Una crisis global

El continuo descalabro de los mercados abre el debate sobre un cierre temporal de las Bolsas

Vista general del parqué madrileño este lunes.

La pandemia provocada por el coronavirus está poniendo en serios aprietos a los mercados. El Ibex 35 ha arrancado la semana con un retroceso del 7,88%, lo que ha dejado al parqué ligeramente por encima de los 6.000 puntos. Los únicos valores que han conseguido librar esta nueva jornada negra fueron Red Eléctrica, Siemens Gamesa y Viscofan, que ganaron un 3,45%, un 1,72% y un 0,39%, respectivamente. Los mayores descalabros, los experimentados por Meliá, Aena, ACS y Bankia, que descendieron por encima del 14%. Con este desplome, que se suma a los encadenados durante la pasada semana, se ha empezado a plantear la posibilidad de que las Bolsas echen el cierre temporalmente. Una opción que algunos economistas consultados por infoLibre ven lógica ante el funcionamiento ineficiente de los mercados pero que otros rechazan por los riesgos que puede plantear en términos de liquidez y credibilidad futura.

El repunte que experimentaron los parqués el viernes pasado fue tan sólo un espejismo. Al igual que la española, las principales plazas europeas también han cerrado este lunes en rojo. El Ftse Mib de Milán ha retrocedido un 6,1%, mientras que el Cac 40 de París y el Dax de Fráncfort se han desplomado un 5,7% y un 5,3%, respectivamente. Como ellas, también Wall Street. El Dow Jones ha amanecido cayendo casi un 8%, mientras que el descalabro del 7% en el selectivo S&P500 ha obligado a interrumpir durante un cuarto de hora las operaciones. Los nuevos descensos se han producido pocas horas después de que la Reserva Federal de Estados Unidos anunciase un recorte de los tipos de interés hasta el 0% y una inyección de 700.000 millones de euros para paliar el maremoto económico que está provocando el coronavirus. 

Ante esta situación, el banco suizo Julius Baer no descarta un "cierre temporal" de los mercados en "unas pocas semanas" y una reapertura "una vez que la epidemia esté bajo control", según ha informado Europa Press. "La situación es tan extrema ni siquiera ese escenario se puede descartar", ha asegurado el director de inversiones global de la firma financiera, Yves Bonzon, quien ha señalado que las decisiones tomadas por los gobiernos estadounidense y europeos para frenar la curva del coronavirus "han hundido las economías desarrolladas". No sería la primera vez que los parqués bajan la persiana. Ya sucedió en 1914, al inicio de la Primera Guerra Mundial. O en 2001, cuando las Bolsas estadounidenses cerraron tras los atentados del 11S.

Cierre bajo criterios de eficiencia

Juan Fernández Jaquotot, presidente de la firma dedicada a la gestión patrimonial y de activos Attitude, entiende que esta cuestión pueda ser "muy debatible". Sin embargo, recuerda que "los mercados financieros, sobre todo los secundarios, tienen que cumplir una serie de requisitos de eficiencia", desde que "sean líquidos" hasta que "existan operadores informados y no informados que puedan actuar libremente". Por eso, cree que "lo más importante" es que un futurible cierre esté muy ligado "a un criterio de si están funcionando eficientemente o no". "La evidencia nos dice que la liquidez en los mercados no es la adecuada, que el servicio de atención a los clientes se satura, que los intermediarios están desbordados trabajando en sitios diferentes y con problemas de registro de órdenes...", señala Jaquotot. "Se para hasta que las cosas funcionen con la suficiente normalidad. Que lo mismo es un 30% más abajo o un 30% más arriba, eso me da igual", concluye.

El economista José Carlos Díez, por su parte, también considera que ha llegado el momento de que los mercados bajen la persiana "transitoriamente". "Llevo dos décadas en esto y nunca había visto nada igual. Hay un pánico completo", apunta en conversación telefónica con este diario, añadiendo que con la bajada de los tipos de interés a cero acordada por la Reserva Federal de Estados Unidos la Bolsa debería "haber subido un 5%". "Sin embargo, Wall Street ha caído", continúa el economista, que considera que cerrar los parqués no tendría "ningún impacto" en un escenario de parálisis como el que se está viviendo a raíz de la crisis sanitaria provocada por la expansión del coronavirus: "Si tú no puedes ir a tu mesa de operaciones a tomar decisiones de compraventa, no hay negocio bursátil".

"Te cargas la liquidez"

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Muestra sus reticencias a esta medida quien fuera entre 2004 y 2006 director general de la Oficina Económica del presidente del Gobierno, Miguel Sebastián. "No soy partidario de un cierre a no ser que sea muy puntual. Puedo entender que se tome esta decisión en algún momento de la sesión si existe un pánico exagerado, pero no en la situación en la que nos encontramos, con una crisis que podría durar mucho tiempo", recalca el también exministro de Industria. En este sentido, el economista afirma que con la bajada de la persiana "te cargas la liquidez, que es uno de los pilares de la Bolsa". Y pone sobre la mesa otro problema que puede acompañar al cierre de los mercados: "Cuando se reabran la caída va a ser monumental". "No me gusta la idea, desde luego", concluye.

Tampoco lo ve nada claro Santiago Carbó, catedrático de Economía de Cunef. "Es evidente que esta sangría es terrible y puede causar una inestabilidad financiera importante, lo que pasa es que al final no sé si es una buena solución impedir que la gente pueda comprar y vender los títulos porque igual algunas personas e instituciones necesitan liquidez. Por tanto, creo que es una solución bastante dramática", asevera. En este sentido, el economista considera cerrar las Bolsas cuando las cosas no van bien crearía un "precedente" que mermaría su "credibilidad" de cara al futuro. "Yo creo que tiene muchos riesgos esa operación. Si los gobiernos toman decisiones contundentes y de modo coordinado, el mercado no recuperará rápidamente pero lo peor habrá pasado", apunta.

En lo que sí coinciden todos los expertos pulsados es en que, de producirse, la bajada de persiana tendría que ser una acción coordinada a nivel global. "Si cierran las Bolsas europeas pero están abiertas las americanas, lo mismo generas una sensación de ansiedad en los mercados que están cerrados frente a los que están abiertos", explica el presidente de Attitude. En este sentido, es consciente de que un movimiento conjunto es "tremendamente complejo", pero cree que sería suficiente con que echen el cierre "el mercado chino, americano, europeo y japonés". Sebastián, sin embargo, no cree que sean tan fácil. "Las asiáticas te van a decir que ni hablar porque ya lo están superando. Bien es cierto que luego podrían terminar contagiándose", reflexiona el exministro.

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