Investigación

Las propiedades familiares en España de un exjefe de la inteligencia venezolana

Cartel de las autoridades estadounidenses ofreciendo diez millones de euros por información que permita detener a Martín Olivares.

OCCRP / Armando.info / Miami Herald / infoLibre

Pedro Luis Martín Olivares, que opera desde un ático independiente en un lujoso hotel de Caracas, es poco conocido en su Venezuela natal y su nombre no aparece en las listas internacionales de los "más buscados". Sin embargo, Estados Unidos ofrece una recompensa de diez millones de dólares por su detención, más incluso que por los hijos del jefe del cártel mexicano Joaquín El Chapo Guzmán.

Martín Olivares, un alto funcionario de inteligencia, fue acusado por un tribunal de Florida de cargos de narcotráfico en 2015. Estados Unidos ha sancionado sus intereses comerciales, que van desde la seguridad privada hasta la avicultura.

Una investigación periodística internacional ha descubierto que la familia directa de Martín Olivares tiene valiosas propiedades en España. En concreto, es dueña de dos pisos de lujo en Barcelona, que figuran a nombre de una sociedad de Madrid y están valorados al menos en 2,5 millones de euros. Así lo prueban documentos del Registro Mercantil y de la Propiedad.

La investigación la coordinó el consorcio Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y en ella participaron periodistas de los medios Armando.info, Miami Herald e infoLibre

Los documentos consultados desvelan que Martín Olivares logró la nacionalidad española. Además, los investigadores manejan la información de que tenía una identidad falsa con el nombre de Ramón José Garrido Sánchez.

El antiguo espía no respondió a las preguntas planteadas. En el pasado, negó tajantemente las acusaciones que lo vinculan con el narcotráfico.

Un currículum sombrío

Más allá del hecho de que Martin Olivares nació en 1967 en Caracas, hay poca información contrastada sobre sus primeros años. Él se ha descrito a sí mismo como abogado y economista, pero los periodistas no pudieron encontrar ningún registro de que haya estudiado esas materias en Venezuela.

Iván Simonovis, ex comisario de policía venezolano que ahora vive en Estados Unidos, sostiene que Martin Olivares se involucró en el tráfico de drogas y el blanqueo de dinero en la década de 1990. Más tarde empezó a cooperar con las autoridades para evitar el riesgo de ser procesado, ayudando a montar varias "entregas controladas", es decir, ventas de droga realizadas con el conocimiento de las autoridades para capturar a otros traficantes. 

Después de que Hugo Chávez llegara a la Presidencia de Venezuela en 1999, Martin Olivares fue designado para la oficina antidrogas de Caracas, aparentemente aprovechando las conexiones que había construido con los responsables policiales. En 2002, se convirtió en director de inteligencia financiera de los servicios secretos venezolanos, la Dirección General Sectorial de Servicios de Inteligencia y Prevención, conocida como DISIP.

Simonovis asegura que, mientras era un alto funcionario de inteligencia en la DISIP, empezó a dirigir una "oficina paralela" desde el Centro Lido, un centro de oficinas de lujo en Caracas. Martín Olivares y su gente utilizaban presuntamente informantes y escuchas telefónicas para obtener datos comprometedores sobre personajes ricos o poderosos, a los que luego chantajeaban. Esta versión fue corroborada por otras dos fuentes que conocen a Martín Olivares, que aceptaron hablar con los periodistas bajo la condición de anonimato.

Varias de las fuentes consultadas aseguran que Martín Olivares fue destituido de su cargo después de tratar de extorsionar a una persona de la estructura de poder de Chávez. "Esa fue la gota que colmó el vaso", afirma Simonovis.

“Nunca se abandona la inteligencia”

Martin Olivares salió de la DISIP en 2004, pero mantuvo su conexión con la comunidad de inteligencia. En una entrevista concedida al sitio web español de la cadena de televisión panárabe Al-Mayadeen en octubre de 2020 –emitida seis días después de que se anunciara la recompensa estadounidense por él–, aseguró que todavía "maneja información”, pese a llevar tres lustros fuera de la agencia. "Nunca se abandona la inteligencia, siempre se sigue obteniendo información", presumió.

