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Los libros

Un cuarto (interior) propio

Cuarto interior, de Pilar Mañas.

Carmen Canet

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Pilar Mañas dobla cada una de sus historias y las ordena. Sus fragmentos son vidas y literatura que se encuentran y entremezclan, narra sencillamente la complicación del vivir, trasciende con su voz personal lo real. No son relatos comunes, si tuviéramos qué incluirlos en algún género, creo que la definición que da Cynthia Ozick en su libro de ensayos reunidos Metáfora y memoria es la oportuna. Nos dice: “Un ensayo es un producto de la imaginación. Si en un ensayo hay información, es solo circunstancial, y si hay una opinión, es necesario desconfiar de ella a largo plazo. Un ensayo genuino no tiene aplicación educativa, polémica ni sociopolítica; es el movimiento de una mente libre que juega. Si bien está escrito en prosa, se halla más cerca en esencia de la poesía que de cualquier otra forma literaria. Al igual que un poema, un ensayo genuino está hecho de lenguaje, de personalidad, de un estado de ánimo, de temperamento, de agallas, de azar”.

Cuarto interior contiene 29 relatos. Ya su título es significativo de lo que se va a contar aquí, es un libro de búsquedas y de miradas, va a ser el espacio para desahogarse del tiempo, éste va a ser  el eje identitario de cada uno de estos ensayos genuinos en donde los humanos perseguimos despacio un lugar donde habitar en soledad, rememorar hechos, relaciones, libros, entre otras cosas.

Pilar Mañas es doctora en Filología inglesa por la Universidad de Granada. Ha publicado dos novelas Como ángeles de otros (2000) y Mujer en la atalaya (2012),  y tres libros de relatos El salario de seda (1996), La piel del frío (2001) y Cuevas (2007). Es además, autora de las traducciones de Heroínas modernas (2001) y Tú me acariciaste y otros relatos (2001) de D. H. Lawrence, de La educación de Óscar Fairfax (2008) de Louis Auchincloss. Cuarto interior (2016) es su último libro publicado.

Sus relatos van desde el esquema clásico que lleva de la infancia a la madurez acercándonos a la historia de las generaciones de la dictadura y que alcanzan la democracia. Son ensayos lúcidos que Pilar nos cuenta de una manera cómplice, en donde sabe muy bien las cosas con las que tropezamos en la vida; tratando temas que no nos son ajenos, sobre todo a las personas que hemos vivido esa época, nos reconocemos, y para el resto son una lección de historia. Son  relatos de resistencia con memoria. La autora nos recuerda cosas que hemos olvidado.  Escritos en primera persona y con un lenguaje preciso, habla de las contradicciones humanas pero ella sabe cómo curar con sus palabras, las hace cicatrizar con su lenguaje filosófico y lírico.

Desde sus dos primeros cuentos, titulados "Silencios" y "Praga", ya nos sitúa en dos ciudades desde donde elige un lugar para observar y pensar: primero en Santander,  y luego, rn la ciudad del rio Moldava. En ambos aparece ya “el silencio, ausencia de otra voz”: “El silencio aupaba mi fértil imaginación”.  No es pena, no es soledad, solo nos dice que es “ausencia de voz”. Nos pasea por la soledad (e incluso hace sus clasificaciones), que va a estar presente en otros relatos a lo largo del libro. Interesante cómo une las ciudades con la importancia que da al viaje: “para que, por fin, les pase algo, o tal vez para  tener emociones nuevas“, “estoy segura que otros fotogramas me van a permitir viajar a ciudades y parajes… en los que la lluvia, el mar o el frío refrescarán una historia particular”. Continúa a lo largo del libro recorriendo otros lugares, como Grecia en su relato "Eleftheria o la libertad", y también Granada, Madrid, París, el Cairo… Sus relatos son viajes al interior, al exterior, a diferentes y distintas geografías, a lecturas de libros, viajes a la infancia que marcan, y lo hace con un lenguaje ligero pero con equipaje, nos hace bajarnos en distintas paradas con una soledad escogida, sabemos que las mentes poderosas e imaginativas saben de esta intocable soledad. Así cada relato es una estación en donde ella invita y crea espacio para que lo habitemos.

