La situación en el PP

El PP teme que la articulación electoral de la España vaciada sepulte su euforia en las encuestas

El líder del PP, Pablo Casado, en una explotación ganadera de Valverde de Alcalá (Madrid).

La posibilidad de que la España vaciada irrumpa en el Congreso de los Diputados a partir de 2023 siguiendo la senda que abrió hace dos años Teruel Existe pertenece, a día de hoy, al terreno de la especulación. Esa es, al menos, la opinión de los expertos en opinión pública y procesos electorales con los que ha consultado infoLibre, a pesar de que una reciente encuesta publicada por El Español pusiese sobre la mesa esa hipótesis atribuyéndole nada menos que un potencial de 15 escaños. Una suma lo suficientemente abultada como para decidir el presidente del Gobierno en la próxima legislatura.

Para la derecha, sin embargo, se trata de una amenaza real. Así lo reconocieron esta semana el portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, y el presidente del PP, Pablo Casado.

El líder de la oposición trufó gran parte de su discurso de esta semana en Puertollano (Ciudad Real), durante la clausura del congreso regional del PP de Castilla-La Mancha, precisamente con las demandas de la España vaciada. Fue allí donde no sólo reivindicó a su partido como una formación política identificada con las necesidades de las áreas rurales sino que denunció que las organizaciones que trabajan ya activamente para emular a Teruel Existe y presentar candidaturas provincialistas en las elecciones de 2023 son en realidad “marcas blancas del PSOE”.

Son “marcas blancas del PSOE” cuyo único objetivo es “intentar competir con el PP”, porque los socialistas “ya han renunciado a ganarnos en estas provincias del entorno rural”. “Saben”, sentenció, “que el PP es quien más entiende sus necesidades”. Por eso quieren “intentar dividir a la gente del campo para que les vote o al menos que no se movilice” contra ellos.

Es la misma fórmula que utilizó dos días después el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros. El representante de la derecha extrema pidió a los ciudadanos de las provincias de la España vaciada que tengan “cuidado de no caer en manos de marcas blancas de aquellos” que ya les “han engañado”, en alusión al PSOE pero también al PP, con quien los ultras compiten en el mismo espacio político.

De la inquietud que estas iniciativas provocan dieron buena prueba no sólo la intervención de Casado en Puertollano sino que el principal acto político del líder conservador en toda la semana sea su participación, este viernes, en el Congreso de Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Asaja Ciudad Real.

Esta es precisamente una de las provincias de la España vaciada, o en proceso de vaciamiento, en las que está en discusión la posibilidad de que organizaciones locales den el paso y acaben presentando una candidatura electoral. Son una veintena, aunque en muchas de ellas será difícil alcanzar el mínimo de votos necesario para ganar al menos un diputado y robárselo al PP, al PSOE o incluso a Vox. Además de Teruel, a la cabeza de las provincias agraviadas todo el mundo cita cinco casos: Soria, Jaén, Zamora, Burgos y León. Pero en la lista también están Ávila, Palencia y Segovia (Castilla y León), Huesca (Aragón), Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara (Castilla-La Mancha), Badajoz y Cáceres (Extremadura), Lugo y Ourense (Galicia), y Córdoba y Jaén (Andalucía).

En conjunto son más de la mitad de las circunscripciones, 28 de 52 (50 provincias más Ceuta y Melilla), las que reparten cinco o menos escaños. Es ahí donde la irrupción provincialista concentra todo su potencial. Y donde se distribuyen casi un tercio de los escaños del Congreso de los Diputados.

Las organizaciones de la España vaciada ya han tomado la decisión. En su III Asamblea General, celebrada hace pocas semanas en la localidad alcarreña de Priego (896 habitantes), discutieron activamente la necesidad de seguir la ruta trazada con éxito por Teruel Existe. Si tienen éxito, pueden tener la llave del próximo Gobierno.

Las prevenciones con las que PP y Vox hablan de la posibilidad de que el provincialismo político fructifique, considerándolo una iniciativa encubierta de la izquierda, parece confirmar la tesis de Sergio Andrés Cabello, doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad del País Vasco y autor del libro La España en la que nunca pasa nada. Periferias, territorios intermedios y ciudades medias y pequeñas (Akal, 2021), según el cual la mayoría de estas organizaciones tienen su origen en movimientos vecinales y asociativos progresistas.

Los valores de la izquierda

“Yo los veo más cercanos a valores de la izquierda, muy basados en conceptos de participación ciudadana”, asegura. Aunque eso no significa que su éxito vaya a perjudicar más a unos que a otros: va a depender “del contexto” y, sobre todo, de cómo se adapten a la situación los partidos tradicionales. Hay que tener en cuenta que cuando estas plataformas dan el salto “es porque ya no se fían de los partidos mayoritarios”.

Por si acaso, consciente de lo que el PP se juega en esas provincias, Casado ya ha empezado a desarrollar un discurso en el que trata de identificar a su partido con la defensa de la España vaciada y acusa al Gobierno de pretender solucionar la despoblación a golpe de decretos en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Según Casado, “contra la despoblación no luchan los políticos”, sino los agricultores, los ganaderos, los emprendedores que plantean negocios en las áreas rurales y los cazadores. “Un político no puede” usar “el BOE” para decir: “Oye, usted no se va a despoblar’. Por mucho que muevan aquí organismos, por mucho que quieran enfrentar autonomías”.

Casado promete allí donde va dedicar a la España vaciada los fondos europeos y llevar la fibra óptica a todos los municipios, “por pequeños que sean”. Su apuesta por el campo, resumió en Puertollano, lo es por conseguir “servicios públicos, buenas conexiones, buena fiscalidad y una ley del suelo atractiva”.

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Vox está en la misma estrategia. Su idea de identidad se basa en las provincias, como demostró en el festival que organizó el pasado octubre en Madrid para contraprogramar la convención nacional del PP.

Los ultras aseguran entender los motivos de queja de la España vaciada, castigada y discriminada desde hace años por “todos los gobiernos”, los del PSOE y los del PP, en palabras de Espinosa de los Monteros. “Hay un descontento real” y es “muy comprensible”, concedió el martes el portavoz de Vox en el Congreso.

Pero la solución, advirtió, no es votar partidos provincialistas que no son más que extensiones de PP y PSOE. “Ese legítimo deseo de ser escuchados probablemente esté mejor representado por fuerzas nacionales, siempre y cuando estén dispuestas a frenar el chantaje de los nacionalistas”.

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