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Un país en vilo: los escenarios que se abren a Pedro Sánchez y que marcarán "una nueva etapa política"

El Gobierno se juega sus grandes alianzas y su influencia en las elecciones europeas y de EEUU

Pedro Sánchez conversa con Ursula Von der Leyen.

9 de junio y 5 de noviembre: dos fechas marcadas en rojo en los despachos de La Moncloa y del departamento de Asuntos Exteriores. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el ministro José Manuel Albares y los sherpas del Ejecutivo son conscientes de que buena parte del futuro de la actual coalición se juega con los resultados de las elecciones europeas y en Estados Unidos en este año.

Son los dos espacios principales en los que juega España en el terreno internacional, los dos máximos pilares de acción. Y ahora mismo están alineados con La Moncloa, ya que la Comisión Europea y el Gobierno tienen una excelente relación y la Administración de Joe Biden tiene interlocución directa con Madrid. Por ello, un giro en la UE por la fuerza de la ultraderecha y la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca supondrían complicaciones para el Ejecutivo. No sólo políticas, sino también de carácter económico y de agenda internacional. 

Este 2024 es un super año electoral en el mundo, por lo que se siguen estos procesos en el Gobierno con la máxima atención. Más de 3.700 millones de personas (casi la mitad de la población mundial) irán a las urnas en 70 países. Además de en la UE y EEUU, serán vitales otros comicios como los de India (el país más poblado del mundo), México (el mayor país de lengua española), Indonesia (el país con más población musulmana) y Taiwán (gran tablero donde se juega el poder geopolítico asiático), además de Portugal, principal aliado de Pedro Sánchez en batallas en la UE como la excepción ibérica y la consecución de los fondos Next Generation.

Preferencia por Von der Leyen frente a Weber

Las elecciones europeas son cruciales, como reconocen en el Gobierno y en el PSOE. El temor entre parte de los socialistas se centra en las tentaciones de un sector del Partido Popular Europeo (PPE, del que forma parte el PP) de acercarse a la extrema derecha, que puede crecer en junio, y debilitar la histórica entente con los socialdemócratas para controlar las instituciones. Nadie oculta en Moncloa y en Ferraz que su preferencia, aunque no se diga en público, es que Ursula Von der Leyen siga capitaneando a los conservadores, ya que ha secundado a España en sus principales demandas y tienen muy buena conexión con Pedro Sánchez.

En cambio, se recela de la figura de Manfred Weber, el conservador alemán que sigue aspirando a arrebatar a Von der Leyen ese puesto. Él se ha convertido en un ariete del PP en el continente para desgastar durante este año al Ejecutivo de coalición, presionando con temas como los fondos europeos, la ley de amnistía y la renovación del Poder Judicial. El enfrentamiento con Sánchez se vio de manera directa durante la última intervención del presidente español en el Parlamento Europeo. Desde el PPE se ha maniobrado durante este tiempo con iniciativas como la misión Hohlmeier, que vino a Madrid a cuestionar la gestión de los fondos por parte de Nadia Calviño, aunque tuvo que reconocer a su marcha que todo se ajustaba a la legalidad y las líneas de Bruselas.

Los socialistas españoles en el Parlamento Europeo llevan mucho tiempo advirtiendo a La Moncloa y a Ferraz de que Weber se mueve para acercarse a la extrema derecha y que sigue la estela de Alberto Núñez Feijóo con Vox. Una pulsión que estará muy presente el día después de las elecciones cuando haya que reconfigurar los pactos institucionales. Una subida de las derechas también puede tener otro efecto directo en España, como reconocen fuentes comunitarias, que es un menor peso de los socialdemócratas para conseguir altos puestos en la Comisión (España está ahora al máximo nivel con Josep Borrell al frente de la política exterior de la UE y con rango de vicepresidente de la Comisión). 