Parece que la autora, desde su relato número ocho (que lleva, precisamente, el título del libro) encuentra su cuarto interior. Ha construido su habitáculo, ha comenzado, ya deja el exterior para observar desde dentro. Busca y halla un refugio que consiste en hacerse con un lugar para su intimidad, para escribir, para pensar, es un espacio escogido. Es imposible no rememorar los espacios conseguidos por mujeres, como Virginia Woolf en Un cuarto propio. Otras escritoras, como Carmen Martín Gaite Ana María Matute, han buscado sus lugares privados, espacios cerrados; y desde esa clausura buscada, la persona despliega su vuelo sobre horizontes de tiempos y geografías con el anhelo implícito de construir otros paisajes, como el personaje autobiográfico de Ana María Matute, Adri (Adriana), que tiene el reconocimiento de un Paraíso inhabitado que le supone ese horizonte añorado que vislumbra desde esa ventana iluminada de su habitación para mirar la calle. Elena Martín Vivaldi escribe, precisamente, un poema llamado "Ventanas iluminadas", o ese que crea también Matute en su novela La torre vigía. O la niña de Mujer en la atalaya de Mañas, que observaba desde su ventana a su vecina. Tantos espacios interiores para ver el exterior. Así, los personajes de Entre visillos, Desde la ventana, o el relato "De su ventana a la mía", en Madres e hijas, o "el trastero" de su libro El cuarto de atrás, son Fragmentos de interior, utilizando el título de otro libro de Carmen Martín Gaite, y lo explicitan todo.  El último poema de Ficciones para una autobiografía, de Ángeles Mora, se titula "El cuarto de afuera", que llama "su reino" al espacio que crea la poeta en "el desván" como refugio de soledad y de intimidad donde también hay "una ventana al campo donde el sol se pasea". Es el rincón del tiempo donde la memoria conversa, reflexiona y busca un interlocutor.

Pilar Mañas sabe del relato, de su estructura, de su hondura, de una manera suave con "nubosidad variable" y lluvia fina, de una manera serena y conociendo los entresijos saca su voz que se confunde con otras voces, y llega a aparecer la nuestra apropiándose del mensaje de su escritura. Un libro meditado, armonioso, que nos susurra a veces lo que no queremos oír o sí. Podríamos denominarlo como una filosofía metafísica porque van más allá. Son los espacios de mujeres y de hombres. Sus ensayos te tocan y tú les abres.

El mundo de los libros está presente desde el primer relato, homenaje a Benito Pérez Galdós. Le siguen, Ted Hughes, Silvia Plath, Wislawa Szymborska, Pablo Neruda, John Berger, entre otros muchos. Su antepenúltimo relato, "Madrid-París y los libros", será su declaración más emotiva. También homenajea al mundo del cine.

En sus ensayos literarios se aúnan ficción y realidad. Hay crítica y resistencia. Personalidad, identidad y singularidad habitan este Cuarto interior en donde reflexiona e interioriza historias cómplices.

Pilar Mañas, con la lectura de su escritura y de su experiencia, nos hace pensar, no nos deja otra opción. Anexiona lo subjetivo con lo objetivo, lo reelabora convirtiéndolo en un cuento inédito y genuino. Nos remueve y lo archivamos en nuestra memoria. Y desde su Cuarto interior nos asoma por ventanas que dan a la calle. Con su lenguaje establece y propone un intercambio comunicativo, creando un clima  y la necesidad de libertad.

El otro lado de la luna

El otro lado de la luna

La escritora, en el último relato "En voz alta", en su último párrafo, a modo de poética, concluye: "Hace algún tiempo dejé de confundir literatura y vida literaria. Dejé de leer las largas y sesudas entrevistas con los escritores en las revistas y suplementos literarios con lo que la voz es pertinazmente masculina. Y sigo, casi como entonces, escudriñando las últimas publicaciones de escritores y escritoras valientes con la igualdad, modernos y audaces con el lenguaje y la identidad. Con el voluntarismo propio de una resistente me he instalado en el futuro que ha comenzado a respirar con un nuevo pulmón. Gracias, como desde hace tiempo, al feminismo".

*Carmen Canet es escritora y profesora de Literatura. Su último libro, Carmen CanetMalabarismos (Valparaíso, 2016). 

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