Música

Temporalidad, brecha salarial, conciliación y techo de cristal: por qué la industria de la música es aún machista

Público en un concierto

La industria de la música presenta una estructura precaria para las mujeres: sueldos medios muy por debajo de la media salarial nacional, elevada temporalidad, escasas trayectorias profesionales largas, falta de presencia en determinados oficios o altos cargos y rutinas nada alentadoras a la conciliación familiar.

Para combatir este panorama y contribuir a la reconstrucción del sector de la música, tan dañado por la pandemia, se ha celebrado en Madrid este fin de semana La Ola que no Cesa, el primer congreso de MIM, la Asociación de Mujeres de la Industria de la Música fundada en septiembre 2016 y que cuenta con más de 400 asociadas y asociados en toda España.

Con una visión muy clara de la situación, como apunta a infoLibre su presidenta, Carmen Zapata: "Las mujeres no están igual que los hombres en la industria de la música, de ninguna manera. Y, sobre todo, detrás del escenario o en las oficinas. Hay muy pocos festivales que estén liderados por mujeres, hay muy pocas mujeres al frente de grandes promotoras, hay muy pocas bookers internacionales, se cuentan con los dedos de una mano Las artistas al menos tienen un altavoz, pero el resto es invisible".

Zapata, también gerente de ASACC (Associació de Sales de Concerts de Catalunya) y directora artística de Curtcircuit, apunta que la cultura siempre está "maltratada", con la música en el último lugar y "las mujeres de la música aún más al final". "En un área determinada pueden trabajar el 70 por ciento de mujeres y el 30 por ciento de hombres, pero en los puestos de poder se invierte: el 70 son hombres y el 30 mujeres", plantea.

Este techo de cristal sigue siendo uno de los principales problemas a los que se enfrentan las trabajadoras en su carrera. Concretando aún más el porcentaje lanzado por Zapata, solo un 37 por ciento de las empresas de la industria están lideradas por mujeres. En cuanto a las discográficas, apenas un 14 por ciento de las compañías independientes cuentan con figuras femeninas en la dirección; mientras que en el caso de las tres grandes multinacionales (Sony, Universal y Warner), las tres presidencias están ocupadas por hombres.

"La industria de la música es machista", afirma sin dudar Celia Carrillo, vocal de MIM y mujer con una amplia trayectoria profesional como directora de márketing en Live Nation, Ticketmaster y ahora en Livenow Spain. "Tenemos el mismo machismo y patriarcado que existe en toda la sociedad", señala, añadiendo que en este sector en particular se agrava la situación por estar "asociado a la noche y por el tipo de jornada de trabajo a deshora o en fines de semana".

Ley de Igualdad

Profundiza en este planteamiento la programadora de la Sala El Sol, Mar Rojo, quien explica que la industria de la música tiene "particularidades" como la "temporalidad o que algunos trabajos son excesivamente precarios". Para mejorar esta situación, apuesta por cumplir todo lo recogido en la Ley de Igualdad, al tiempo que señala que todos aquellos proyectos de ley "en los que se está trabajando tienen que contar desde la base con la visión de género".

"No estamos pidiendo nada que no esté en la Ley de Igualdad. Otra cosa es que se pueden hacer leyes, pero luego hay que ver cómo se cumplen. Para eso formamos parte por ejemplo del Observatorio de Género del Ministerio de Cultura y Deporte, y sobre todo estamos viendo que en muchos proyectos con financiación pública no hay igualdad en la contratación, en la conformación de los equipos", destaca.

Los datos apoyan estas palabras, pues casi el 16 por ciento de las trabajadoras han sido víctimas de juicios verbales ofensivos en forma de ridiculización o de críticas sexistas e incluso vejaciones o insultos, según el primer estudio de género en la industria de la música realizado por MIM. Y más datos: un 5,9 por ciento ha sufrido acoso laboral y en un 1,49 por ciento de los casos este ha derivado en abusos o agresión sexual.

A todo esto se suma la gran precariedad económica del sector: casi el 70 por ciento de las mujeres del estudio cobra menos del sueldo medio español masculino. Además, un 65% indica que han trabajado en la industria musical sin ningún tipo de contrato o remuneración durante al menos un año, mientras que un 35 por ciento han estado entre uno y tres años trabajando sin remuneración o contrato dentro de la misma.

Además, más de un 80 por ciento de la muestra de trabajadoras afirma que su puesto le requiere una dedicación en tiempo mayor que la jornada para la cual legalmente están contratadas. Unas condiciones muy pobres que contrastan con la alta preparación de una gran mayoría de las trabajadoras, pues más de un 70 por ciento accedieron a su primer puesto en la industria musical con formación universitaria o formación profesional de grado superior y con conocimiento de idiomas. Casi el 40 por ciento ha cursado un máster, curso o formación especializada.

Temporalidad y brecha salarial

"Temporalidad, brecha salarial, conciliación y dificultades para acceder a los puestos de poder y al dinero. Porque es mucho más difícil para las mujeres acceder al dinero para ejecutar proyectos", resume Zapata. Y prosigue: "No hay apenas mujeres en puestos de poder, ni tampoco en trabajos técnicos. hay determinados oficios en los que las mujeres están infrarrepresentadas porque no tienen referentes. Como detrás de las mesas de sonido mayoritariamente hay hombres, las chicas no quieren ser técnicas de sonido".

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Por todo ello, aboga por desarrollar programas específicos que fomenten que haya más representación femenina en los oficios donde apenas hay. De ahí, según sus palabras, la importancia de crear referentes que "inspiren a las niñas" y les muestren que "sepan que existen jefas". "Y los niños también tienen que ver que hay mujeres que hacen todo eso para que aprendan a respetar", apostilla.

"En todo lo que tiene que ver con la noche hay muchas menos mujeres trabajando", resalta Rojo, mientras Carrillo apuntala: "Es mentira que las mujeres estén en todas partes y en todos los puestos". "Siempre se nos vendió que estar ahí, ser esa pieza única en un ámbito masculino, te otorgaba un privilegio. Tú te sentías privilegiada por estar entre los hombres, en plan 'nena tú vales mucho'. Ahora incluso hemos dado pasos atrás por la pandemia, agudizando la precariedad y la desigualdad", añade Zapata.

En este punto, Rojo insiste en que aún están lejos de cumplir los objetivos que originaron MIM allá por 2016: "Cumpliendo la Ley de Igualdad y teniendo una visión feminista apostamos por la inclusión y la diversidad. Estamos luchando por otros colectivos también porque creemos en un feminismo positivo para toda la sociedad. Como programadora creo que tenemos que ser conscientes de que tenemos un papel como prescriptores. Tenemos la responsabilidad de crear una programación igualitaria".

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