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19J | Elecciones en Andalucía

El PP cierra campaña soñando con una mayoría que impulse la unidad del centroderecha en toda España

De izquierda a derecha: Juan Espadas (PSOE), Juan Manuel Moreno (PP), Juan Marín (Ciudadanos), Inmaculada Nieto (Por Andalucía), Macarena Olona (Vox) y Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía).

En el PP apenas se atreven a verbalizarlo, pero creen que es posible obtener mayoría absoluta en las elecciones del domingo. Así se los dicen los datos demoscópicos que manejan, si bien todo va a depender, parece, de las cifras de participación. De ahí el esfuerzo de movilización de los últimos días y las críticas cada vez más habituales de Alberto Núñez Feijóo a Vox, algo que el presidente del PP ha estado evitando desde que se hizo cargo de las riendas del principal parrtido de la oposición.

Los conservadores creen que han ido a más durante la campaña y que ni Vox ni sobre todo el PSOE han sido capaces de fidelizar a los electores que más sintonizan con ellos. 

Las encuestas, al menos las publicadas hasta el pasado lunes, dicen que el PP va por delante. Pero para alcanzar la mayoría absoluta debería haber dado un salto en la recta final de la campaña que le permitiese alcanzar la cifra mágica de los 55 escaños que abriría la puerta a una rotunda victoria de Juanma Moreno y de Alberto Núñez Feijóo a menos de un año de las municipales y a poco más de 18 meses de las elecciones generales.

Quedarse por debajo sería un problema para Moreno, que tendría que buscar una fórmula para ser investido que sólo Vox está dispuesto a ofrecerle a cambio de pisar la moqueta del Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía. Pero si el resultado supera los 50 escaños y Vox no logra un crecimiento significativo, más allá de la comparación lineal con los escaños que obtuvo en 2018, Feijóo estará en condiciones de seguir alimentando la narrativa de que es posible reconstruir en torno al PP la unidad del centro derecha que hizo realidad las victorias de José María Aznar (1996 y 2000) y la de Mariano Rajoy (2011).

Feijóo cerró campaña el jueves en Jaén advirtiendo de lo mucho que está en juego y sugiriendo que pasar de 47 a 55 escaños —mayoría absoluta— depende de “un puñado de votos”. El domingo el PP andaluz tiene “la oportunidad de ser, según sus propias palabras, “el precursor de la aglutinación del centro derecha en España”. “Tenéis la oportunidad de ser los protagonistas de la política española, no la desperdiciéis”, emplazó Feijóo a los asistentes al mitin.

En la misma idea, la de que el PP está muy cerca de no depender de nadie —eso es la mayoría absoluta— lleva días Juanma Moreno. Su apelación al votante tradicional del PSOE para que le apoye y no tener que depender de Vox ha sido constante: “Ahora hay que despejar la incógnita de qué quieren los ciudadanos: que la opción que represento gobierne en solitario o acompañada y verme limitado y condicionado a tener que hacer un acuerdo con otra fuerza política”, repitió este viernes en una intensísima jornada con mítines en tres provincias diferentes.

El candidato del PP completó la campaña como la empezó, evitando reconocer abiertamente que, llegado el caso, aceptará compartir el gobierno de la Junta con la extrema derecha. Exactamente lo mismo que ya sucedió en Castilla y León hace apenas tres meses.

El objetivo de Vox

Ese es el gran objetivo de Vox, cuya candidata, Macarena Olona, aspira a la vicepresidencia andaluza, y cuyo líder, Santiago Abascal, quiere confirmar que la alternativa al Gobierno de coalición de Pedro Sánchez sólo será posible mediante un acuerdo entre el PP y su partido, y no por la reunificación del centroderecha bajo unas mismas siglas, ls gran aspiración de Feijóo.

Por eso Olona y Abascal se han centrado estos días en denunciar que, si Vox no obtiene un buen resultado el domingo, el PP acabará pactando con el PSOE. “Están negociando en habitaciones oscuras el acuerdo de abstención de todas las fuerzas de la izquierda para apoyar la investidura del PP y dejar fuera de San Telmo a Vox”, sostiene la candidata alicantina.

Juan Espadas, el aspirante del PSOE, cerró campaña a su vez insistiendo en el mensaje contrario: está seguro de que el PP va a dar entrada a Vox en el Gobierno de Andalucía. Y repitiendo, un día sí y otro también, que nunca facilitará con su abstención la investidura de Moreno. Con la primera idea los socialistas intentan frenar la fuga de votos de su partido hacia el PP que revelan las encuestas y que alimenta la buena opinión que, según los estudios demoscópicos, gran parte de la población andaluza tiene de Juanma Moreno. Con la segunda, tratan de reforzar la evidencia de que el PP sólo podrá gobernar con la ultraderecha.

El candidato socialista ha dedicado la campaña, que cerró este viernes en Sevilla en compañía del presidente Pedro Sánchez, a combatir el desánimo de los suyos con el argumento de que el domingo será posible darle la vuelta a las encuestas.

En el PSOE saben que la derrota, hasta hace poco impensable en una comunidad dominada tradicionalmente por la izquierda, es inevitable y ya sólo piensan en el control de daños. Por eso llaman “a la movilización de aquellos que, a veces porque tienen muchos problemas, están desencantados de la política, hartos de discrepancias, desacuerdos, gritos, insultos o calumnias, dicen que estas no son mis elecciones”.

“Hay que combatir el desencanto y decirle a cada ciudadano que su voto vale exactamente igual que otro, y tiene el derecho y la obligación cívica de incorporarse, implicarse y participar para decir qué gobierno y Andalucía quiere”, defendió Espadas en sus últimos mitines. “El día para decidir es el domingo”, porque “el lunes ya habrán decidido otros por ti si te quedas en casa”, advirtió el viernes en un mitin en Jerez de la Frontera (Cádiz).

Por Andalucía, la candidatura liderada por Inma Nieto y amadrinada por la vicepresidenta Yolanda Díaz en lo que todo el mundo ha interpretado como el germen del proyecto político que quiere levantar para movilizar a la izquierda del PSOE en las próximas elecciones generales, cerró también en Sevilla. Después de un inicio catastrófico, marcado por las discrepancias internas entre los socios de la coalición, Por Andalucía ha ido de menos a más y en los últimas días ha recuperado el pulso que le faltó en el inicio de la campaña.

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Nieto, que cerró en Málaga —es la única que no eligió Sevilla como escenario—, asegura que su candidatura puede dar una “formidable sorpresa” este domingo a la vista, dice, de la “movilización creciente” de los últimos días, en parte gracias a los actos multitudinarios protagonizados por Díaz.

La participación de una izquierda desmovilizada que puede haberse resignado a una victoria de la derecha ha sido también el principal objetivo de la candidata de Adelante Andalucía durante la campaña. Su líder, Teresa Rodríguez, volvió a hacer “un llamamiento fundamental a los votantes. Primero, a todos los votante de izquierdas, que nadie se quede en casa. Puede haber más o menos desencanto, más o menos desilusión, pero que nadie se quede en casa”, proclamó. 

La confrontación con la extrema derecha, de la que Rodríguez hizo gala en los dos debates celebrados durante la campaña, ha sido uno de los ejes del discurso de Adelante Andalucía. El otro, la seña de identidad de la única candidatura con posibilidades de obtener representación que es "exclusivamente andaluza": sus escaños “no cotizan en Madrid, son peticiones de inversiones y de justicia por Andalucía”, subrayó este viernes su cabeza de cartel. “Cada escaño que consigamos va a ser una voz clara en la defensa de los intereses de Andalucía frente a los intereses partidistas”.

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