Incumplimiento masivo de la ley de ruido: el 47% de los españoles soporta niveles peligrosos en la ciudad
La Agencia Europea de Medioambiente (EEA) calcula que uno de cada dos españoles que vive en una ciudad está rodeado de niveles de ruido dañinos para la salud. Los expertos subrayan que las administraciones se han desentendido completamente de este problema y los ciudadanos asumen que solo causa molestias en su vida, pero en realidad el ruido tiene un profundo impacto en la salud pública. La EEA estima que cada año se producen 8.140 muertes prematuras en España debido al ruido.
Los datos publicados este martes por la EEA corresponden al año 2022 y empeoran las cifras del estudio anterior, de 2017. La población expuesta al ruido por tráfico en las urbes ha crecido un 28%, mientras que el del paso de trenes ha subido un 5% y el de los aviones ha caído un 56%. Como los coches son el principal responsable, el impacto global del ruido está al alza y afecta ya al 47% de los españoles que viven en ciudades o el 25% de la población total: 11,7 millones.
El nivel de ruido más común al que se somete la población en España son 55-64 decibelios, la cota que se puede encontrar en una oficina ajetreada. Pero hay un 10% de la población expuesta diariamente a 65-75 decibelios, e incluso por encima, un nivel tan fuerte que no se puede ni conversar. La Organización Mundial de la Salud considera que a partir de 53 decibelios ya empieza a haber un daño en la salud. Aun así, la normativa española recoge que el ruido máximo al que puede estar expuesta la población son 65 decibelios de día y 55 de noche.
Ruido e ingresos hospitalarios
El físico Julio Díaz lleva más de una década estudiando el impacto en la salud del ruido en España y establece una relación clara entre la exposición a este y los ingresos hospitalarios o la mortalidad. Tiene impactos tanto en la salud cardiovascular como en el sistema respiratorio y la salud mental. "Es un problema muy grave de salud pública y casi tan dañino como la contaminación atmosférica. Es tan peligroso someterse a un pico de ruido durante poco tiempo como vivir permanentemente expuesto a niveles bajos", matiza.
Según explica, el ruido provoca una reacción de estrés en el cuerpo y lo pone en alerta. Aumentan el ritmo cardiaco y la tensión arterial, y por eso se relaciona con problemas cardiovasculares. También incrementa la glucosa y el cortisol en sangre, y se ha demostrado que esto reduce la capacidad de actuación del sistema inmunológico, de ahí que pueda derivar en problemas respiratorios. "Como esa reacción de alerta es ficticia y no se quema la glucosa y el cortisol, se quedan en el cuerpo y provocan problemas como la diabetes", añade el experto.
Evidentemente también se relaciona con problemas de salud mental, como demencia o ansiedad. Y en el caso de las embarazadas, con partos prematuros o con bebés con bajo peso al nacer. Díaz realizó entre 2013 y 2018 un estudio sobre el impacto del ruido en la Sanidad de la Comunidad de Madrid, y concluyó que cada año, de media, se producen 5.685 ingresos hospitalarios urgentes por picos de ruido solo en esta región. De los contaminantes ambientales, solo le supera el NO₂, con 8.246 ingresos.
La directora ejecutiva de la EEA advirtió este martes que "a menudo el ruido es considerado solo una molestia del día, pero sus impactos en las muertes prematuras es significante" e hizo un llamamiento a lograr una contaminación cero en 2030.
Mapas de ruido de baja calidad
El ruido, el gran olvidado de la salud urbana: "Es como mínimo igual de dañino que la contaminación del aire"
Ver más
El problema es que las autoridades tienen un control muy limitado del ruido. La competencia de atajarlo depende de su origen, y eso tampoco ayuda. Los picos de ruido en una ciudad los debe resolver el ayuntamiento, pero si proceden de carreteras, trenes o aeropuertos debe encargarse la comunidad autónoma o el Estado, su propietario. Desde 2008 hay planes quinquenales municipales y autonómicos que incluyen instalar barreras de sonido, peatonalizar calles o controlar zonas de ocio y todas las ciudades de más de 100.000 habitantes están obligados a redactarlos.
César Asensio, investigador de Acústica Aplicada en la Universidad Politécnica de Madrid, señala que estos trabajos tardan muchos años en desarrollarse, demasiados. "Al lado de nuestro campus sur, en Vallecas, se identificó un problema de ruido y están ahora construyendo la barrera, 13 años después". Si además los equipos de ruido de los ayuntamientos tienen poco presupuesto, como suele pasar, se toman pocas mediciones y los mapas de ruido son de baja calidad.
Julio Díaz subraya, por su parte, que es imprescindible expandir las zonas peatonales en las ciudades para acabar con el ruido del tráfico, que es responsable del 75% del ruido de una ciudad y del 75% de las emisiones de NO𖾔. "Hay que sacar el coche de la ciudad ya. Y no vale con sustituir combustión por eléctricos. A partir de una velocidad de 50 km/h el ruido que produce un vehículo no procede del motor, sino del rozamiento de las ruedas", resume.