El número 1 del PSOE, pendiente

Una de las claves que tienen claras en La Moncloa y en Ferraz, según explican fuentes socialistas, es que debe calar la importancia de lo que se juega en Europa de cara a esa campaña del 9 de junio, sabiendo que el Partido Popular se enfrenta a ella con la idea de darle un cariz nacional y volver a presentar la cita con las urnas como un plebiscito sobre Sánchez. La idea del PSOE es que los ciudadanos también introduzcan la papeleta para dar fuerza al país en Europa. 

Sánchez no ha elegido al número uno de la plancha del PSOE. El nombre que se repite con más fuerza dentro del partido es el de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, que tiene ascendente en Bruselas, domina idiomas y es un referente en su campo con medidas como la excepción ibérica. Pero en los altos despachos del socialismo esa idea ahora no mismo no se ve porque supondría una pérdida muy importante para el Gobierno central, que se uniría a la marcha de Nadia Calviño para presidir el Banco Europeo de Inversiones. Otra situación diferente es qué pasará cuando haya que nombrar a un miembro de la Comisión, donde sí podría entrar en liza el nombre de la responsable de Transición Ecológica. Lo que se da por seguro también es que seguirá en la lista y con un papel muy destacado Iratxe García, que ahora lleva las riendas del grupo socialdemócrata a nivel europeo.

El regreso de Trump

En el Gobierno español se mira también muy de cerca lo que está pasando con las primarias del Partido Republicano en Estados Unidos, donde Donald Trump camina de manera plácida hacia una nueva nominación. La vuelta del magnate supondría dejar de tener esa conexión directa que hay ahora con la Casa Blanca, que implica también un colchón muy importante cuando hay discrepancias como actualmente con la operación en el Mar Rojo. Y, además, conllevaría una agenda de temas totalmente diferente, con el empresario en posiciones totalmente contrarias a Sánchez en feminismo, cambio climático y multilateralismo. 

Preguntado hace unos días Albares en la Cadena Ser sobre la preocupación de que el expresidente volviese a Washington, contestaba: “Es una decisión que compete democráticamente a los norteamericanos. Lo que sí puedo decir es que hay una enorme sintonía entre el Gobierno de España y la Administración Biden. No es una sintonía caprichosa, sino que ambos coincidimos en los acuerdos de París, la búsqueda de la igualdad de género, en ampliar los derechos del colectivo LGTBi, y defendemos la paz. Es un buen socio internacional para trabajar conjuntamente por los objetivos globales”. 

Ese vínculo con los demócratas de Estados Unidos se notó también esta semana con la visita de Hillary Clinton a La Moncloa para reunirse con Pedro Sánchez. Asimismo, está muy engrasada la relación con la embajadora de EEUU en Madrid, Julissa Reynoso, muy adaptada al país y que ha seguido la estela de James Costos, embajador durante la época de Barack Obama, de hacer de promotora de la cultura española para las grandes figuras norteamericanas que visitan el país. Especialmente ha echado raíces en el mundo de la música y es muy habitual que pasen por la embajada de la calle Serrano figuras como Pablo López, Ruth Lorenzo y José Mercé.

La UE y la OTAN, los actores más afectados si llega Trump

Felipe Sahagún, periodista y profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, dibuja el panorama electoral internacional incidiendo en que estas elecciones tendrán efectos directos pero también muchos “secundarios” para España. “Si abrimos el mapamundi, no podemos descartar una victoria de Trump. Hay regiones y países a los que les da igual, como Modi en la India o en parte de Asia y África. Pero los más afectados negativamente serían la UE y la OTAN. Él ha dicho, por ejemplo, que se aparta de la guerra de Ucrania. En Europa ya se está debatiendo cómo se podría resolver la amenaza de Putin sin la ayuda de Washington. Serían palabras mayores”.

Además, recuerda que Trump apenas está interesado en las “alianzas” y volvería “un proteccionismo especial”. “Está empeñado en que paguemos más, por ejemplo, en defensa. Va a mirar más por sus intereses”, afirma. Al hilo, dice que una vuelta de Trump también podría suponer una redefinición del reparto de tropas en el exterior según se mueva Estados Unidos.

