Edwy Plenel presenta 'El jardín y la jungla': "Viendo al otro como un bárbaro nosotros nos barbarizamos"
Un discurso de Josep Borrell en octubre de 2022, poco después de la invasión de Ucrania por Rusia y cuando era el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, llamó poderosamente la atención del periodista francés Edwy Penel. Su parte nuclear es, concretamente, esta: "Europa es un jardín. La mayor parte del resto del mundo es una jungla, y la jungla podría invadir el jardín. Los jardineros tienen que lidiar con ello, pero no protegerían el jardín construyendo muros. La jungla tiene gran capacidad de crecimiento, y el muro nunca será lo suficientemente alto para proteger el jardín".
Tres años después de aquellas palabras llega a las librerías El jardín y la jungla (Edhasa - infoLibre, 2025), un ensayo en el que reflexiona sobre esa visión del mundo al tiempo que invita a refundar una Europa más viva, segura y con fuerza de futuro, recapacitando sobre su posición en el mundo, el colonialismo y la democracia, además de hacerlo sobre cómo el Viejo Continente ha construido una imagen singular de sí mismo y del mundo. Un título que, por cierto, abre una nueva colección de libros que infoLibre edita en alianza con Edhasa.
"Ese discurso de Borrell me parece un cliché colonialista e imperialista absolutamente clásico", ha destacado Plenel durante la presentación del ensayo en la Oficina del Parlamento Europeo en Madrid, en un acto en el que ha estado acompañado por el director editorial de infoLibre, Jesús Maraña, y la jurista y exeurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop. "Me chocó ver a un socialdemócrata cultivado usar esa imagen, que está presente en la literatura de los conservadores anglosajones e, incluso, en el imaginario israelí, así que partí de esa confesión para intentar comprender qué nos está pasando", ha añadido.
En esta línea, ha explicado que la tesis del libro es que desde Europa "no hemos terminado el trabajo", aunque tomáramos "conciencia sobre montañas de cadáveres" después de la Segunda Guerra Mundial y con la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948. Un momento fundacional con principios "por encima de las naciones y los pueblos que hay que revisitar" en este presente en el que "nuestros adversarios" de la extrema derecha están "cuestionando cualquier regla supranacional" o idea que "pueda oponerse a la locura de las naciones".
La política no son solo las elecciones, sino también la movilización de la sociedad
Porque, según ha remarcado, entonces proclamamos esos principios universales gracias al "recurso de la igualdad como promesa que permite inventar y conquistar derechos" porque es, a su vez, "motor infinito de la emancipación". "En 1948 se creó el Estado de Israel y es produjo la invención del apartheid en Sudáfrica, lo cual significa que había que seguir con el trabajo. Y al mismo tiempo que Francia aceptaba esos derechos humanos internacionales, los estaba pisando allá donde colonizaba otros pueblos como Madagascar, Camerún o Argelia", ha indicado.
Y ha continuado argumentando: "¿Cómo es posible que los adversarios de ese pedestal fundamental que son los derechos universales tengan hoy el viento en popa en todo el mundo? ¿Por qué hemos bajado la guardia? Ahí el discurso de Borrell ha sido una respuesta, porque hemos seguido viviendo en el imaginario que ha permitido la acumulación primitiva del capital, y Europa se ha proyectado al mundo con un motor colonialista. Eso nos ha llevado a lo que somos. Fundamentalmente, el colonialismo no es una historia secundaria que derivara del apetito económico, de la riqueza; el colonialismo es el motor inicial e impregna todavía hoy nuestro imaginario. Si dudábamos de ello, lo vivimos en Ucrania con una conquista colonial del nuevo imperialismo que quiere anexionarse un país, y lo vivimos con la larga duración del conflicto entre Israel y Palestina".
Además, ha alertado de que por todo ello no hay "igualdad natural", sino "civilizaciones, religiones o sexos superiores a otros", algo que se ve en el ejercicio del poder de Donald Trump o Vladimir Putin, que representan "fuerzas oscuras y violentas, pero también intelectuales". "¿Cómo entender que jóvenes israelíes formados en buenas universidades puedan cometer crímenes contra la humanidad, genocidio, disparar a niños, aceptar esas consignas? ¿Cómo es eso posible? Porque cuando uno está dentro de una ideología colonial tiene la idea de que es el civilizado y el otro la amenaza. Y viendo al otro como un bárbaro, nosotros nos barbarizamos. Por eso, al final del colonialismo está Hitler y el hitlerismo fue colonialismo", ha planteado.