Simonovis y una de las fuentes consultadas afirman que Martin Olivares sigue gestionando su "oficina paralela" desde el Centro Lido, desde donde ahora también dirige un pequeño imperio comercial. Entre 2004 y 2007, Martin Olivares fundó al menos cinco empresas, la mayoría en el ámbito de la seguridad privada y el transporte de valores, aunque también registró una granja avícola en el estado venezolano de Monagas. 

Los detalles de las operaciones de estas empresas muestran que el antiguo espía seguía estando bien conectado después de dejar su puesto oficial. Su empresa de seguridad privada, Grupo Control 2004, obtuvo contratos de importantes instituciones estatales, como el banco estatal Bicentenario, el aeropuerto de Maracaibo y Minerven, una importante empresa minera.

Otra de sus empresas, PLM Consultores, prestó "servicios de asesoría en relaciones institucionales" a 11 empresas vinculadas a Omar Farías, un empresario conocido en Venezuela como el "zar de los seguros" porque consiguió importantes contratos de seguros de instituciones públicas, lo que le permitió amasar una fortuna bajo el mandato de Chávez y que se ha visto envuelto en múltiples escándalos de corrupción

Uno de esos escándalos se refiere al presunto saqueo de cientos de millones de dólares de la compañía petrolera estatal venezolana, PDVSA, blanqueados a través de la entidad financiera Banca Privada de Andorra (BPA). Este asunto sigue bajo investigación judicial en el Principado.

Martin Olivares también trabajó con dos empresas presuntamente implicadas en el proceso de blanqueo de dinero en Andorra. La primera se llama ISB Sociedad de Corretaje de Reaseguros CA y es una correduría de seguros que canalizó 330 millones de dólares a través de contratos de seguros con entidades públicas a precios inflados, según la investigación. Y la segunda se denomina Vida y Patrimonio Corretaje De Seguros CA, otra correduría que según los fiscales andorranos recibió 77 millones de dólares de una filial de PDVSA.

Farias no respondió a los mensajes enviados por los periodistas para conocer su versión sobre estos hechos.

En 2010, una operación conjunta contra el narcotráfico llevada a cabo por las autoridades de Estados Unidos y las Islas Vírgenes Británicas tendría profundas consecuencias para el antiguo espía. La policía detuvo a tres hombres que esperaban en una embarcación para recuperar un paquete lanzado por un avión procedente de Venezuela en aguas de las Islas Vírgenes Británicas. En su interior encontraron más de 261 kilogramos de cocaína

Las autoridades relacionaron el envío con el narcotraficante colombiano Roberto Méndez Hurtado, también conocido como "Pluma Blanca", del cártel del Norte del Valle. En 2013, Colombia extraditó a Méndez a Estados Unidos, donde fue acusado de organizar envíos de cocaína desde Venezuela a Centroamérica y el Caribe. En 2014 fue declarado culpable y condenado a 19 años de prisión, antes de ser liberado en enero de este año, según informan varios medios locales.

Según las autoridades estadounidenses, Martín Olivares había estado en la nómina de Méndez, supuestamente ayudando a coordinar los envíos de cocaína desde su puesto en la DISIP y distribuyendo sobornos a funcionarios venezolanos. También se encargaba presuntamente de garantizar que los radares estuvieran apagados para permitir que los aviones cargados de cocaína cruzaran el espacio aéreo venezolano sin ser detectados. 

Los fiscales estadounidenses aseguran que Martín Olivares, junto con el exjefe de la Disip Hugo El Pollo Carvajal y otros altos cargos venezolanos, formaban parte del cártel de los soles, una célula de narcotraficantes vinculada al ejército del país. Tras dos años de huida, Carvajal fue capturado en España en 2021 y está a la espera de ser extraditado a Estados Unidos. 

Martín Olivares fue procesado por un gran jurado federal de Miami por tráfico de drogas en 2015. Tres años más tarde, la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC) sancionó a sus empresas, tras acusar a Martin de haber "explotado su posición en el gobierno y aceptado sobornos de narcotraficantes que operan en Venezuela y Colombia como parte de un esquema más amplio para facilitar el movimiento de narcóticos desde y a través del espacio aéreo venezolano".

