Sánchez asume como "malo" el nuevo dato de inflación y pide "unidad" al Congreso para hacer frente a la guerra

De la pandemia a la guerra pasando por tormentas de nieve o arena o la erupción de un volcán. El presidente del Gobierno ha enumerado durante su comparecencia en el Congreso todos los retos que su Ejecutivo ha tenido que afrontar durante la legislatura y ha lanzado una petición expresa al conjunto de la cámara: "¿Qué más tiene que pasar para que actuemos unidos?". Pedro Sánchez, que acudía al Congreso para dar cuenta del Consejo Europeo y del cambio de política exterior respecto al conflicto del Sáhara, ha repasado el plan de actuación aprobado este martes en Consejo de Ministros para paliar las consecuencias económicas derivadas de la invasión rusa de Ucrania. Una batería de medidas que ha enmarcado en el "camino de justicia, de determinación y de unidad" que dejó como lencción la pandemia.

El presidente ha lamentado "el mal dato" de la inflación conocido este miércoles, algo que ha sido "exacerbado por la guerra de Ucrania" y que, en su opinión, será mitigado por el plan de respuesta impulsado por el Gobierno, que ha calificado de "ambicioso y efectivo", además de "abierto y dinámico". "Nuestro deseo es que la guerra dure el menor tiempo posible y que cuanto antes volvamos a la senda de la recuperación económica", ha dicho, aunque ha afirmado que el Ejecutivo responderá en caso de que el conflicto se alargue en el tiempo.

Sánchez también ha celebrado que Europa haya permitido imponer un límite al precio del gas generador de electricidad, la petición que llevaron a la UE España y Portugal y que se concretará antes de final de semana para que la Comisión pueda dar luz verde cuanto antes y puedan notarse los efectos en el recibo de la luz. También ha defendido las compras centralizadas de gas y una "reforma estructural del mercado energético" para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania.

"Pararle los pies a Putin"

El presidente del Gobierno ha remarcado la necesidad de que se "paren los pies a Putin", porque "lo que está en juego en esta guerra es Europa". Y por ello ha recordado el ingreso de España en la OTAN. "Como español, quiero dar las gracias a todos los partidos, de todo signo político, que hicieron posible nuestro ingreso", ha dicho, añadiendo que "tenemos razones para sentirnos orgullosos de ser europeos porque hemos construido la comunidad cívica más avanzada de la historia".

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"Apoyaremos a un pueblo a nivel europeo, transatlántico y bilateral", ha continuado el líder del Ejecutivo, que ha rechazado la distinción entre "armamento defensivo y ofensivo". "En guerra, todo armamento es defensivo", ha esgrimido, detallando a continuación que casi 4 millones de ucranianos ha abandonado Ucrania en el último mes. "España suministrará armas para la legítima defensa", ha añadido, diciendo que tiene "la firme voluntad" de que "España responda de manera ejemplar". "El momento reclama nuestra solidaridad y España volverá a dar ejemplo", ha dicho antes de aclarar que nuestro país también dará cumplimiento "de manera progresiva" al mandato de la OTAN de acercar el gasto militar al 2% del PIB. "Nuestra seguridad está amenazada y por eso se tiene que reforzar, y todo esto tiene un coste", ha dicho.

Marruecos y el Sáhara

Tras repasar el plan de respuesta a la guerra, Sánchez ha abordado el giro en política exterior sobre la situación del Sáhara. El presidente del Gobierno ha asegurado a este respecto que "las relaciones con Marruecos son un asunto de Estado" y ha remarcado que "el Gobierno quiere abrir una nueva etapa en las relaciones con Marruecos" tras una crisis diplomática.

Sánchez ha enfatizado que su principal objetivo es defender "los intereses de España" ajustándolos a la Unión Europea y a lo acordado en Naciones Unidas, y ha insistido en que no se trata exactamente de un cambio de postura: "Se ha hablado de un giro con la postura del Gobierno, pero en lugar de eso hay que hablar de un paso más en un camino que se inició hace 14 años, cuando el Gobierno saludó la propuesta marroquí para solucionar un conflicto que lleva 40 años enquistado. No hay desinterés hacia el sufrimiento del pueblo saharui, sino un propósito firme para solucionar un conflicto enquistado, siempre dentro del marco de Naciones Unidos y con el acuerdo de las partes implicadas", ha destacado.

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