Todo falló con Pormanove: el Gobierno francés recibió 80 denuncias, pero no hizo nada
No es poca cosa, 80 denuncias. Porque ese es el número de alertas que se han enviado oficialmente a Pharos, la plataforma de denuncia de contenidos ilícitos en Internet dependiente del ministerio del Interior, en relación con el canal de streaming Jeanpormanove en Kick, donde un hombre murió en directo hace unos días.
La información proviene de la propia ministra de Transición Digital. Invitada a France Inter el lunes 25 de agosto, Clara Chappaz declaró: “Pharos, la plataforma de denuncias de contenidos, ha recibido varias denuncias y las ha tramitado. Si tenemos en cuenta el número que se ha recibido, antes, durante y después de la publicación del artículo, unas 80, mientras hay 200.000 personas que pagaban por ver este contenido...”.
Lo que la ministra da a entender es que muchos más internautas deberían haber denunciado este triste espectáculo, ofrecido casi todas las noches por los streamers Owen C., Safine H. y Gwen C., que maltrataban regularmente a hombres vulnerables para generar visitas y donaciones online.
Pero este número de denuncias contradice en realidad la idea de que nadie sabía lo que estaba pasando en Kick, esta plataforma de vídeo australiana poco conocida en Francia, y su canal más seguido, Jeanpormanove, con 190.000 suscriptores.
El ministerio del Interior no ha respondido a la solicitud de contacto de Mediapart.
80 denuncias “tramitadas”
En Pharos, cualquier ciudadano puede alertar a las autoridades si encuentra contenido ilícito en Internet, por ejemplo: “violencia, puesta en peligro de personas, amenazas o apología del terrorismo, injurias o difamación, incitación al odio racial o la discriminación, delitos contra menores”, enumera la página web oficial. El proceso de denuncia dura unos minutos, ya que hay que proporcionar una dirección URL, calificar el contenido manifiestamente ilícito y rellenar un formulario de identificación.
En 2024, Pharos recibió 222.364 denuncias, según datos del ministerio del Interior, de las cuales 697 fueron “tratadas con carácter de urgencia absoluta, con el fin de salvaguardar la vida humana”, según se indica. El número total es astronómico, teniendo en cuenta el escaso número de agentes de la Oficina de Lucha contra la Ciberdelincuencia (Ofac) encargados de tramitarlas: según la web ZDNet, hay 180 personas en la sede de Nanterre (Hauts-de-Seine) y 200 repartidas por las delegaciones territoriales.
Los equipos de Pharos tienen autoridad para pedir “a los operadores técnicos que retiren o limiten la visibilidad de los contenidos ilícitos denunciados”, cuando se trata de abusos sexuales a menores o de contenidos terroristas. También pueden “notificar a los proveedores de alojamiento” para pedirles que retiren los contenidos denunciados, en otros casos como los contenidos discriminatorios.
¿Qué ha sido de esas ochenta denuncias recibidas, e incluso “tramitadas” por Pharos, como ha confirmado Clara Chappaz? En France Inter, la ministra indica que “las herramientas de que disponemos permiten a los servicios del ministerio del Interior, a través de Pharos y la Ofac, solicitar a las plataformas de las que tienen conocimiento de contenidos manifiestamente ilícitos que los retiren”. Lo que significaría que, en el caso que nos ocupa, los agentes decidieron que los contenidos del canal Jeanpormanove no eran manifiestamente ilícitos.
Los gendarmes pasaron por el local cinco veces en un mes
El fiscal de Niza abrió diligencias previas el 15 de diciembre de 2024, al día siguiente de la publicación de dos artículos de Mediapart que sacaban a la luz lo que parecía ser un negocio de maltrato en el canal Jeanpormanove.
Se imputaron tres cargos: “Provocación pública por medio de un medio de comunicación electrónico al odio o la violencia contra una persona o un grupo de personas por motivo de su discapacidad, violencia voluntaria en reunión contra personas vulnerables y difusión de imágenes relativas a la comisión de delitos de atentado voluntario contra la integridad de la persona.”
En enero de 2025 fueron detenidos y se les incautó su material informático dos de los streamers que organizaban las retransmisiones en directo y solían golpear a Raphaël Graven y a Stéphane, un hombre discapacitado apodado Coudoux. Las dos víctimas fueron interrogadas por la gendarmería y ambas dijeron que eran consentidores.
Unas semanas más tarde, se reanudaron las retransmisiones. Primero en Malta, donde los streamers se exiliaron durante un tiempo, y luego en el mismo local de Niza donde tuvieron lugar los abusos descubiertos por Mediapart. En el verano de 2025, la máquina se puso definitivamente en marcha, a pesar de que las diligencias previas seguían abiertas. Volvieron a multiplicarse las largas retransmisiones en directo, las privaciones de sueño, los lanzamientos de pintura, las bofetadas, los gritos y las humillaciones.
Todo ello delante de las narices de las fuerzas del orden, que pasaron nada menos que cinco veces por el local de Niza el mes anterior a la muerte de Raphaël Graven, según descubrió Mediapart.
· 17 de julio de 2025, hacia las 21:00 horas. La gendarmería interviene en directo, pocas horas después de que Safine H. diera una vuelta en coche con Raphaël Graven encerrado en el maletero del vehículo. “La gente llama diciendo que hay un problema [...] Nos dicen que han metido a alguien en el maletero del coche”, se oye decir a un agente. Pero éste se marcha. Naruto se queja entonces de que los espectadores hayan avisado al PSIG (pelotón de vigilancia e intervención de la gendarmería) y se burla de que les han mentido sobre la presencia de Raphaël Graven en el maletero.
· 24 de julio de 2025. “Está ahí la poli”, dice Owen C. antes de salir del campo de la cámara. Raphaël Graven está cubierto de pintura, después de que Safine H. le haya disparado con una pistola de paintball. También sale de la habitación para hablar con las fuerzas del orden. Los tres hombres regresan. “Son majos”, dice Owen C. riendo, “han visto a JP lleno de pintura, le han puesto la linterna encima y han dicho: «¡Ah!”. Los agentes se marchan.
· 13 de agosto de 2025, a las 17:00. Los gendarmes vuelven a aparecer en directo. “Intenten concienciar a sus... no sé cómo se dice... a sus followers, no sé, porque tenemos otras cosas que hacer”, dice el gendarme. Y se marcha.
· El 14 de agosto de 2025, a las 7 de la mañana. A la mañana siguiente, dos gendarmes vuelven a la habitación donde los hombres duermen en directo, el lugar donde Raphaël Graven murió cuatro días después. Piden los documentos de identidad. Coudoux se levanta, demacrado, y se quita la cadena falsa que le rodea el vientre. “¿Se graban durmiendo o qué?”, pregunta un gendarme, que se marcha diciéndoles: “¡Buenas noches, chicos!”.
· 14 de agosto de 2025, a las 18:00 horas. Dos agentes más mayores vienen a realizar un nuevo control de identidad. Raphaël Graven lleva una minifalda y medias de rejilla. Owen C. le hace una foto discretamente junto a los agentes y luego muestra la imagen a sus espectadores, divirtiéndose con el contraste. “Fijaos en esta foto, es legendaria”, dice riendo. Las fuerzas del orden se marchan.
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Al ser preguntados también sobre este punto, en el ministerio del Interior no ha respondido.
Traducción de Miguel López