Ayuno electoral

Jesús Samperiz

No deja de ser un sarcasmo el anuncio de una nueva campaña electoral cuando la realidad no ha dejado de serlo desde el minuto siguiente al cierre de las últimas urnas.

La que se nos viene encima no va a ser sino el paroxismo del mismo clima de tensión, insultos, juicios interesados e investigación de la corrupción ajena que pueda tapar la propia. Todo ello acompañado, orquestado, actuado y sobreactuado por el inhumano repertorio de figurantes que anida en despachos de gobierno/oposición, juzgados, redacciones de prensa y TV y hasta la conferencia episcopal que, a excepción del arzobispo de Tarragona, se apunta al bombardeo nacional. Menos mal que para garantía del cristianismo militante, la diócesis de Tarragona siempre se ha apartado del espíritu de cruzada.

Si la contaminación anímica habitual ya es alta, los niveles que nos esperan van a romper los aconsejados para la vida racional. En ese aumento de contaminación, en este cambio climático social, tiene arte y parte la abundante nómina de todólogos y todólogas que en todos los medios van a inundarnos de cábalas, encuestas y vaticinios. Y si a este elenco de opinadores formales se le añade la turbamulta de atractivos/as influencers que se va a apuntar a la feria de las vanidades, la cosa se dispara a la fachosfera, esa nueva capa que rodea la tierra, ajena al propio planeta que esparce la banalidad del mal en todo el universo mental.

Como defensa ante este nuevo exceso que se avecina, solo se nos ocurre el ayuno como terapia. Un ayuno de informaciones, una huida de las cataratas de datos y un refugio en el silencio (...) recuperando la lectura como ejercicio de conocimiento

Como defensa ante este nuevo exceso que se avecina, solo se nos ocurre el ayuno como terapia. Un ayuno de informaciones, una huida de las cataratas de datos y un refugio en el silencio, en el trabajo personal, apagando los telediarios, y recuperando la lectura como ejercicio de conocimiento. La de historia puede ser especialmente adecuada. Leer la del comienzo de la Guerra de Cuba o cómo USA inauguró con España el imperialismo que nutrió un siglo entero cargado de muerte, puede ser una buena meditación sobre el ser y el devenir humano, las élites gobernantes y los medios de comunicación. Actos y actores cambian de nombre y aspecto físico, pero su forma de operar atraviesa la historia.

La burla como estrategia, el insulto como herramienta y el espectáculo como religión han llegado a tal extremo que no sería de extrañar que el Manual de Resistencia de Pedro Sánchez se convirtiera en el libreto de una comedia musical, de tan buena acogida en la villa y corte. La frutera de la Puerta del Sol tiene varios artistas fieles que podrían materializar este evento que llenaría la alfombra roja de invitados mientras la promotora repartiría bocadillos de calamares entre los cientos de fachas pobres que acudirían felices por estar en el centro de la actualidad. Lo del "Panem et circenses" es un clásico, pero el "panem con calamarius" es el futuro perfecto.

Llegados al último párrafo, en el que apetece abrir la ventana de la esperanza, y a sabiendas de que nuestra propuesta es más utópica que Tomás Moro, solo nos queda la plegaria a la diosa razón para que alcance a encarnar en esta España venidera y electoral.

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Jesús Samperiz es socio de infoLibre.

Jesús Samperiz

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