Sánchez lo apuesta todo a la política social para superar la crisis del PSOE en el nuevo año

“Este Gobierno es más necesario que nunca”. Esta frase la ha repetido mucho en privado Pedro Sánchez cuando ha analizado con dirigentes en Moncloa y en Ferraz la situación política a raíz de los malos resultados en la batalla electoral en Extremadura el pasado día 21. Y una de las principales reflexiones del presidente ante los suyos durante estos días es que el hecho de que haya una coalición progresista en el Ejecutivo amortigua muchas de las políticas de las derechas en las autonomías y no deja ver la crudeza de lo que suponen el PP y Vox.

Pero también se han aprendido muchas lecciones: hay que hacer más pedagogía, tienen que conocerse en la calle las medidas que se aprueban cada martes en el Consejo de Ministros. Este ha sido el principal encargo que le ha hecho en primera persona Sánchez a Elma Saiz, que desde el pasado lunes ejerce como nueva portavoz del Ejecutivo en sustitución de Pilar Alegría.

Hay una queja constante en el núcleo duro del presidente: “Los medios son el cuarto poder. Y muchos no reflejan la realidad del país”. Y es que en el Ejecutivo insisten en la buena marcha de la economía frente al “relato del caos” que se despliega a través de las derechas políticas y mediáticas. Esta es una de sus principales bazas de cara al nuevo año que arranca en mitad de la prolongada crisis por los casos de corrupción y de acoso machista que han azotado duramente al PSOE en el final de 2025.

Buscando una mayoría para el escudo social

Pero ese crecimiento macroeconómico debe notarse en lo micro, en el día a día de millones de ciudadanos. Y por eso el Gobierno centra especialmente su acción ahora en medidas de carácter social. Mira ya al Congreso de los Diputados, donde espera convencer a la mayoría para sacar adelante el escudo social acordado en el pasado Consejo de Ministros.

En La Moncloa señalan que ahora los partidos tendrán que retratarse ante medidas “incontestables” en la calle, empezando por la revalorización general de las pensiones del 2,7% para el año que viene (unos 570 euros). Además, el sello social se imprime especialmente en el incremento de entre el 7% y el 11,4% para las no contributivas. “Ahí es donde se nota la coalición, en la cartilla del banco cada mes para los jubilados”, comenta un destacado dirigente socialista.

El real decreto también incluye la prórroga de la prohibición del corte de suministros básicos (luz, gas natural y agua), el bono social eléctrico y la moratoria para desahucios para familias vulnerables sin alternativa habitacional. Lo que se ha quedado fuera es la limitación de la subida del alquiler de los contratos que ahora finalizan, aunque el ala de Sumar sigue presionando para que la parte socialista acceda finalmente a hacerlo.

Asimismo, Sánchez ha lanzado como una de sus grandes medidas para encarar el curso el abono único, que se pondrá en marcha el próximo 19 de enero, con la idea de una tarjeta de transportes de 60 euros que servirá para trenes de cercanías y media distancia y autobuses de titularidad estatal. El paquete incluye, además, descuentos para los transportes. 

“Sabemos cuál es el camino y cuáles son las recetas. Queda mucho por hacer, pero lo importante es que sigamos en ese camino que nos ha convertido en un faro internacional, con políticas como la migratoria y la social, que no vamos a dejar de practicar en lo que resta de legislatura”, remarcó como filosofía la nueva portavoz del Gobierno durante una entrevista este viernes en La hora de TVE.

La abstención, el principal fantasma para el PSOE

El análisis central que hacen en Moncloa y en Ferraz es que el mal resultado de Extremadura se debió principalmente a la desmovilización del electorado socialista y se fijan especialmente en la bajada de la participación. Todo ello con un candidato sin enganche y una convulsión en la imagen del partido por los casos de corrupción y de acoso machista. Pero la reacción de la dirección socialista ha sido la de mandar el mensaje de que la cascada de elecciones autonómicas preparada por Génova (con la próxima parada en Aragón el 8 de febrero) no va a suponer la convocatoria de elecciones anticipadas. Y alejan la imagen de que Sánchez sea el culpable del 21D: “El presidente no se presentaba”.

En Ferraz y en Moncloa son conscientes de que se extienden las críticas y el nerviosismo especialmente entre cargos medios del partido, pero creen que el apoyo de la militancia es férreo al secretario general del PSOE. Por el momento, ningún cargo relevante o federación ha salido a pedir directamente la dimisión de Sánchez o convocar elecciones, a pesar de los amagos de Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha). Las principales columnas del socialismo están encabezadas por personas muy cercanas a Sánchez: Cataluña (Salvador Illa), Andalucía (María Jesús Montero), Comunitat Valenciana (Diana Morant) y Madrid (Óscar López).

El único movimiento que hay entre bambalinas es el del exministro Jordi Sevilla, que pretende hacer público en enero un manifiesto frente a la “podemización” del presidente del Gobierno. El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha dicho al respecto: “Que vaya por las sedes, que no pisa desde la primera comunión”.

En Ferraz y en Moncloa también alejan la posibilidad de una abstención por parte del PSOE en la investidura de María Guardiola. Esta decisión deberían tomarla, no obstante, los militantes, según los estatutos del partido. Pero la dirección socialista entiende que no se debe facilitar un Gobierno de derechas y se maneja en el escenario de que el PP acabará cediendo a la ultraderecha a pesar de las tensiones durante estos días entre las dos formaciones.

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El PSOE de Extremadura ha quedado en estos momentos en manos de una gestora pilotada por el exalcalde de Don Benito José Luis Quintana, una persona muy próxima a Sánchez desde la carrera de las primarias contra Susana Díaz y Patxi López. La formación se ha dado tiempo para hacer una profunda reflexión con la vista puesta en un congreso extraordinario que tendría como plazo final el próximo mes de mayo.

Refuerzo en Ferraz y puente con Sumar

En Ferraz aprovechan estos días también para engrasar el remodelado equipo de Organización. Después del desastre de Extremadura, la ‘número dos’ del partido, Rebeca Torró, pidió reforzar su núcleo duro dando espacio a Enma López, Carmen González y Elisa Garrido, que se suman a Anabel Mateos y Borja Cabezón. Su principal meta es volver a ilusionar al electorado progresista, que cada vez opta más por quedarse en casa, a tenor de los sondeos, por la situación del partido.

Y Sánchez tiene también como uno de los grandes objetivos coser las asperezas con sus socios, que cada día están más desesperados por la actitud “inmovilista” del PSOE. Sumar cree que el presidente tendrá que mover fichas de manera más contundente, incluido un gran cambio de Gobierno, durante los próximos meses. La nueva portavoz trató de rebajar la situación en TVE diciendo que hay una “relación fluida” y que es normal que en una coalición haya “diferencias y desavenencias”, pero que los dos espacios comparten la misma hoja de ruta.

“Este Gobierno es más necesario que nunca”. Esta frase la ha repetido mucho en privado Pedro Sánchez cuando ha analizado con dirigentes en Moncloa y en Ferraz la situación política a raíz de los malos resultados en la batalla electoral en Extremadura el pasado día 21. Y una de las principales reflexiones del presidente ante los suyos durante estos días es que el hecho de que haya una coalición progresista en el Ejecutivo amortigua muchas de las políticas de las derechas en las autonomías y no deja ver la crudeza de lo que suponen el PP y Vox.

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