Mano dura con los narcos en Sevilla: 18 personas enviadas directamente a prisión
Armas con motivos relacionados con el narcotráfico, fusiles de toda clase con su munición y mucha, mucha marihuana. Todos esos indicios sirvieron a los tribunales de Sevilla para enviar directamente a prisión a 18 personas, esto es, todos los detenidos en las operaciones Mirra y Black Mamba, minuciosos trabajos del Cuerpo Nacional de Policía en la citada capital del Guadalquivir, además de en Osuna y en Mairena de Alcor. Dicen los expertos que la droga, por donde pasa, se queda, y Sevilla se ha convertido en un punto de gran relevancia ante la pujanza de las mafias que introducen hachís y cocaína por el río desde el Estrecho de Gibraltar y de los que dedican su tiempo a cultivar cannabis.
Precisamente las alertas de las compañías eléctricas en relación con consumos excesivos e injustificados pusieron a los agentes detrás de la pista de los investigados, en una doble operación que se saldó con el hallazgo de un auténtico arsenal, así como de plantaciones de marihuana y unos 170 kilos de cogollos listos para su venta, envasados ya al vacío.
La operación Mirra, en la que se hallaron dos pistolas y cinco escopetas, se centró en el barrio de Los Carteros de Sevilla, donde tres viviendas de una misma familia cultivaban cannabis y vendían cocaína y heroína. Nueve personas fueron detenidas, y a ellas se les intervinieron, además, 38.000 euros en efectivo.
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La operación Black Mamba se centró en un grupo criminal con base en Las Tres Mil Viviendas que llevó a la Policía hasta una 'guardería' en la localidad de Osuna, donde se halló abundante armamento y munición militar, así como una pistola dorada con motivos relacionados con el narcotráfico y 230.000 euros producto de la actividad delictiva investigada.
Como en el caso anterior, esta segunda red se dedicaba a producir marihuana, actividad que alternaba y combinaba con la venta de cocaína y de heroína en diferentes puntos de venta de los que disponían los procesados.
A diferencia de lo que ocurre en otras jurisdicciones como Galicia, donde los jueces difícilmente decretan prisión para los supuestos narcos, como sucedió en el caso de las motos acuáticas submarinas para la recogida de cocaína en mercantes, aquí los tribunales tuvieron mano dura y decretaron el ingreso en centros penitenciarios de todos los investigados.