Cinco series para maratonear este verano

Fotograma de 'Juego de Tronos'.

Nos adelantamos a agosto para proponer una selección de series ahora que el tiempo se dilata, y para quienes tienen vacaciones, las rutinas se convierten en placeres sin prisas. Cada semana del mes recomendaremos algunos títulos que destacan en sus categorías.

Empezamos por esas series que no se pueden dejar de ver. Sus guionistas dominan el gancho de final de episodio. Ese giro irresistible que abre una intriga y nos empuja irremediablemente a ver un nuevo capítulo y otro y otro. Total, ya dormiremos cuando estemos muertos.

Juego de Tronos

Hay que ver Juego de tronos (JdT) más de una vez en la vida. Como pasaba con El sexto sentido o Mullholand Drive, su final invita a una nueva visita con otra mirada. La primera vez que vimos esta serie de HBO teníamos que esperar resignadamente una semana para cada episodio, pero ahora se puede disfrutar del tirón hasta que se irriten los ojos. 

El mundo que creó el escritor George R.R. Martin y llevaron a imágenes David Benioff y D.B. Weiss combina personajes inolvidables, diálogos brillantísimos, épica, maldad, guerra, ambición, el lenguaje del poder y dragones. 

Sabemos más de los Lannister o los Stark que de nuestras propias familias y eso dice mucho de la fuerza milagrosa de una historia bien contada. 

Incluso quienes se enfadaron con el desenlace pueden volver a la serie y debatir si estaba convenientemente sembrado en el guion lo que sucedió finalmente o ellos y ellas tenían razón y lo hubieran escrito mejor.

HBO Max prepara una nueva serie de este universo. Una precuela que se sitúa un siglo antes de los hechos que conocimos en JdT. El caballero de los siete reinos no se centrará en las casas reales como hasta ahora, sino en una pura aventura de caballeros como las que volvieron loco a Don Quijote.

Gambito de dama

Las miniseries son el género estrella del atracón. Cuando una nos engancha tiene la capacidad de teletransportarnos a su mundo. Durante unas horas somos más de allí que de acá.

Gambito de dama provocó ese efecto en gran parte de la audiencia a la vez. Su protagonista estaba encarnada por una actriz muy poco conocida de rostro magnético, Anya Taylor-Joy. Daba vida a una heroína talentosa, valiente y vulnerable en un mundo de hombres. 

La serie, de Scott Frank y Allan Scott para Netflix, lucía una ambientación preciosa y un vestuario icónico, pero su proeza visual más destacada se radicaba en conseguir contar en imágenes el ajedrez como nunca se había hecho.

Si Gambito de dama sabe a poco, Las gotas de Dios proporciona una experiencia parecida en Apple tv+. Sus ocho episodios adaptan un manga que une las culturas japonesa y francesa en torno a un profundo amor al vino. 

Personajes con talentos especiales y obsesivos consiguen contagiarnos su pasión como pasaba con el ajedrez en Gambito de dama. Las gotas de Dios ha renovado por una segunda temporada, que aún no tiene fecha anunciada. 

The americans

Tuve la suerte de haberme perdido The americans en su momento, durante su estreno a partir de 2013. Gracias a eso se acumularon episodios y temporadas en el almacén de Disney +.

Setenta y cinco horas de televisión de altísimo nivel listas para ser devoradas, en mi caso durante el confinamiento por el coronavirus, cuando las alternativas de ocio en la calle escaseaban y un buen maratón audiovisual era especialmente apetecible. 

Una serie de época que no ha envejecido lo más mínimo. La historia de una pareja de espías soviéticos en Estados Unidos en los años 80, durante la guerra fría. La tensión es una constante del metraje. El peligro es inminente. 

La geopolítica aparece como fondo del tablero y por delante los choques de mentalidades de dos sociedades distintas. Como en Los Soprano, el retrato psicológico de los protagonistas bucea magistralmente por las zonas oscuras de la mente. 

Mi reno de peluche

Netflix es la única plataforma que estrena sus series ofreciendo todos los episodios a la vez. Las demás, o bien estrenan semana a semana o bien cuelgan la serie entera cuando ya se ha emitido en abierto, con alguna excepción.

Plataformas como HBO, Apple+ o Disney+ buscan fidelizar a sus suscriptores y que permanezcan en la emisora el mayor tiempo posible. Netflix estrena material con más frecuencia y fomenta el atracón como método de diferenciarse de las demás marcas.

Entre sus muchas propuestas maratoneables se puede citar Mi reno de peluche. Esta serie británica del año pasado ejemplifica una de las mayores tendencias narrativas actuales, la autoficción confesional. 

El autor o autora comparte algún hecho trascendental de su vida, a menudo un trauma, tomándose todas las licencias literarias que considera oportunas, que para eso es su historia.

Richard Gaad escribió y protagonizó su experiencia con una acosadora irreductible y su propia propensión hacia ser víctima de abuso. La originalidad del relato y de los protagonistas no permitía la indiferencia. 

La fuerza del comienzo del acoso hacía difícil imaginar hacia dónde podía escalar el conflicto para los personajes e invitaba a seguir y seguir viendo minutos y horas.

A Netflix le encanta la veta comercial de la intriga truculenta. Algunas veces resulta demasiado una fórmula que apela a nuestro lado morboso pero otras aparecen miniseries que ponen luz sobre fenómenos no muy representados en ficción.

Dark

La alemana Dark, también en Netflix, se ha desarrollado en 26 episodios a lo largo de tres temporadas. Este absorbente misterio que comenzó a emitirse en 2017 parecía la respuesta germánica a Stranger Things. Intrigas sobrenaturales en una pequeña localidad, niños entre los protagonistas, umbrales a otras realidades…

El elemento distintivo radica en que aquí no tenemos el alivio pop y nostálgico de la serie americana. En Dark hay que conformarse con la oscuridad a la que remite su título. 

A cambio, contiene el atractivo de lo bien hecho y de un relato que se desarrolla a la vez en varios planos temporales y en el que las piezas van encajando elegantemente. 

Dark combina crear una necesidad de saber más con la capacidad de ir dilatando ese placer de encontrar respuestas, lo que la hace destacar para el atracón. Inquietante y con toques de terror, puede resultar exasperante en una medida adictiva. Y mientras se avanza en los secretos de la trama cada vez importan más los personajes.

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