La de este jueves 30 de octubre era una fecha marcada en rojo en el calendario del Partido Popular. La formación de Alberto Núñez Feijóo llevaba amagando con convocar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la comisión de investigación del Senado desde hace más de un año. Nunca era el momento oportuno para los conservadores, que siempre alegaban —tanto en público como en privado— que necesitaban más información para lograr, de una vez por todas, que el caso Koldo se convirtiera en el caso Sánchez. Finalmente, el líder de la oposición dio el paso hace tres semanas y lo anunció en una sesión de control al Gobierno. La fecha escogida no fue casual: el PP, con su mayoría absoluta, hizo coincidir la comparecencia de Sánchez con el primer aniversario de la dana, con el objetivo de desviar el foco mediático sobre la negligencia del presidente valenciano, Carlos Mazón, tras la gestión de la riada que dejó 229 muertos.
Sin embargo, el PP ha acabado fracasando en esa estrategia. Ni su senador Alejo Miranda de Larra ni ninguno de los portavoces de la derecha en el Senado ha logrado arrancar ninguna declaración a Sánchez que justifique al PP llevarlo ante los tribunales por falso testimonio, como venían anunciando desde hace días. El socialista se había preparado a conciencia su intervención de este jueves y, a las dos horas de comenzar, en Génova ya anticipaban que no iban a tener ningún "corte categórico que pueda justificar que el PP le lleve ante la Justicia por falso testimonio" por parte del socialista.
El afán del senador del PP en obtener respuestas rápidas a sus preguntas le obligó en varios momentos a retirar algunas que el presidente del Gobierno contestaba explayándose, lo que también provocó que el presidente de la comisión, Eloy Suárez (PP), llamara la atención al senador de su propio grupo. Aunque los conservadores presumen de haber "logrado su objetivo" de ver al presidente del Gobierno de España "respondiendo (o sin responder) a preguntas sobre la corrupción de su familia, su partido y su Ejecutivo", Sánchez no aportó ninguna novedad al caso y logró salir vivo del encuentro.
"No me consta. No lo recuerdo. No puede seguir gobernando quien debe más silencio al 'sólido' Ábalos y al 'decente' Cerdán que explicaciones a la gente. España necesita un tiempo nuevo de reparación y limpieza. Y se lo daremos", fue la reacción de Feijóo a través de X, mientras que su número dos, Miguel Tellado, criticaba que Sánchez utilizara gafas para leer al principio de la comparecencia pero no al final. "Todo en él es mentira", concluía Tellado. Una crítica que evidencia que el presidente del Gobierno no ha incurrido en ningún error grave durante su comparecencia, para disgusto del PP.
Carlos Mazón, el lastre de Feijóo
Feijóo evitó a los medios de comunicación este jueves a la entrada de la presentación del último libro de José María Aznar, su único acto público del día, por miedo a que fuera Mazón y no Sánchez el protagonista de las preguntas. Por eso Génova ha dado la orden a sus portavoces de guardar silencio tras el funeral de Estado del miércoles, que acabó con abucheos de los familiares de las víctimas dirigidos al presidente valenciano. "Cobarde, rata, asesino, cabrón, sinvergüenza", fueron solo algunos de los apelativos utilizados por los allí presentes, que también preguntaron al president de la Generalitat por dónde estuvo y qué hizo en el día más importante de su carrera política, cuando "cientos de personas se ahogaban". Feijóo conocía los riesgos de que el valenciano acudiera este miércoles al funeral, pese a la petición expresa de los familiares, y ni él ni Mazón participaron en el saludo previo al acto en el que sí estuvieron los reyes, Felipe y Letizia, y el presidente del Gobierno unos minutos antes de que comenzara el funeral de Estado.
El propio Mazón aseguró jueves que se hace "cargo del día de ayer", que no deja de "reflexionar sobre lo que significa" esa jornada, y que en los próximos días hará "una reflexión algo más profunda" tras hablar con las víctimas. "Habrá una comparecencia en los próximos días sobre esta cuestión", señaló el jefe del Consell, que afirmó valorar "lo que se está sintiendo nuestro pueblo y mi pueblo". Preguntado sobre su posible dimisión y sobre si siente el apoyo del PP, no quiso realizar más declaraciones. Tampoco si habló con Feijóo al término del funeral de Estado. En Génova creían que su barón autonómico recibiría críticas y abucheos, pero no desde dentro de la Ciutat de les Arts i les Ciències, como finalmente ocurrió.
