La fortaleza

Esther Sánchez Lavín

Memoria...

¿Cómo es posible que teniendo ya unos cuantos años, siga atrayendo tanto mi atención esa capacidad fantástica? 

Olvidar lo ocurrido ayer porque no nos interesa ni nos es significativo y recordar hechos o circunstancias que ocurrieron mucho tiempo atrás porque nos parecen importantes, me sigue pareciendo una función fascinante. 

Recuerdo con nitidez absoluta una fábula que leí hace muchos, muchos años. No recuerdo en qué periódico, ni quien era su autor, pero sí absolutamente su contenido, de tal manera que la moraleja con la que toda fábula concluye me sirve hoy, tanto para facilitar mi comprensión del mundo, como para entender la realidad más inmediata.

Todos los integrantes, hombres y mujeres de bien, portaban armas poderosas en sus mochilas… Contrato Social, Libertad unida SIEMPRE a Igualdad y Fraternidad, Principios Éticos, Respeto y Honestidad

Narraba aquella columna periodística cómo desde tiempos inmemoriales (y a modo de Sísifo y su piedra) un ejército inmenso recorría las llanuras. Caminaba contento, con ilusión y esperanza. Su misión era conquistar una gran fortaleza, “La Fortaleza”. Todos los integrantes, hombres y mujeres de bien, portaban armas  poderosas en sus mochilas… Contrato Social, Libertad unida SIEMPRE a Igualdad y Fraternidad, Principios Éticos, Respeto y Honestidad. A veces, también hay que  recordarlo, en voz baja, se oían críticas porque consideraban que sus cuitas personales no estaban totalmente atendidas. 

Seguros de la legitimidad y posibilidad de su victoria, con ánimo inquebrantable, se acercaban a ella sin dudas. 

Los okupantes de La Fortaleza tristes (por no tener en definitiva más encomienda que el castigo), arrogantes, ofendidos porque alguien osase intentar desokuparlos, impostados, implacables... En definitiva, con miedo, esperaban el ataque... y no dudaban nunca en utilizar cualquier estrategia para rechazar al “enemigo”

Este posicionamiento siempre les proporcionaba ventaja, injusta a todas luces, pero ventaja al fin y al cabo. 

Y así pasaba el tiempo... y el tiempo...

En ocasiones, el ejército lograba atravesar las murallas exteriores, otras veces ni siquiera se acercaban… A veces llegaban hasta el foso... y cuando la moral era alta porque el avance había sido muy importante, de repente litros y litros de aceite hirviendo caían haciendo sufrir muchas bajas, lo que obligaba a la retirada temporal… 

Y vuelta a empezar….. 

Nunca se han tenido noticias de que el ejército hubiera conquistado totalmente La Fortaleza... y reemplazado a sus okupantes.

Pero... ¿qué pasaría si ese ejército se desmoralizase y dejara de planear e intentar la Conquista? 

________________________

Esther Sánchez Lavín es socia de infoLibre.

Esther Sánchez Lavín

Más sobre este tema
stats