Sánchez aprovecha la moción para defender a la coalición frente al neoliberalismo de Vox y PP

Sánchez, Díaz y Calviño, en el Congreso.

Dos modelos frente a frente. La primera jornada de la moción de censura presentada por Vox, con el economista Ramón Tamames como candidato, sirvió para dibujar la gran batalla electoral de este año. Con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aprovechando para defender el modelo y la gestión de la coalición progresista frente a unas derechas neoliberales y con propuestas de involución.

El resultado está escrito: este miércoles la moción fracasará con una gran mayoría de noes, aunque con la abstención del Partido Popular. Pero la estrategia pactada entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz supuso en la puesta en escena un mensaje muy claro: la coalición sirve y los dos se han conjurado para proyectar cohesión. Se presentaron ya como tique electoral para finales de año con el que recuperar con brío esa idea de equipo a pesar de las diferencias.

Sánchez y Díaz cerraron justo antes del fin de semana, según fuentes conocedoras de los preparativos, cómo afrontarían la moción: los dos participarían y con un reparto de papeles armonizado. Con la misma idea: el Gobierno tiene mucho que defender de su gestión y le quedan muchas cosas para hacer en la siguiente legislatura frente a la “nada” que supone el proyecto del PP y de Vox.

"¿Para qué sirve Vox?"

Mientras que Santiago Abascal y Ramón Tamames no presentaron ninguna medida, los dos miembros del Ejecutivo desplegaron su carta de credenciales, desde la subida del salario mínimo interprofesional hasta las reformas laboral y de las pensiones, pasando por la nueva ley del aborto y los ERTE. Y valores compartidos frente a las derechas: feminismo, lucha contra el cambio climático y justicia fiscal.

Se trata la moción, a juicio de Pedro Sánchez, de un “show”. Pero quería el presidente del Gobierno lanzar una pregunta: “¿Para qué sirve Vox?”. A juicio del dirigente socialista, el partido de la ultraderecha es “odio” y “brutalidad”. Frente al “apocalipsis” que dibujan las derechas, el presidente argumentó que la coalición ha logrado que haya más de veinte millones de empleados o que se pague la energía más barata de Europa ahora en España. En sintonía con países como EEUU, al que aludió Tamames, en medidas como el impuesto a las grandes empresas.

Era un día con muchos gestos y Sánchez los tuvo para cuidar la coalición después de unas semanas tumultuosas con polémicas como la ley del ‘sólo sí es sí’. El jefe del Ejecutivo pidió expresamente a Santiago Abascal (que fue el primero en hablar antes que Tamames) que retire sus calificativos de “locas” a Ione Belarra e Irene Montero. Nada de convocatorias anticipadas de elecciones: aguantar hasta el final trabajando. Puso mucho énfasis el jefe del Ejecutivo en la estabilidad que ha supuesto el Gobierno logrando sacar adelante tres presupuestos generales seguidos.

Díaz y Sánchez, alineados para defender al Gobierno

Los gestos de unión de la coalición emergieron también más tarde a través de Yolanda Díaz, que llegó a la cita habiendo anunciado el día antes el acto en el que lanzará su candidatura el próximo 2 de abril en Madrid en el pabellón Magariños. La vicepresidenta segunda tuvo palabras para ministros de los destinos partidos del Gobierno, empezando por Nadia Calviño, a la que elogió por sus previsiones económicas. No era algo casual, después de haber rivalizado internamente durante años en el Ejecutivo. Y esas buenas palabras fueron también para María Jesús Montero, José Luis Escrivá, Pilar Alegría, Alberto Garzón, Joan Subirats y Miquel Iceta. También para Belarra y Montero, con quien todavía no ha resuelto la fórmula entre Sumar y Podemos para las urnas.

La primera jornada tuvo dos temporadas diferentes. La primera fue el duelo entre Abascal y Pedro Sánchez, con el presidente muy duro ante Vox. Le retó a que dijera una propuesta para mejorar la convivencia, algo que no supo responder luego el líder de la ultraderecha, quien se limitó a decir que él hacía oposición. Una imagen vale más que mil palabras: el candidato Tamames no aplaudió al líder de Vox.

Durante todo el duelo, además de retratar el poco apego al trabajo de Abascal y no haber hecho ninguna propuesta sanitaria durante la pandemia, el presidente remarcó las diferencias de los dos modelos, diciendo que si hubiera prosperado la anterior moción de la ultraderecha, no habría hoy un salario mínimo de 1080 euros, por ejemplo. Con Tamames el duelo fue en otro tono, aunque el candidato tenía pocas ganas de contestar y llegó a echarle en cara al presidente que hablara “con un tocho de veinte folios”. También se quejó del tiempo empleado por Yolanda Díaz.

El blanqueamiento de Vox y la abstención del PP

El reglamento del Congreso no establece un tiempo para el Gobierno y el candidato. Tamames llevaba impreso su discurso, saltándose la parte principal que había vendido Vox: convocar elecciones anticipadas. El presidente le reprochó al economista que blanqueara a Vox y se aliara con los “sucesores” de Blas Piñar y los neoliberales. Sánchez quiso poner también el foco en el PP: calificó de “indecente” la abstención. Para el socialista, se trata de un pago “en diferido” de Alberto Núñez Feijóo a la ultraderecha, lanzando el aviso de que les pedirán un segundo pago. El líder de los populares no acudió al Congreso y quiere el perfil más bajo posible de esta moción.

En La Moncloa, tras el duelo de Pedro Sánchez con Abascal y Tamames, la sensación que flota es de “satisfacción”, según fuentes del Ejecutivo. “Ha ido bien, salimos más fuertes. Y el Gobierno, más cohesionado”, sostuvieron en el círculo del presidente, donde reflexionan que se ha evidenciado que el proyecto del PP y de Vox es “la nada”. El Gobierno se ha tomado “muy en serio” esta moción y, por eso, Sánchez y Díaz se tomaron su tiempo para los discursos y explicaciones. 

Tamames elude incluir en su discurso el compromiso de convocar elecciones anticipadas

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La idea de Sánchez y Díaz era presentar al Gobierno de las clases medias y trabajadoras frente a ese hipotético Ejecutivo de PP y Vox, que beneficiaría a los poderosos.Y pusieron también mucho énfasis en los temas sobre los que no hablaron Tamames y Abascal. “No es ideología de género, es feminismo”, proclamó el presidente, al igual que la vicepresidenta que remarcó los beneficios de la reforma laboral para los jóvenes y las mujeres.

La reforma de las pensiones y la moción de censura están sirviendo para rearmar el bloque de la investidura, que había sufrido sacudidas con el ‘sí es sí' o la ley de bienestar animal. Un gesto también muy comentado en ese sentido es que las dos bancadas (del PSOE y de UP) se levantaron y se pusieron en pie al final de los discursos de Sánchez y de Díaz, vigorizando esa foto de unidad. Desde Podemos, Lucía Muñoz rebajó mucho el tono del debate del ‘sí es sí’ y pidió al PSOE medidas valientes como la ley de vivienda.

Otra de las ideas que potenció Sánchez, frente a las críticas de la derecha, es que hoy Cataluña está mucho mejor que en 2017, cuando se produjo la declaración unilateral de independencia. Argumentó que se cumple ahora la Constitución en todos los territorios de España, a excepción del PP con el Consejo General del Poder Judicial. Objetivo cumplido: Sánchez y Díaz caminan juntos para intentar que la coalición vuelva a ocupar La Moncloa cuatro años más.

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