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Segundo choque en un mes entre los socios de Gobierno, ahora por el pacto migratorio

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El nuevo Gobierno de coalición ha vuelto a chocar internamente por segunda vez desde que echó a andar hace un mes, esta vez a cuenta del pacto migratorio que ha firmado este miércoles la Unión Europea y que Pedro Sánchez ha defendido a capa y espada frente al rechazo de plano de sus socios en el Ejecutivo.

Se produce así otro desencuentro entre la parte socialista y la de Sumar después del pulso que mantuvieron las ministras de Economía, Nadia Calviño, y Trabajo, Yolanda Díaz, por discrepancias sobre el alcance del subsidio de desempleo, según informa Efe.

Ayer, finalmente, las dos vicepresidentas consiguieron cerrar un compromiso tras semanas de tensión entre ambas con un acuerdo para elevar la cuantía a 570 euros los primeros seis meses y a 540 euros los seis siguientes, pero que también incluye un recorte gradual de la cotización por jubilación.

Ahora es Yolanda Díaz, apoyada por las formaciones y ministros que sustentan Sumar, la que visibiliza discrepancias con Sánchez después de que Bruselas haya dado luz verde al nuevo pacto de migración y asilo para gestionar los flujos de inmigrantes y que para la vicepresidenta segunda "es una mala noticia para las personas migrantes y el proyecto europeo".

Ha sido muy crítica con la política migratoria europea, apoyada por Sánchez, "que ha convertido el Mediterráneo en una fosa común", ha criticado la vicepresidenta uniendo sus reproches a las voces de otros ministros de Sumar, como los de la titular de Juventud e Infancia, Sira Rego, quien ha lamentado que este acuerdo elimine el derecho al asilo.

Por el contrario, Sánchez ha salido a respaldar este acuerdo durante su comparecencia en el Congreso poniendo en valor que, entre otras cosas, incorpore fórmulas obligatorias de solidaridad para los países con mayor presión migratoria.

Ya en el anterior Ejecutivo de coalición PSOE-Unidas Podemos, hubo también sus más y su menos con Yolanda Díaz, sobre todo por algunas cuestiones económicas (subida del Salario Mínimo Interprofesional y reforma laboral) y el malestar que le generó el giro de Sánchez en el Sáhara por apoyar el plan de autonomía de Rabat en la antigua colonia española.

Y todo esto sin contar con las fuertes discrepancias con las entonces ministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, que enrarecieron la convivencia en el Consejo de Ministros anterior.

En todo caso, las dos partes siempre han restado importancia a las diferencias, que ven normales dentro de un Gobierno que incorpora distintas fuerzas políticas.

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