"Con Franco yo sería ministro": así reavivan la dictadura los 'fachatubers' españoles
Con cada crisis que atraviesa España, meten más ruido. Cuando hubo un apagón generalizado que paralizó el país en abril, el abogado de los herederos del dictador Franco, Luis Felipe Utrera Molina, escribió en la red X: “Con Franco esto no pasaba”. El mensaje recibió miles de "me gusta".
Unos meses antes, durante las inundaciones mortales que asolaron la región de Valencia en octubre de 2024, los escépticos del cambio climático ya habían salido a la palestra. Atacaron al ejecutivo progresista en el poder en Madrid, al que acusaron de haber desmantelado las presas construidas por Franco, en el marco de su política ecologista de “recuperación” de los ríos.
Más de 2.000 personas validaron, por ejemplo, este mensaje nostálgico, que decretaba, en referencia a Franco y a su política de desarrollo denominada “desarrollismo”: “El mejor dirigente que España ha tenido y tendrá. Si Valencia no es hoy hoy en una laguna es por este plan. Muchas de las presas que construyó Franco las han destruído para ‘dejar fluir los ríos’...”.
En aquel momento, Vito Quiles también retomó el argumento, con un tono no más moderado, consiguiendo más de 18.000 “me gusta” en X: “Malnacidos los que presumen de demoler presas y embalses, que hubieran servido para aliviar las consecuencias de esta catástrofe”. Quiles, que se describe a sí mismo como periodista, acreditado en el Congreso de los Diputados en Madrid (483.000 seguidores en X, 872.000 en Instagram), trabaja para una plataforma televisiva llamada EDATV creada por el experiodista de El Mundo Javier Negre y especializada en difundir noticias falsas al servicio de la extrema derecha.
Vito Quiles figuraba en 2024 en las listas para las elecciones europeas del influencer ultraderechista Alvise Pérez, que con su movimiento Se acabó la fiesta (SALF) pretende adelantar por la derecha al partido de extrema derecha Vox. SALF consiguió, para sorpresa general, tres escaños en el Parlamento Europeo.
Pero Vito Quiles es sobre todo conocido por haber sido uno de los rostros visibles de lo que la extrema derecha denominó el “noviembre nacional”: las manifestaciones convocadas por las tardes frente a la sede del Partido Socialista en Madrid, en noviembre de 2023, para denunciar la permanencia en el poder del socialista Pedro Sánchez, tras un acuerdo para la amnistía de líderes independentistas catalanes. En aquel momento, cientos de extremistas y conspiradores se reunieron en torno a un lema viral: “putodefender España”.
Vito Quiles no es el único, entre los periodistas acreditados en el Congreso de Madrid, que hace el juego a la extrema derecha más radical. Bertrand Ndongo, un camerunés que llegó a España en 2010, también forma parte de esos agitadores que, bajo la apariencia de periodistas, buscan desestabilizar a los políticos de izquierdas y a los periodistas etiquetados como de izquierdas. Ndongo, excolaborador de una diputada de Vox, no oculta su admiración ni por Santiago Abascal, el líder de Vox —”Es Dios”—, ni por Francisco Franco —”Con Franco, yo sería ministro”, responde a quienes le recuerdan el racismo de la extrema derecha hacia los negros.
Rehabilitación velada
Más allá de estos “pseudoperiodistas”, otros agitadores cultivan la nostalgia por Franco. Desde la pandemia de covid en 2020, los influencers ultras en YouTube —los “fachatubers”— no paran de ganar visibilidad en el debate público español. Todos ellos lideran la batalla contra lo que denominan la “dictadura progre”, es decir, en su opinión, feminista y woke, en la que España habría caído desde la llegada al poder del socialista Pedro Sánchez en 2018.
Uno de los más conocidos se hace llamar InfoVlogger (más de 437.000 suscriptores en su canal de YouTube), cuyo nombre real es Isaac Parejo. En octubre de 2022, cantó, junto con un grupo de pseudocómicos bautizado como Los Meconios, en el escenario de un mitin de Vox, una canción en la que repetía: “Vamos a volver al 36”, en referencia al año del golpe de Estado de Franco, que inició la Guerra Civil hasta 1939 y luego la dictadura hasta mediados de la década de 1970.
Ante la polémica, publicó un vídeo sobre este episodio (146.000 visitas), en el que se entrega a una rehabilitación velada del franquismo: “Somos el único país del mundo en el que los perdedores [la izquierda, ndr] han escrito la historia [...]. La Segunda República [1931-1939, ndr] fueron ocho años de mierda [...]. Para estos comunistas de hoy [el PSOE en el poder y otras formaciones de izquierdas, ndr], no hay límites. ¿Por qué íbamos a ponerlos nosotros? Hay que insultarlos [...]. Porque ellos no dudan en hacerlo”.
InfoVlogger, que realizó una entrevista de una hora a Santiago Abascal a principios de año en uno de sus formatos de entrevista más identificados (“El búnker”, 317.000 visitas), resumió el sentido de su activismo y las razones de su agresividad verbal en una reciente intervención en un debate organizado por Vox en una sala del Congreso de los Diputados, citado por El País: “Todo era progresismo y wokismo. Me di cuenta de que millones de personas no tenían voz ni voto [...]. Por eso hemos surgido nosotros, los ‘fachatubers’. Decimos cosas censuradas por los medios de comunicación”. Y añadió: “Su trabajo es influir en la sociedad, cambiar el voto de la gente [...], pero somos nosotros los que lo conseguimos”.
