso de que entraran en el acuerdo de diálogo social (algo que finalmente no sucedió).

En el Gobierno subrayan que hay que "leer" bien a Junts en estos momentos y analizan que el anuncio de la enmienda a la totalidad no fue una "hecatombe", sino que ha servido a los de Carles Puigdemont para focalizar por dónde puede ir la negociación. Además, restan grandilocuencia a las posteriores palabras de la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, sobre la posición contraria.

En el Ministerio de Trabajo, según fuentes gubernamentales, ven margen en las ayudas a las pymes principalmente. En estos momentos, no llegan señales desde los posconvergentes de que vayan a pedir medidas fuera de materia laboral. Además, el Ejecutivo hace el análisis de que Junts habla de adaptación al panorama catalán, lo que va en la dirección de las pymes (base del tejido empresarial en la comunidad).

"Sale muy caro decir que no"

La negociación la pilotarán desde Trabajo, aunque, según señalan fuentes del Gobierno, Díaz informa sobre este asunto directamente y de manera continua al presidente Pedro Sánchez. La vicepresidenta segunda tiene hilo directo asimismo con Puigdemont y ya ha hablado sobre esta cuestión durante los últimos meses con el expresident de la Generalitat.

La técnica que emplearán tanto Díaz como el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, será similar a la de otras negociaciones e imperará la discreción. No obstante, en Trabajo son conscientes de que se trata de una negociación que debe ir rápido para que se produzca antes de que se debata la enmienda a la totalidad de Junts, que podría tumbar la reducción de la jornada si unen sus votos con el PP y Vox. Todavía no hay fecha para ese Pleno a la espera de que entre la norma en la Cámara Baja, sea calificada y la Mesa ordene los tiempos.

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"Sale muy caro decir que no a esta norma", resaltan desde el Gobierno, donde están convencidos de que la calle está a favor de la medida. Asimismo, creen que no valen los argumentos del impacto que supondría en las empresas al estar ahora mismo la media en España en 38,2 horas.

El Partido Popular se ha instalado en el 'no', como reiteró su portavoz en el Congreso, Miguel Tellado. El Gobierno va a seguir presionando públicamente a los populares para que accedan a apoyar esta medida y la hipótesis que manejan en Trabajo es que Génova 13 acabará absteniéndose si ve que le dan los votos al Ejecutivo con el bloque de investidura (como sucedió con el decreto ómnibus que subía las pensiones). Respecto a Podemos, en el Gobierno no ven señales hasta el momento de que puedan tumbar la reducción de la jornada.

Díaz tiene por delante una negociación de alta intensidad política. La aprobación de la reducción de la jornada laboral en el Consejo de Ministros (que coincidió con el propio cumpleaños de la vicepresidenta segunda) se produjo también el día en el que España batió su récord de empleados (21,5 millones) y registró la cifra de paro más baja desde julio del año 2008.

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