La moción de la comedia negra: ¿un final trágico para Vox?
Si la moción de censura de Tamames fuese una película, sería una comedia negra. Su argumento parecía previsible, pero varios giros de guion, como la “cierta estima” que el candidato tiene a Pedro Sánchez, sus discrepancias ideológicas con Vox o la filtración de su discurso, hacen presagiar un final trágico a la altura de la colisión del meteorito en No mires arriba (2021).
Como explica Stephen Connard en su ensayo The comedic base of black comedy, hay cuatro características principales que definen a la comedia negra. La primera es la falta de poder de los protagonistas; la segunda, la burla a las instituciones; la tercera hace referencia a la ausencia de perspicacia y metas a largo plazo, y la última es el final trágico con el que suele acabar este género.
Estos cuatro puntos podrían aplicarse perfectamente a esta segunda moción de censura presentada por Vox en lo que llevamos de legislatura, la más atípica e insólita de la historia de la democracia.
La falta de poder de Vox
La falta de poder, explica Connard, mueve a los protagonistas en la comedia negra. Desde el principio, Vox ha proclamado la “ilegitimidad” del Gobierno de Pedro Sánchez. Un peligroso argumento, tachar de ilegítimo al adversario cuando no se está en el poder, que también ha sido utilizado por el Partido Popular. Aunque el mayor problema que ahora mismo tiene Vox de cara a la moción es el control de Ramón Tamames.
El martes, el candidato hará un diagnóstico personal de los problemas que tiene España. A juzgar por la filtración de su discurso —una noticia que publicaba eldiario.es—, se alejará, en líneas generales, del tono habitual de la extrema derecha y de algunos de los posicionamientos, como los relacionados con el feminismo. “Su discurso no va a ser tan tremendista ni agresivo. Aunque sí habla una ‘autocracia absorbente’, un empaquetado léxico bastante populista, y coge otros fetiches como el de que en la Guerra Civil todos fueron iguales de responsables”, explica la catedrática de Lingüística de la Universidad de Valencia, Beatriz Gallardo Paúls.
Una burla a las instituciones
En la tesis de Stephen Connard, se explica otra de las bases de la comedia negra: burlarse de instituciones sagradas como la familia o la religión. En este caso, se vuelve a utilizar la moción de censura como un instrumento de propaganda con fines estrictamente comunicativos, con el perjuicio que conlleva para las instituciones democráticas. “Es la colisión de dos grandes oportunismos. El del uso perverso y tergiversado que hace Vox de esta herramienta constitucional y el del candidato, que la considera una ocasión única para alzar la voz”, explica Gallardo Paúls.
Santiago Abascal decidió presentar esta moción debido a la “emergencia nacional” ante la que se encontraba España, pero tardó dos meses. Con la utilización de este lenguaje hiperbólico, se frivoliza con los motivos reales que justifican la censura a un Gobierno. “Llama la atención que hayan querido subsanar las discrepancias entre Vox y Tamames diciendo que en lo esencial están de acuerdo: la monarquía, la unidad de España y la bandera. No sé si esos tres temas son merecedores de una moción de censura y no creo que sean la gran preocupación de los españoles”, añade la catedrática.
La ausencia de perspicacia y no pensar en el largo plazo
En la comedia negra, los personajes se caracterizan por la falta de perspicacia No piensan en las consecuencias de sus actos ni tampoco se ponen metas a largo plazo. En los últimos tiempos, el cortoplacismo de la política ha priorizado la táctica a la estrategia. Y los grandes golpes de efecto, como la elección de Tamames, a una forma de hacer política más propositiva, meditada y sostenida en el tiempo.
El objetivo de cualquier moción de censura es que el candidato se convierta en presidente y que exponga un programa de gobierno alternativo. Esta vez, perdida de antemano y con poca posibilidad de sorpresas, esto ha quedado desdibujado. “Todos los comentarios que está suscitando esta moción están teniendo un retorno muy negativo para Vox. Habrá que ver los sondeos de cómo responde su electorado, pero, parece que no les está yendo cómo esperaban”, explica Roberto Rodríguez Andrés, profesor de Comunicación Política en la Universidad de Comillas.
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Convocar una moción de censura tiene sus riesgos. “En la memoria, todos tenemos la de Hernández Mancha a Felipe González. El candidato salió destrozado y supuso su final al frente de Alianza Popular”, explica Rodríguez Andrés. ¿Qué objetivo tiene Vox? ¿Solo ganar visibilidad o también poner contra las cuerdas al Partido Popular? “Claramente es una moción de censura contra el PP más que contra el PSOE porque quieren arañar sus votos, pero se les ha vuelto en contra”, añade el profesor.
El Partido Popular, con Alberto Núñez Feijóo fuera del Congreso, tampoco tiene una posición fácil. En el imaginario colectivo está demasiado reciente la imagen de Pablo Casado rompiendo con la extrema derecha. En esta ocasión, tendrán que encontrar el equilibrio entre diferenciarse de Vox y justificar su abstención. “Si el candidato hubiese sido Abascal, el PP lo hubiese tenido más fácil para desvincularse”, opina Rodríguez Andrés.
Tamames y Vox han ocupado estos días la agenda mediática, desplazando temas polémicos como la ley del solo sí es sí. La moción podría suponer un balón de oxígeno para el Gobierno de coalición, que tiene una oportunidad para explicar y defender sus políticas progresistas, siendo la vicepresidenta Yolanda Díaz quien represente a Podemos en el discurso. Para saber si el desenlace de esta comedia negra también tiene un final trágico habrá que esperar al estreno de esta sexta parte de la saga, cada vez más tediosa.
