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Annalena Baerbock, la candidata ecologista que aspira a suceder a Merkel como 'canciller verde'

La copresidenta del Partido Verde, Annalena Baerbock.

Thomas Schnee (Mediapart)

Los ecologistas alemanes elegían el pasado 19 de abril a Annalena Baerbock para dirigir el Partido Verde en las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre de 2021. El congreso, previsto para comienzos de junio, ratificará el nombramiento, fruto del pacto entre los dos copresidentes del partido, la propia Annalena Baerbock y Robert Habeck. Se prevé que la votación sea un mero trámite.

Esta mujer, de 40 años, se convertía de esta manera en la primera candidata de Los Verdes a la Cancillería; hasta ahora, Los Verdes nunca habían tenido suficientes apoyos para esperar que uno de los suyos pudiera llegar a convertirse en máximo dirigente. Pero son otros tiempos. Ahora, en los sondeos, le pisan los talones a los conservadores de la CDU/CSU y están presentes en 11 de los 16 gobiernos regionales. Desde 2016, además, han duplicado su número de afiliados hasta los 107.000 actuales.

“Querida Annalena, el escenario es tuyo”, anunciaba Robert Habeck después de cantar una oda a la unidad del partido y a la cooperación armoniosa con Baerbock. El canto no era, por supuesto, inocente; sus principales rivales, los conservadores de la CDU/CSU, están inmersos en una guerra de liderazgo que roza la pelea de gallos.

Y, a propósito de gallos. Y gallitos. Annalena Baerbock es de momento la única mujer entre los candidatos oficiales. “Si las capacidades son las mismas, evidentemente Los Verdes siempre eligen a una mujer”, dice la eurodiputada de Los Verdes de Berlín Nicole Ludwig.

La entrada de Annalena Baerbock en el ruedo político ha dado un nuevo impulso a la campaña electoral. Su discurso concreto y eficaz del lunes estuvo a la altura de su reputación de ir directa al grano y de conocer al dedillo sus temas.

Tras describir los retos a los que se enfrenta el país, entre ellos la aceleración de los programas de protección del clima, la gestión del cambio social que supone o el compromiso europeo que debe reforzarse, Annalena Baerbock no se olvidó de hacer alusión a lo que sus adversarios llaman su “principal defecto”.

“Nunca he sido canciller ni ministra”, dijo con una sonrisa. ¿Y qué? Los Verdes están ahí para proponer algo nuevo y para poner “en práctica una forma cooperativa y empática de hacer política”, explicó, presentándose como cercana a la generación Y, esas personas nacidas en los años 80 que a veces maldicen a sus mayores, a los que consideran demasiado belicosos, demasiado consumidores y demasiado contaminantes.

Annalena Baerbock no es Angela Merkel, aunque el paralelismo sea tentador. Lo que sí tienen en común es una carrera fulgurante. Hija de un ingeniero y de una profesora de Alemania Occidental, la ecologista creció en una granja cerca de Hanóver con sus hermanas y primas. Tres veces medallista de bronce en los Campeonatos de Alemania de salto de trampolín, también ha demostrado que no tiene miedo a dar un salto a lo desconocido.

Tras pasar un año estudiando, sola, en Estados Unidos, cursar Ciencias Políticas y Derecho Público en Hamburgo y luego obtener un máster en Derecho Internacional en la prestigiosa London School of Economics, renunció a su deseo de ser reportera de guerra y se fue directamente al Parlamento Europeo en Bruselas. Durante tres años, dirigió la oficina de la eurodiputada verde Elisabeth Schroedter.

Esta experiencia, que la convirtió en una europeísta convencida, la proyectó también al mundo político, donde escaló rápidamente. Tanto dentro del partido, donde se especializa en energía, defensa y asuntos europeos, como en su trabajo sobre el terreno. A los 28 años, ya era presidenta de la federación regional de ecologistas de Brandeburgo, convirtiéndose en una de las pocas verdes del Oeste que se comprometen con el Este. Además, es diputada federal desde 2013, elegida por Potsdam.

“La verdadera ruptura, su despegue, fue cuando se presentó a la copresidencia del partido junto a Robert Habeck”, cuenta el consultor político Johannes Hillje, cercano a Los Verdes. La dirección de Los Verdes quedó entonces paralizada por una guerra entre sus dos copresidentes y dos corrientes: Simone Peters, que representa el ala izquierda, y Cem Özdemir, que sostiene la llamada ala realista.

“El 27 de enero de 2018, Los Verdes optan por elegir por primera vez a dos representantes de la corriente realista. Y funciona. Robert Habeck es un mediador nato con una sólida experiencia de gobierno en su estado natal [Schleswig-Holstein]. Annalena Baerbock es una trabajadora infatigable, pero también una mujer de campo absolutamente pragmática que no teme enfrentarse a una asamblea de mineros enfadados para convencerles de la necesidad de la transición energética”, cuenta Johannes Hillje.

La nueva dirección bicéfala trabaja de forma conjunta, eficiente y sin estridencias: “Con ellos, el partido no sólo está unido como nunca antes, sino que además tiene dos representantes que son capaces de hacer el trabajo de canciller”, se entusiasma Nicole Ludwig.

Y está claro que, aunque Annalena Barbock es la candidata a canciller, Robert Habeck sigue siendo un elemento central en el ascenso al poder: “Robert participará, por supuesto, en la campaña electoral. Pero también participará en los preparativos para las negociaciones de la coalición y la formación de un gobierno”, precisó Annalena Baerbock.

Para Nicole Ludwig, las negociaciones que esperan a los líderes de Los Verdes no serán fáciles. “Las elecciones, por supuesto, no se han celebrado. Pero si tenemos que negociar la creación de una coalición con los conservadores, algo muy probable, tendremos fuertes diferencias en la cuestión climática y en políticas migratorias. Además, nos enfrentaremos a un campo conservador desestabilizado por la marcha de Merkel. Será un socio difícil”, prevé la diputada.

A eso se suma la intención de Los Verdes de negociar una inversión de 50.000 millones de euros, principalmente para la protección del clima, del transporte y la educación. “Los Verdes quieren mucho. Pero para tener una influencia real en el programa de gobierno frente a la CDU/CSU, Annalena Baerbock y los Verdes tendrán que conseguir al menos el 20% de los votos. Es factible”, estima Johannes Hillje.

Traducción: Mariola Moreno

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