Por su parte, el presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, también del PP, arremetió directamente contra el Gobierno por la organización del funeral. Habló de "un acto organizado y orquestado por Moncloa", a la que acusó de llevar tiempo "instrumentalizando a las víctimas" de esta catástrofe. "Eso no lo orquestaron las víctimas, eso lo orquestó quién preparó el acto, y ahí está el error", dijo el también presidente provincial del PP. Sobre la posición del PP respecto a la situación de Mazón tras los gritos que recibió por parte de algunos familiares de víctimas, señaló que el partido hace lecturas internas "y hay cosas que quedan dentro de la vida del partido y de las decisiones que se toman con los dirigentes".
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Una crítica, la de la "instrumentalización" y la "politización" que también lanzó Feijóo a Sánchez horas antes durante la sesión de control. "Ojalá toda la energía en politizar la tragedia se dedicara a la reconstrucción", señaló. Sánchez, por su parte, evitó entrar al choque. "Hoy es un día muy duro para las familias de las víctimas, un día para las personas que lo han perdido todo. Es un día de dolor para la Comunidad Valenciana", lanzó. Una respuesta que sorprendió a la cúpula del PP, según trasladaron en privado fuentes del partido, que esperaban que tratara de polemizar aludiendo a Mazón. La portavoz parlamentaria del PP acusó después a la bancada socialista de "insultar" después preguntar: "¿Sabe lo que es la inutilidad en la política" y que un diputado del PSOE le respondiera desde el escaño: "¡Mazón!".
El adelanto electoral en Extremadura no logra opacar el aniversario de la dana
El PP tampoco ha logrado cambiar el paso con el movimiento que hizo el lunes la presidenta conservadora María Guardiola tras anunciar un adelanto electoral para el próximo 21 de diciembre, el primero en la historia de Extremadura. La baronesa del Partido Popular aspira a obtener cinco diputados más que hace dos años y medio, es decir, la mayoría absoluta, que se sitúa en 33 escaños. Así, la suya sería la primera convocatoria del nuevo ciclo electoral, a la que en principio seguirán después Castilla y León y Andalucía. Lo que sí ha conseguido es desviar el foco tras la crisis de los cribados que ha evidenciado las negligencias sanitarias del Ejecutivo de Moreno, que confía en obtener de nuevo una plácida mayoría absoluta.
El líder del PP aplaudió este martes el movimiento de Guardiola, que anunció la decisión antes incluso de someter el proyecto a votación en la Asamblea regional. A la vez, justificó al aragonés Jorge Azcón por no seguir sus pasos pese a que ni siquiera ha aprobado el techo de gasto autonómico y que el que fuera su socio, Vox, haya anunciado una ruptura. "Tendrá que presentarlos y ver qué ocurre", dijo, en referencia al aragonés, que no ve tan claro ese movimiento como su homóloga extremeña. Sin embargo, ninguno de ellos ha logrado opacar el que sigue siendo el tema pendiente del PP: Carlos Mazón.
La de este jueves 30 de octubre era una fecha marcada en rojo en el calendario del Partido Popular. La formación de Alberto Núñez Feijóo llevaba amagando con convocar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la comisión de investigación del Senado desde hace más de un año. Nunca era el momento oportuno para los conservadores, que siempre alegaban —tanto en público como en privado— que necesitaban más información para lograr, de una vez por todas, que el caso Koldo se convirtiera en el caso Sánchez. Finalmente, el líder de la oposición dio el paso hace tres semanas y lo anunció en una sesión de control al Gobierno. La fecha escogida no fue casual: el PP, con su mayoría absoluta, hizo coincidir la comparecencia de Sánchez con el primer aniversario de la dana, con el objetivo de desviar el foco mediático sobre la negligencia del presidente valenciano, Carlos Mazón, tras la gestión de la riada que dejó 229 muertos.