Para continuar esa descripción electoral internacional con las europeas: “El gran problema es que crezcan mucho el populismo y la extrema derecha. Para un gobierno como el de Sánchez, que tiene como una de sus principales banderas frenar la influencia de la ultraderecha, sería un problema. Pero también lo sería para todas las grandes democracias europeas. Lo estamos viendo con las manifestaciones en Alemania o el pulso por la inmigración en Francia. Ese ascenso perjudicaría mucho a los partidos de centro derecha, democristianos y socialdemócratas”.

"Normalmente las europeas se han resuelto a lo largo de su historia con los tres tercios: democristiano, socialdemócrata y restante. ¿Podría cambiar el equilibrio? Ese es el gran temor con la extrema derecha. Eso puede complicar a España. Saldrá una Comisión nueva y depende de la fuerza de los partidos en las elecciones”, reflexiona Sahagún.

"Es muy fácil empeorar"

También comenta Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano, que “han sido años buenos para Sánchez” en la relación con la Comisión con Von der Leyen al frente y con EEUU con Biden, pero advierte de que muchos países europeos ya “se están poniendo nerviosos” con lo que puede pasar en las elecciones al Parlamento y en Estados Unidos. Pone el foco también en que Trump lleva el mensaje de aumentar el gasto en defensa, algo que no le gusta a la actual coalición, aunque haya subido esa partida en los dos últimos años de manera significativa. “Peor aún sería que EEUU decidiera dejar de apostar por la OTAN”, añade.

Analiza Molina la situación de las europeas: “Von der Leyen representa un centro derecha moderado, algo muy importante para este Gobierno proeuropeo de España. Se ha visto con los fondos europeos y con el mercado eléctrico. En el caso de la Comisión es más difícil que sea hostil a España, como sí puede ser Trump ante el Ejecutivo más de izquierdas de Europa”. “Pero podría ser una Comisión más estricta en la consolidación fiscal y en tema de impuestos”, remarca, para apostillar: “Lo que le pasa es que es muy difícil para el Gobierno mejorar lo que tiene ahora con Biden y Von der Leyen y es muy fácil empeorar”.

"Trump traería inestabilidad y una amenaza para la democracia"

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Blas Moreno, editor jefe de El Orden Mundial, reflexiona sobre estos comicios: “La llegada de Trump a la Casa Blanca traería inestabilidad y amenaza para la democracia en todo el mundo. Podría ser peor en un segundo mandato. Para España y Europa en general habría varios problemas. En primer lugar, EEUU sería menos activo en conflictos geopolíticos que nos afectan como Ucrania y Oriente Próximo. Podría recortar el presupuesto en defensa para Ucrania, lo que obligaría a la UE a asumir más costes. Y nos exigirá aportar más a la OTAN, lo que interpela directamente a España porque estamos a la cola”.

“En tercer lugar, podría recuperar las tensiones comerciales que ya hubo en su primer mandato, que afectaron, por ejemplo, al sector de la aceituna en España. Y sería un aliado menos proclive a colaborar en temas también diplomáticos y de promoción de la democracia. Sería una mala noticia”, agrega Moreno.

Sobre las elecciones continentales, el experto concreta: “No es descartable que haya una coalición del Partido Popular Europeo con partidos de extrema derecha. El PPE está muy dividido. Y eso se nota también en los países: en España pacta con la ultraderecha sin problemas, lo que es todavía un tabú en Alemania. Von der Leyen se niega a esos acuerdos, pero Weber está más inclinado a hacerlo. Si esto ocurre, para España sería un problema porque se cambiaría el debate sobre temas que interesan mucho en el país como la transición energética y verde y el debate migratorio. España quedaría como uno de los grandes gobiernos socialistas con estos asuntos, pero el tono del debate cambiaría mucho y España puede quedar aislada”, zanja. 

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