Higinio Martínez González

Alfonso Puncel

La recuperación de la memoria histórica del periodo de la República debe alcanzar a aquellas personas cuya trayectoria ha sido olvidada o silenciada. Se atribuye a Manuel Pérez Feliu, militante anarcosindicalista, ser el último alcalde accidental “por cesión de jurisdicción del presidente del Consejo Municipal ausente”, según se recoge en las actas municipales. Sin embargo, esto no es totalmente cierto, pues el último alcalde accidental durante el último mes de la Valencia republicana fue el maestro Higinio Martínez González, militante socialista y de la FETE-UGT. Sobre él hay una breve biografía en las webs de la Fundación Pablo Iglesias y la Fundación Largo Caballero, pero valga decir que, tras cumplir sus penas de cárcel, su figura merece un reconocimiento más amplio.

Las últimas elecciones municipales convocadas en todo el Estado se celebraron el 12 de abril de 1931, por lo que correspondía convocar las siguientes el 12 de abril de 1935. Posteriormente, solo se celebraron elecciones municipales parciales en 1933 allí donde no se habían producido las de 1931, y en Cataluña en 1934, al tener transferidas las competencias una vez aprobado el Estatuto de Autonomía. Finalmente, las dificultades administrativas, el cambio de la ley electoral municipal, la falta de presupuesto y las tensiones políticas retrasaron la convocatoria hasta el 17 de marzo de 1936. El decreto de convocatoria, publicado el 18 de marzo, apelaba a «la notoria anormalidad en que se encuentran los municipios españoles, debida a múltiples causas que han dado como resultado la falta de renovación normal, correspondiente a los meses de noviembre de 1933 y 1935», a «la larga suspensión de funciones que ha pesado sobre los ayuntamientos elegidos el 12 de abril de 1931», a «la necesidad de acudir ya con urgencia a remediar los males que todo ello supone» y al «debido cumplimiento de la Ley Municipal vigente (Ley Municipal de 31/10/1935)». Sin embargo, estas no se celebraron y el gobierno acordó la suspensión definitiva el 3 de abril por imposibilidad de llevarlas a cabo.

Esta suspensión supuso que en Valencia se constituyera una Comisión Gestora, cesando a los concejales de la derecha por reiteradas inasistencias, negligencias graves o manifiesta oposición violenta al gobierno, y sustituyéndolos por representantes de los partidos del Frente Popular. El alcalde elegido en marzo, José Cano Coloma, solicitó a esta gestora su ratificación, que todos los partidos secundaron. Esta gestora siguió en funciones hasta febrero de 1937. En esta fecha se produjo una situación complicada, pues la alianza entre el POUM, la CNT y la FAI y la retirada del consejo del PCE por su enfrentamiento con los trotskistas del POUM llevó a que fuera elegido el cenetista Domingo Torres Maeso como Presidente del Consejo Municipal de Valencia (alcalde), si bien el acuerdo previo era que fuera el elegido Salvador Sánchez Hernández, del PSOE y UGT. Los intentos de aproximación convocados por Cano Coloma entre POUM y PCE fueron un fracaso, con acusaciones y amenazas mutuas constantes.

Particularmente importante fue el pleno extraordinario del 7 de marzo, donde se decide la adhesión al Consejo Nacional de Defensa

En todo caso, Salvador Sánchez asumió la vicepresidencia primera y Pérez Feliu la vicepresidencia segunda, y ambos sustituyeron en numerosas ocasiones a Torres Maeso. En diciembre, ante las acusaciones del POUM que se extienden a otros partidos y su política de bloqueo, abandonarían el consejo municipal los partidos republicanos y socialistas. Esta última renuncia obligó al gobernador civil de Valencia en diciembre de 1937 a cesar a los representantes del POUM para que volvieran al consejo socialistas, comunistas y republicanos. Ya sin el POUM, el Consejo Municipal presidido por Torres Maeso continuó dirigiendo la ciudad con sucesivas entradas y salidas de miembros, cambios de componentes del pleno, de comisiones y muchas sustituciones por llamadas a filas, nombramientos en otras instituciones, fallecimientos o renuncias a propuesta de las diferentes organizaciones del Frente Popular. Todo ello con la duplicidad de poder constituido de facto del Comité Ejecutivo Popular, que seguía publicando sus decretos sobre todo tipo de asuntos.

Desde 1938, Domingo Torres preside los plenos semanales, habitualmente convocados en segunda convocatoria dos días después de la primera por falta de quórum. Las sustituciones en la presidencia por “cesión de jurisdicción” las realizan los ugetistas Manuel Pérez Feliu y Roberto Mañez Cirujeda, que sustituyó a Salvador Sánchez cuando este fue nombrado gobernador civil en Murcia. Sin embargo, el 17 de febrero de 1939, Mañez abandona el consejo al ser llamado a filas, y el 3 de marzo de 1939 lo sustituye Higinio Martínez en el ayuntamiento, inmediatamente nombrado vicepresidente primero y acepta, en una larga intervención, la presidencia del Consejo Municipal “hasta la vuelta del compañero Torres”. Domingo Torres Maeso no preside los plenos desde enero del 39 por encontrarse de viaje, y el final de la guerra lo encontrará recorriendo Estados Unidos, en concreto California, en actos de solidaridad con la República. Solo dos días después de aceptar Higinio Martínez el puesto de alcalde accidental, se produce el golpe de Estado del coronel Segismundo Casado, y las pocas reuniones plenarias que se llevan a cabo hasta la entrada de las tropas rebeldes en Valencia (3 de marzo, 7 de marzo —de carácter extraordinario—, 10 de marzo, 17 de marzo y 22 de marzo) las preside él.

Particularmente importante fue el pleno extraordinario del 7 de marzo, donde se decide la adhesión al Consejo Nacional de Defensa y en cuya reunión se desatan todas las diferencias de socialistas, republicanos, cenetistas y de la FAI contra el Partido Comunista, representado por Elvira Albelda Conejero, secretaria general de la Agrupación de Mujeres Antifascistas de Valencia, sucesora de Pilar Soler. En esta reunión se destituye a los representantes comunistas de sus puestos con graves acusaciones contra el PCE, Juan Negrín, Julio Álvarez del Vayo y José Antonio Uribes, a los que se acusa de haber querido dar un golpe de Estado que el coronel Casado, con su golpe, ha impedido. Las posteriores reuniones plenarias del Consejo Municipal tratan cuestiones de gestión como el presupuesto, asuntos de personal o incorporación al padrón, en una apariencia de normalidad, pero que el estado de la guerra deja sin efecto.

Higinio Martínez González será detenido nada más entrar las tropas rebeldes en Valencia, trasladado a la cárcel Modelo, donde estuvo con mi abuelo Julio Chornet López, hasta el 26 de septiembre, en que se le envía a San Miguel de los Reyes, donde sería juzgado y condenado a doce años de prisión.

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Alfonso Puncel es socio de infoLibre.

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