Puigdemont aprieta pero no ahoga a Sánchez mientras el Gobierno le tiende la mano: “Votación a votación”

La legislatura entra en un nuevo territorio. Desconocido. Junts ha decidido redoblar su presión a Pedro Sánchez verbalizando una ruptura del pacto de investidura, que ahora deben votar sus bases hasta el jueves, y con la proclama de que se sitúan desde este momento en “la oposición”. Carles Puigdemont aprieta al máximo al Gobierno de coalición, pero, por el momento, no lo ahoga.

"El PSOE ha considerado que sus tiempos y ritmos eran los únicos válidos. Ha estado ignorando su debilidad parlamentaria y ha menospreciado los avisos y las señales que hemos ido enviando en estos 22 meses de trabajo y 19 encuentros en Suiza. No ayudaremos a este Gobierno ni a ningún otro que no ayude a Cataluña", fue el mensaje que quiso lanzar desde Perpiñán el expresident catalán después de reunir a la cúpula posconvergente.

El paso dado por Junts supone agitar más la legislatura, pero no conlleva un movimiento rápido y efectivo para desbancar ya a Sánchez del Palacio de La Moncloa, porque en ningún caso ha hablado de una moción de censura instrumental para convocar elecciones ni ha desempolvado la amenaza de forzar una cuestión de confianza en el Congreso.

Lo que sí advirtió Puigdemont es que esta ruptura supondrá dejar atrás la mayoría de la investidura que se fraguó con los acuerdos tras las elecciones del 23J. Una mayoría que, a pesar del ruido mediático, sí iba salvando votaciones cada semana, como sucedió recientemente con el decreto del embargo de armas a Israel y la ley de movilidad sostenible.

La lista de agravios de Puigdemont es extensa, pero tampoco ha puesto sobre la mesa imposibles, como una consulta sobre la independencia. Junts habla de la publicación de las balanzas fiscales, del traspaso en materia de interventores municipales, de transparencia en las inversiones en infraestructuras en Madrid y Barcelona y de la negociación de leyes sobre ocupaciones y multirreincidencia. Los posconvergentes quieren forzar a los socialistas a que se muevan en alguna de estas materias, que son claves para un electorado que se está dejando seducir, según las encuestas, por Aliança Catalana.

Evitar el choque

El Gobierno trata de superar esta crisis apelando al diálogo. Fuentes del Palacio de La Moncloa lanzaron este mensaje tras la comparecencia del expresidente catalán: “Máximo respeto por Junts”. Con este ofrecimiento: “Mano tendida siempre para seguir dialogando y llegar a acuerdos”. Y asumieron esta dinámica a partir de ahora: “Vamos a trabajar, como siempre, votación a votación”. 

No se quiere entrar en ningún choque directo con los posconvergentes y el Ejecutivo busca hacer valer su papel como único interlocutor para armar mayorías frente al bloque PP-Vox. En La Moncloa recuerdan las palabras de este fin de semana del titular de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, en una entrevista con La Vanguardia. El ministro le decía a Junts que debe decantarse entre "la España del nodo o la España moderna, volver al pasado o seguir avanzando hacia el futuro".

Desde la calle Ferraz también insistieron en su “mano tendida” y recordaron: “En lo relativo al pacto y en lo que está en nuestra mano, entendemos que tanto el Gobierno como el PSOE estamos cumpliendo lo pactado. En lo que está en manos de otros, estamos trabajando para que se cumpla”. Por ejemplo, Moncloa y Exteriores siguen negociando para el reconocimiento de las lenguas cooficiales en las instituciones europeas, con un importante hito reciente: la decisión de Alemania de abrirse a debatir la cuestión. 

Sánchez, a pesar de la difícil aritmética, no ha dado ninguna señal de que pueda convocar elecciones anticipadas. En Moncloa y Ferraz siempre hablan de su intención de agotar la legislatura, aunque no salieran las cuentas públicas para el año que viene. Además, a pesar de que el PSOE mejora en intención de voto tras el verano, los sondeos siguen dando una mayoría al PP y a Vox.

PP, Vox y el independentismo

En la coalición de Gobierno saben también que Junts, pese a sus amenazas, tiene vértigo a entregar el Gobierno al Partido Popular y a Vox, lo cual sería un enorme problema para el independentismo. Esa sensación, por ejemplo, la señalaron los ‘comunes’, que forman parte del Ejecutivo a través de Ernest Urtasun. Fuentes de este partido subrayaron: “La decisión de Junts no beneficia en nada a Cataluña, a su autogobierno, a su lengua y a su cultura”.

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“Erosionar deliberadamente al Gobierno de coalición progresista es acercar la posibilidad real de un Gobierno del PP y Vox. No entendemos en qué mejora la vida de los catalanes y catalanas que Junts se posicione en el "no" a todo. No quieren reducir la jornada laboral, no quieren revalorizar las pensiones, ¿no quieren mejorar la financiación?”, aseveraron desde el núcleo duro de los 'comunes', donde se hace también este análisis: “Si Junts sigue por este camino, estarán abandonando a los catalanes para ponerse del lado de la derecha y de la extrema derecha. Es incomprensible para toda la ciudadanía de Cataluña, que defiende la democracia y el catalanismo, que Junts quiera censurar a este Gobierno pero no se atreva a censurar al de Sílvia Orriols en Ripoll mientras promueve el odio y la división”.

Además, hay otros datos que pueden pesar para Junts de cara a su propio electorado ante la opción de dejar caer al PSOE. Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, Sánchez es el político preferido por los votantes posconvergentes para ser presidente del Gobierno (con un apoyo del 55,6% frente al 1,7% de Feijóo). Además, los electores de Puigdemont le dan una nota media de 5,6 al socialista frente al 2,73 del líder del PP y el 1,34 de Abascal.

En el Gobierno miran especialmente al PNV, socio clave para que aguante la legislatura. Los nacionalistas vascos lanzaron estas ideas tras la intervención de Puigdemont: “La posición trasladada hoy por Junts no hace otra cosa sino constatar lo que ya se sabía: que existe una mayoría negativa en el Congreso. Es una decisión relevante para Sánchez, pero habrá que ver cómo evoluciona. No creemos, sin embargo, que el Gobierno vaya a caer mañana por la mañana. Aún así, Sánchez debe asumir su responsabilidad y trabajar para aunar mayorías. Está en su mano. Un Parlamento sin mayorías ni presupuestos no es muy sostenible en el tiempo”.

La legislatura entra en un nuevo territorio. Desconocido. Junts ha decidido redoblar su presión a Pedro Sánchez verbalizando una ruptura del pacto de investidura, que ahora deben votar sus bases hasta el jueves, y con la proclama de que se sitúan desde este momento en “la oposición”. Carles Puigdemont aprieta al máximo al Gobierno de coalición, pero, por el momento, no lo ahoga.

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