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Cataluña

Puigdemont readapta su hoja de ruta y planea su referéndum para el 11S de 2017

Puigdemont readapta la hoja de ruta del independentismo y planea convocar un referéndum el 11S

Se consuma la reforma de la hoja de ruta de la Generalitat de Cataluña para alcanzar la independencia. Este miércoles, el presidente Carles Puigdemont anunció que su intención es convocar un referéndum de autodeterminación en otoño del año que viene, y fuentes cercanas al mandatario aseguran que se baraja celebrarlo el 11 de septiembre, fecha en la que se celebra anualmente la Diada.

Pugidemont compareció este miércoles en el Parlament para dar cuenta de su gestión en la moción de confianza, y anunció oficialmente lo que llevaba semanas dejando entrever: que su intención es convocar un referéndum, sea pactado con el Estado o de manera unilateral. "O referéndum o referéndum", aseguró durante su intervención Puigdemont, para tratar de dejar claro que llevará a cabo la consulta aún con la negativa del Gobierno central, si bien no ofreció detalles sobre el modo en el que esquivar la previsible negativa del Estado.

La intención de Puigdemont fue recibida de buen talante por la CUP, que junto a Junts pel Sí sostiene la mayoría absoluta independentista en el Parlament de Cataluña. No obstante, el referéndum supone una modificación de hoja de ruta inicial con la que la coalición del PDC –entonces CDC– y ERC ganó las elecciones en septiembre del año pasado, un documento que, según reconocen fuentes cercanas a Puigdemont, estaba diseñado "para haber ganado con el 60%" y no para el 47% que obtuvieron Junts pel Sí y la CUP.

"Por eso renunciamos a realizar una declaración unilateral de independencia", señalan estas fuentes, que plantean que el referéndum que quiere organizar Puigdemont es una manera de buscar "superar el 50%" de los votos a favor de la independencia. No obstante, tal y como publicó este diario, Puigdemont se niega tajantemente a repetir una consulta como la que se celebró el 9 de noviembre de 2014, en la que participó menos del 40% del censo y que, pese a contar con el respaldo oficial, fue organizada por voluntarios y no por funcionarios de la Generalitat, por lo que no tuvo ninguna consecuencia efectiva pese a la aplastante victoria de la opción independentista.

Este dirigente, no obstante, niega que el anuncio de una nueva consulta sea una manera de ganar tiempo, ya que los plazos de la legislatura no se han alterado. Junts pel Sí ganó las elecciones prometiendo una legislatura de 18 meses, y Puigdemont fue elegido presidente el 10 de enero de este año, por lo que un referéndum el 11 de septiembre de 2017 podría servir como cierre de la legislatura para, acto seguido, convocar unas nuevas elecciones.

Romeva y Junqueras, los encargados

De la organización de la consulta se encargarán Raül Romeva, consejero de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia, y Oriol Junqueras, líder de ERC y vicepresidente autonómico. Ambos dirigentes, según anunció Puigdemont, comenzarán a preparar el referéndum en junio del año que viene si no hay un pacto con el Estado, si bien el president quiso insistir en que "el encargo apelará a todo el Govern y todo el Govern asume la responsabilidad que le corresponde".

No obstante, las fuentes del PDC consultadas por infoLibre explican que el hecho de que sean Romeva y Junqueras los dirigentes elegidos por Puigdemont para llevar a término el referéndum tiene una lectura interna. Y es que el encargo al líder de ERC haría que un eventual fracaso de la consulta recayese fundamentalmente sobre sus hombros, según interpretan estas fuentes.

Estos mismos dirigentes explican que la organización del referéndum también podría haberse encargado a la consejería de Gobernación, liderada por Meritxell Borràs, que forma parte, al igual que Puigdemont, del PDC. Sin embargo, según sostienen estas fuentes, Borràs es contraria a la celebración de una consulta, un sector en el que también estaría encuadrado el expresidente Artur Mas, cuyas tesis –y él mismo– quedarían así arrinconadas por la decisión tomada por Puigdemont.

Catalunya Sí que es Pot y la CUP

Más allá de sus repercusiones internas, las fuentes consultadas sostienen que la nueva dirección tomada por el president busca acercarse a los postulados de Catalunya Sí que es Pot (la coalición de Podemos, Equo, ICV y EUiA) –que siempre ha defendido la celebración de un referéndum pero rechaza la declaración unilateral de independencia– para intentar aumentar sus apoyos. Y dirigentes de esta coalición consultados por este diario coinciden con esa interpretación: "Es una rectificación evidente de la hoja de ruta para volver a los postulados que nos habíamos quedado solos defendiendo".

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"Es el acta de defunción del proyecto de desconexión y un rebobinado a antes de las elecciones", sostienen estas fuentes, que no obstante ponen el foco en la otra gran pata del discurso de este miércoles de Puigdemont: su apelación a la CUP para que, además de prestarle sus votos para superar la moción de confianza, apoye su proyecto de presupuestos. "Si supero esta prueba, o se aprueban los presupuestos que está preparando Oriol Junqueras o usaré las facultades de que dispongo para convocar elecciones; no hay confianza sin presupuestos", planteó el mandatario, que pidió consejo a "quien no tenga intención de aprobar los presupuestos" que no le "otorgue la confianza".

"Puigdemont ha anunciado que celebrará un referéndum pactándolo o sin pactarlo con el Estado para que la CUP no se descuelgue, pero a la vez les ha exigido que les apoyen los presupuestos, que es lo realmente importante porque sería un balón de oxígeno para él", analizan fuentes de Catalunya Sí que es Pot, que sostienen que sacar las cuentas adelante daría al Gobierno autonómico "uno o incluso dos años" de relativa estabilidad en el Parlament.

En este sentido, tanto Catalunya Sí que es Pot como el PDC están convencidos de que los anticapitalistas terminarán apoyando los presupuestos de Puigdemont, aunque por diferentes motivos. Las fuentes de la coalición de izquierdas argumentan que unas nuevas elecciones serían "desastrosas" para la CUP, mientras que los dirigentes nacionalistas consultados confían en que para la CUP es impensable aparecer ante la opinión pública como el actor que ha dado al traste con el proceso independentista.

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