Odio bajo una apariencia cool
Otra figura central de este universo, influyente entre un público joven que nunca ha leído ningún medio de comunicación tradicional, es Víctor Domínguez, alias Wall Street Wolverine (891.000 suscriptores en YouTube y casi otros tantos en X). En su programa estrella, titulado Cancelled, difunde teorías conspirativas sobre la industria farmacéutica, denuncia el sistema de pensiones, defiende a las pymes frente a las grandes empresas, habla desde el “campo de la libertad” y conversa con directivos de Vox desde el Parlamento Europeo o con otros “fachatubers”, como Un tío blanco hetero (251.000 suscriptores).
Madrileño afincado en Andorra, impulsado por ideales libertarios, Víctor Domínguez comenzó en las redes sociales impartiendo clases de fitness y comercializando su marca de ropa, Racks. En su web de venta online se pueden encontrar, por ejemplo, camisetas con el mensaje “FCK TAX” (que le den a los impuestos), acompañado de este eslogan: “Si odias que te roben más del 50 %, deja de pensarlo y dilo”. Otras camisetas recogen la broma racista “No hay segarro, amego”, que se burla del acento de los inmigrantes que piden cigarrillos en la calle con la intención de robar a las personas a las que se acercan.
También podemos citar a Roma Gallardo, adversario declarado de la ola feminista de la década de 2010 en España (más de 2 millones de suscriptores en su canal de YouTube), Libertad y lo que surja (más de 311.000 suscriptores en YouTube), alias Adriá Nuñez, que compara el feminismo con el apartheid sudafricano y alaba el anarcocapitalismo al estilo de Javier Milei, o Pedro Buerbaum, nacido en Tenerife pero ahora afincado en la República Dominicana debido a la “asfixiante presión fiscal” en España, identificado con su exitoso podcast Worldcast (más de 1,4 millones de suscriptores).
Ya en febrero de 2024, la televisión pública catalana emitió un documental de referencia sobre la “red ultra”, que supuso una descarga eléctrica para muchos. En él se detectaba la influencia que ejercían sobre los estudiantes de secundaria y universitarios estos influencers, todos hombres, en su mayoría de unos treinta años, capaces de transmitir mensajes de odio bajo una apariencia cool.
Se calcula que hay en total unos cincuenta con más de 100.000 seguidores, al servicio del discurso de extrema derecha. Como resumió con preocupación en junio Gabriel Rufián, diputado independentista catalán (ERC), “se ha puesto de moda ser fascista”.
“España llega sin duda con un poco de retraso respecto a Alemania o Francia. Pero se está formando una ola reaccionaria, y la reivindicación de valores vinculados a la dictadura franquista, como la familia tradicional, es fundamental en ella”, afirma Arnau Fernández Pasalodos, historiador de la Universidad de Málaga y autor de un ensayo innovador sobre los años de la guerra civil.
Y añade: “Los destinatarios de estos mensajes son los adolescentes varones de este país. Es la generación que sale del instituto de secundaria y que ha crecido en paralelo al auge de Vox. Les explican que los impuestos son malos, que deben valerse por sí mismos en la vida, que se necesitan líderes fuertes como Santiago Abascal, que los inmigrantes atacan a las mujeres. Y realmente creo que funciona”.
Son jóvenes que luchan contra el feminismo, contra la diversidad cultural, contra la democracia, contra cualquier forma de diversidad
En España hay muchísimos testimonios de profesores de secundaria que se sienten incómodos con la banalización de los comentarios nostálgicos del franquismo por parte de jóvenes que no han conocido nada del franquismo. “En estos vídeos de youtubers nunca se habla de la represión franquista, del exilio forzoso de los republicanos o de los campos de concentración. Doy clases de Historia en la universidad a estudiantes de 21 años, y algunos aún descubren que hubo campos de concentración en España. Imagínese entonces para los estudiantes de secundaria de 15 años...”, testimonia Arnau Fernández Pasalodos.
Un estudio del CIS, el Instituto de Investigaciones Sociológicas, publicado en 2024 y realizado a partir de una muestra de algo más de 2.000 personas encuestadas, aporta otra prueba del auge de estos vídeos en YouTube con contenidos de odio. Alrededor del 52 % de los hombres de entre 16 y 24 años se muestran totalmente de acuerdo, o más bien de acuerdo, con la afirmación de que la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres ha ido tan lejos en los últimos años que ahora equivale a discriminar a los hombres. Esto supone ocho puntos más que el conjunto de la población masculina encuestada.
Zira Box, también historiadora y autora de un libro reciente sobre la hipermasculinidad en el imaginario político franquista, matiza la importancia del discurso posfranquista entre estos “fachatubers”: “Son jóvenes que luchan contra el feminismo, contra la diversidad cultural, contra la democracia, contra cualquier forma de diversidad. En un momento de incertidumbre, recurren a la única certeza que tienen: la nación. Veo en sus discursos más rastros de ultranacionalismo, como reacción a la diversidad política que permiten las democracias liberales, que un legado directo del franquismo”.
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Hace casi quince años, España se convirtió en un laboratorio de la izquierda con el surgimiento del movimiento de los indignados del 15-M. En aquella época, los futuros dirigentes de Podemos, el movimiento de izquierdas crítico liderado por Pablo Iglesias, politizaban a la juventud española a través de programas online como “La Tuerka”. Daban batalla cultural desde la izquierda, citando a Antonio Gramsci y criticando a los medios de comunicación mainstream. En 2025, todo parece haberse invertido y son las fuerzas de extrema derecha, hoy más que nunca, las que ocupan ese terreno estratégico.
Traducción de Miguel López