Energía nuclear
La estrategia de Industria para Garoña “rompe” el CSN y compromete a sus técnicos
El Ministerio de Industria no quiere cerrar la central nuclear de Santa María de Garoña. Las empresas propietarias de la planta, Endesa e Iberdrola, que amagaron con cerrarla en julio de este año, tampoco. El problema ahora es cómo vestir la prórroga con informes de seguridad a favor y cómo cumplir con los plazos.
No es fácil. El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), remozado, está dividido. Ha celebrado tres reuniones (lunes, miércoles y jueves) para debatir si aceptar o no la petición de Nuclenor para mantener operativa (en parada fría) la instalación al menos un año más. Y no ha llegado a un acuerdo.
Dos de los cinco consejeros (Rosario Velasco y Cristina Narbona), propuestas por el PSOE, se resisten a un visto bueno apresurado. El presidente del Consejo, Fernando Martí, por su parte, busca una fórmula que permita complacer a Industria y salvar la cara al organismo y a sus técnicos.
La situación es delicada. Nuclenor (Endesa e Iberdrola), en el pulso que libraron en 2012 con el Gobierno por los nuevos impuestos eléctricos, rechazó solicitar la prórroga de la planta hasta 2019 como les ofreció Industria. Ahora se lo han pensado mejor. Pero la fecha de cierre oficial, decidida por el Gobierno de Rodríguez Zapatero, no se ha movido: 6 de julio de 2013. Por eso son necesarios informes favorables antes del 1 de junio para "vestir" la prórroga. El tiempo corre.
Una carrera
La carrera afecta sobre todo a los técnicos del CSN encargados de evaluar la seguridad de la planta. Una central nuclear no es una lavadora que se desenchufa de la red (Garoña está desconectada desde diciembre) sin más y los especialistas han trabajado durante meses en los informes de Nuclenor para desmantelar la instalación, no para mantenerla en pie. Ahora tienen que cambiar de enfoque. Lo tienen que hacer en días. Y se quejan, según han destacado fuentes del CSN y del comité asesor del organismo.
Ecologistas en Acción, que participa junto con Greenpeace, sindicatos y empresas y en el comité asesor del CSN considera que la estrategia del Gobierno y de las empresas sobre Garoña "compromete al CSN, su imagen internacional y atenta contra la independencia y seriedad de sus técnicos".
El Gobierno impone al CSN la decisión política de prorrogar la vida de Garoña
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El presidente de Economistas frente a la Crisis, Jorge Fabra,Economistas frente a la Crisis ex consejero de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), también cuestiona la estrategia sobre Garoña. "En el caso de Garoña, que ha agotado su vida útil (tiene 41 años), está claro que la inversión está amortizada" explica Fabra "y está claro que, en contra de lo que sostienen las empresas, una prórroga para la instalación sería muy rentable".
La central de Garoña, de 400 MW de potencia, es la más pequeña de España y la más antigua. Fue conectada a la red en 1971. La empresa propietaria, Nuclenor (50% de Endesa y 50% de Iberdrola) ha solicitado a Industria la renovación de la autorización de explotación de la instalación por un periodo de un año. Su tecnología, de General Electric, es similar a la de la central de Fukushima.