"Es grave que decidan qué es político": un instituto público impide a un profesor vestir con los colores de Palestina
"No puedes volver a llevar una camiseta con los colores palestinos". Así cuenta a infoLibre Guillermo López, profesor de Economía en el IES Prado de Santo Domingo de Alcorcón, la advertencia que recibió en el despacho de su director el pasado miércoles. Lo que para él había sido un gesto acabó convertido en amenaza de "sanción grave o muy grave". La camiseta que el equipo directivo ha prohibido es la del Club Deportivo Palestino, un equipo de fútbol chileno fundado por descendientes de inmigrantes palestinos y cuyos colores reproducen los de la bandera de Palestina.
López explica que decidió ponérsela por primera vez en el instituto la semana pasada tras escuchar unas declaraciones del ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich. En dicha intervención definió Gaza como una "mina de oro inmobiliaria" y aseguró estar negociando con Estados Unidos su reparto. "Me indignó tanto escucharle tan alegremente, que decidí hacer un guiño a mis alumnos y explicar también cómo los intereses económicos y políticos mueven el mundo con el tema de Gaza", recuerda.
El día que llevó la camiseta, cuenta, no hubo incidentes. Incluso algún alumno le felicitó por la prenda y varios compañeros se interesaron por el equipo chileno. Sin embargo, recibió la llamada del jefe de estudios debido a que había quejas internas y el director ordenaba que no volviera a llevarla. El argumento era que la camiseta contenía un "mensaje político y partidista".
El profesor no se amedrentó y les exigió un escrito que detallara qué norma estaba incumpliendo. "Yo soy un servidor público y cumplo todas las normas, pero no conocía ninguna que prohibiera esa camiseta", subraya. Durante varios días no llegó ninguna comunicación oficial, hasta que finalmente el director lo citó en su despacho. Allí le entregó una carta en mano en la que se prohibía expresamente vestir la camiseta por contravenir "el principio de neutralidad exigido a los funcionarios públicos".
La conversación, asegura, rozó lo surrealista. López relata que llegó a preguntar si llevar una camiseta con una sandía también iba a ser considerado un acto político. El director respondió que sí, alegando que "las cosas están muy candentes". "Al final, es grave que el director sea quien diga qué es político y qué no", denuncia López.
Además, el escrito advierte que reincidir sería constitutivo de falta grave o muy grave y podría conllevar sanciones disciplinarias elevadas a la Dirección de Área Territorial Sur. "Es una camiseta de fútbol, nada más. No tiene otro mensaje que los colores rojo, blanco, verde y negro, y el patrocinio del Banco de Palestina", insiste.
"Se olvida de la libertad de expresión"
infoLibre ha tenido acceso a la carta, en la que se señala que se debe "respetar el principio de neutralidad de los funcionarios públicos" y "acatar los valores de la Constitución y del ordenamiento jurídico español". No obstante, el abogado Javier Flores afirma que el documento, "pese a que parece cuidado y bien redactado, presenta una serie de problemas".
"El primero es que hace una falsa equivalencia entre una camiseta deportiva y la simbología política e incluso va más allá, dando carácter de simbología política a una cuestión de derechos humanos relacionada con Palestina", añade.
Pese a que la carta también exige acatar la Constitución, Flores critica que "se olvida de la prevalencia de la libertad de expresión". "El artículo 20 de la Constitución española ampara la libertad de expresión, salvo si hay incitación al odio o a la violencia, lo que no existe en este caso porque la camiseta no tiene ningún elemento que se dirija contra nadie", incide.
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Otro de los puntos que destaca es la ausencia de referencias a precedentes judiciales. Respecto al uso de camisetas reivindicativas por parte del profesorado, una docente del Liceo Cónsul de Entrevías (Madrid) fue sancionada en 2011 por vestir la camiseta de la Marea Verde con la frase "Escuela pública de tod@s, para tod@s". Los argumentos fueron similares a los que se utilizan en el caso de López. Desde la dirección del centro la acusaron de "provocar y molestar a toda la comunidad educativa". Finalmente, la docente tuvo que denunciar ante los tribunales a la Comunidad de Madrid para que se eliminara la sanción, ya que la Consejería de Educación no admitió su recurso.
De momento, López no ha emprendido acciones legales, aunque ya lo ha consultado con un abogado y con su sindicato, CCOO. La organización ha anunciado que prepara medidas jurídicas por entender que podría tratarse de un caso de "coacciones u odio".
El docente, con seis años de experiencia en la enseñanza, defiende que su labor como profesor de Economía le obliga a conectar la teoría con la realidad. "Explico cómo se reparten los recursos en la sociedad, y eso tiene que ver con la política. Mi objetivo no es dar mis opiniones, sino fomentar el pensamiento crítico, los derechos humanos y los valores democráticos", concluye.