Funcionarios de seguridad españoles también empezaron a investigar en 2014 las posibles propiedades de Martín Olivares, después de que llamara su atención por las acusaciones de que estaba involucrado en el cártel de los soles

Bienes en España

Los miembros de la familia de Martín Olivares adquirieron en 2013 dos valiosos apartamentos en Barcelona, situados en un antiguo edificio bancario de la década de 1950 en la milla de oro de la ciudad, una franja de propiedades de alto nivel en el centro de la ciudad. Como propietario de los pisos figura Urdanbest SL, una empresa con sede en Madrid, donde la esposa del antiguo espía –Alejandra Besteiro–, su hijo Pedro Luis Martín Besteiro y su hijastro Orlando Urdaneta Besteiro ocupan cargos de administración.

Uno de los inmuebles de Barcelona estaba a nombre de Orlando Urdaneta hasta que, en diciembre del año pasado, lo aportó a Urdanbest. En ese momento, el piso fue valorado en 1,52 millones de euros. La valoración de la otra vivienda también supera claramente el millón de euros.

En diciembre de 2013, apenas cuatro meses después de su constitución, Urdanbest realizó una ampliación de capital por importe de 1,09 millones de euros. El dinero procedía de créditos que habían otorgado a la sociedad Alejandra Besteiro (por 738.000 euros) y Orlando Urdaneta (por 353.000). En los documentos oficiales no consta si ese dinero se había destinado a la compra de los pisos, aunque la fecha de los préstamos coincide con la de su adquisición.

En todo caso, los familiares de Martín Olivares son dueños de dos inmuebles valorados conjuntamente en más de 2,5 millones de euros.

Urdanbest, por su parte, tiene su domicilio social en una lujosa oficina en uno de los barrios más caros de Madrid. Comparte sede con Balclutha SL, una sociedad vinculada al empresario venezolano Luis Alberto Benshimol Chonchol, conocido por financiar arte contemporáneo y por sus vínculos con el controvertido mercado paralelo que permitía a los inversores explotar la diferencia entre los tipos de cambio oficiales y los del mercado negro a principios de la década de 2000.

Cuando un periodista visitó la oficina, la persona que abrió la puerta afirmó que trabajaba para Balclutha y admitió que recibían allí la correspondencia de Urdanbest, pero no aportó ningún otro dato.

Los periodistas trasladaron preguntas tanto a Alejandra Besteiro como a sus hijos y a Benshimol, pero ninguno respondió

Martin Olivares también es propietario de otro apartamento en Barcelona, adquirido en 2003. El piso, que actualmente vale unos 200.000 euros, está situado en un barrio de clase trabajadora. En junio, el buzón no tenía nombre, aunque un vecino dijo que a menudo podían ver "movimiento en las persianas", lo que indica que estaba ocupado. 

Martín Olivares rechaza las acusaciones

En su entrevista con Al-Mayadeen, el antiguo espía rechazó los cargos que se le imputan, diciendo que el narco colombiano Méndez Hurtado estaba ofreciendo información falsa para reducir su propia condena.

Martín Olivares denunció que las autoridades estadounidenses "meten en la cárcel a gente que ni siquiera te conoce", pero "les dicen que tienen que testificar contra ti para reducir sus condenas". Aseguró, además, que las sanciones de la OFAC no eran más que una manera de "chantajear y presionar" para que se volviera contra altas figuras del gobierno de Chávez. 

En 2018, presentó una demanda por difamación en un tribunal de Florida contra Méndez y otro informante, según el Miami New Times. "Las dos personas que son extrañas a él están lanzando graves acusaciones", afirmó entonces su abogado.

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Según las transcripciones del tribunal estadounidense, Martin Olivares se entregó a las autoridades venezolanas después de que se emitiera una "notificación roja" de Interpol contra él, hecho que su abogado en Estados Unidos utilizó para argumentar que no podía ser considerado un fugitivo.

Los fiscales estadounidenses rechazaron este argumento, alegando que Martin Olivares se entregó porque sabía que Venezuela no lo enviaría a Estados Unidos. Cuando los venezolanos se dirigieron a las autoridades estadounidenses para preguntarles si querían presentar los trámites para que fuera extraditado, se negaron. 

"Sabemos bien que hay una prohibición constitucional en Venezuela de extraditar a sus propios ciudadanos", alegó Adam Fels, asistente del fiscal estadounidense en ese momento. "Entonces, ¿para qué molestarse siquiera?".

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