Conseguir que el extranjero que procede de otro lugar sea el problema de la sociedad es el auténtico caballo de Troya
En su opinión, lo contrario a eso es construir juntos una sociedad que se base en "cuidar al otro, saber que existen unos límites en las relaciones entre seres humanos, con la naturaleza, con lo vivo", por lo que ha afirmado que "se necesitan programas sociales, económicos y políticos contra la depredación y la inmensa desigualdad de la riqueza" que promueve nuestro nunca abandonado colonialismo, cuya más eficaz representación en el siglo XXI es el voraz capitalismo.
"Pero todos esos programas políticos, centrados en temas como la sanidad o la educación, no conseguirán eliminar la ola de extrema derecha que tenemos ante nosotros sin un imaginario democrático que vuelva a la fuente de la cuestión de la igualdad, que es a su vez un imaginario contra lo colonial de la altivez y la fuerza", ha apuntado. Al mismo tiempo ha insistido en la apuesta por "un imaginario de fragilidad, de la precaución, que cuida y que de repente saca lecciones de cinco siglos en los que nuestras civilizaciones se han proclamado por encima".
Ha alertado, en cualquier caso y en reiteradas ocasiones, del peligroso momento que estamos atravesando, con políticos como Trump comportándose "como si tuvieran poder ilimitado" por haber sido, a su juicio, legitimados para ello por las urnas. "Pero la política no son solo las elecciones, sino también la movilización de la sociedad", ha subrayado, poniendo como ejemplo a España en contraposición con Francia: "Aquí hay una movilización mayor porque no todo se reduce a las elecciones, como en Francia. Esa es una fragilidad, porque los ideales de igualdad de la izquierda están en la movilización continua".
"La democracia no es solo el voto o las elecciones, es la complejidad de la sociedad, y por eso creo que estamos en un momento que no es únicamente repetición del fascismo o el nazismo o el franquismo en el siglo XX, sino otro momento nuevo en el que quieren acabar con todo, y la fuerza que poseen es tener el mismo modelo económico, puesto que el capitalismo es su ideología compartida", ha avisado, para acto seguido denunciar que la lógica de poder de estos líderes de ultraderecha "es la de los mafiosos".
Prólogo de 'El jardín y la jungla', de Edwy Plenel, por Jesús Maraña
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"Lo tienen ante sus ojos con Trump, que se enriquece con miles de millones desde que es presidente", ha proseguido. Igualmente ha advertido de que con este tipo de actitudes "la cultura democrática queda arrasada". "Esa es la gravedad de lo que tenemos frente a nosotros y no jugamos con armas iguales, por lo que debemos encontrar otras que supongan la movilización de la sociedad", ha argumentado.
Para terminar, ha afirmado que "no hay que ceder ni una línea" en ninguna cuestión ideológica, pero mucho menos en materia de inmigración, pues "conseguir que el extranjero que procede de otro lugar sea el problema de la sociedad es el auténtico caballo de Troya" que provoca la "eliminación de las cuestiones sociales". "Europa ha basculado hacia ese lado y eso pone en tela de juicio los derechos fundamentales", ha lamentado.
"Hacer una 'Europa fortaleza' es una concesión al imaginario de extrema derecha. Nunca tendríamos que haber cedido y hace 40 años que la izquierda, en Europa, cede en inmigración. ¿Qué imaginario democrático y de derechos humanos planteamos? Hemos bajado la guardia sobre esa cuestión fundamental", ha indicado, para rematar relacionando todo esto con el feminismo y el ecologismo: "Lo suyo es extractivismo sin límites, negación del cambio climático, la depredación, el consumo, la desregulación, el hecho de que ya no existan normas. ¿Cómo construir un dique en la sociedad contra fuerzas políticas que tienen obsesión con la legitimidad electoral y han olvidado que se trata de construir una relación de fuerzas en la sociedad. Las personas tienen menos miedo si tienen una sociedad organizada y los políticos no acuden solo a pedirles su voto".