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Cómo Tokio consiguió los Juegos Olímpicos de 2020

El expresidente de la Federación Internacional de Atletismo Lamine Diack.

Yann Philippin | Antton Rouget (Mediapart)

Se ha convertido en costumbre. Después de los de Río de Janeiro en 2016, los Juegos Olímpicos de 2020 se inaugurarán el 24 de julio en Tokio bajo la sombra de la corrupción. La designación del país en 2013, tras una votación del Comité Olímpico Internacional (COI), está siendo sometida ahora a una amplia investigación judicial abierta en Francia por la Fiscalía Nacional Financiera (PNF).

En diciembre de 2018, los jueces de instrucción Renaud Van Ruymbeke (sustituido por Bénédicte de Perthuis) y Stéphanie Tacheau acusaban al expresidente de la candidatura Tokio 2020, Tsunekazu Takeda, uno de los dirigentes deportivos más poderosos del archipiélago, de “corrupción activa”. Tres meses más tarde, se vio obligado a renunciar a su cargo de presidente del Comité Olímpico Japonés y miembro del COI.

Según las informaciones a las que Mediapart (socio editorial de infoLibre) ha tenido acceso, los jueces de instrucción también acusaron en marzo de 2019 de “soborno pasivo” a Lamine Diack, expresidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) y un exmiembro influyente del COI, por la adjudicación de varias competiciones, incluidos los Juegos Olímpicos de 2020 en Tokio.

Mediapart ha accedido a documentos inéditos de la investigación judicial, que revelan que Lamine Diack presuntamente se decantó abiertamente por Tokio, a cambio de que su hijo, Papa Massata Diack, conocido como PMD, recibiese presuntos sobornos.

Un informe secreto, escrito para la candidatura de Japón por alguien cercano a Papa Massata Diack, dice que el presidente de la IAAF “coordinaba” los votos de los miembros africanos del COI para apoyar a Tokio. El 7 de septiembre de 2013, unas horas antes de la votación, PMD le escribió a su padre que se debería “encerrar” a los votantes africanos “durante el receso” para evitar que votaran por Madrid. Al día siguiente de la victoria de Tokio, el jefe del grupo publicitario japonés Dentsu felicitó a Lamine Diack por su decisivo apoyo.

Los jueces sospechan que estos esfuerzos supusieron una contrapartida de 2,3 millones de dólares, pagados poco antes y poco después por el comité de Tokio 2020 a Black Tidings, una empresa offshore con sede en Singapur de la que Papa Massata Diack es “el principal beneficiario”, según la investigación judicial.

PMD, contactado por Mediapart, afirma no tener ningún vínculo con Black Tidings, de la que “no es ni accionista ni socio”. La empresa es oficialmente propiedad de un consultor de Singapur, Tong Han Tan.

Pero los jueces disponen de pruebas según las cuales Tan es el testaferro de Papa Massata Diack. El análisis de las cuentas bancarias de Black Tidings muestra que una parte significativa del dinero benefició en última instancia a PMD. Ambos hombres están implicados en otros casos de corrupción, incluyendo el blanqueo del dopaje ruso y la adjudicación de los Campeonatos Mundiales de Atletismo de 2015 a Pekín. Un alto responsable de la IAAF dijo a los investigadores que Tan era el “asistente” de Papa Massata Diack.

Se conocieron en 2009, cuando Tan formaba parte de la candidatura de Pekín 2015. Según el mismo alto cargo de la IAAF, PMD presentó entonces al singapurense al grupo japonés Dentsu. El gigante de la publicidad era dueño de los derechos de comercialización de la IAAF, pero frecuentemente cedía los derechos de comercialización a Papa Massata Diack, quien recibía comisiones con la aprobación de su padre. Así, Tan y PMD negociaron conjuntamente el contrato de patrocinio de Pekín 2015 con el grupo chino Sinopec.

Por lo tanto, en 2013, Dentsu estaba informado de los lazos especiales entre PMD y Tan. El grupo japonés también se encontraba en una situación de conflicto de intereses: era a la vez un partidario activo de la candidatura de Tokio y un socio privilegiado de la IAAF y del hijo de Diack, cuyo padre era uno de los votantes que decidiría la atribución de los Juegos Olímpicos.

En la primavera de 2013, el Comité Tokio 2020 recibió una oferta de servicios de Black Tidings, representada por Tong Han Tan. A mediados de junio, el presidente del comité, Tsunekazu Takeda, se reunió con Kiyoshi Nakamura, un ejecutivo de Dentsu, para preguntarle si debía contratar a Tan.

Nakamura recomendó encarecidamente al socio de Papa Massata Diack, a quien describió como un “lobbyista extremadamente competente”lobbyista con “influencia sobre la IAAF” y capaz de “contactar a los miembros del COI pertenecientes a la IAAF y a los miembros de la COI relacionados, lo que sería extremadamente ventajoso para la candidatura”.

Tsunekazu Takeda está convencido. Negocia con Ton Han Tan el pago de 2,3 millones de dólares a Black Tidings. El 25 de julio se firmó un contrato inicial de 950.000 dólares. Se acuerda verbalmente que el resto se abonará únicamente si Tokio gana los Juegos Olímpicos. Tsunekazu Takeda dijo a los investigadores del Comité Olímpico Japonés que desconocía por completo las vínculaciones de Tan con Papa Massata Diack.

Inmediatamente después de la firma del contrato, el padre y el hijo Diack se esforzaron por promover la candidatura de Tokio. La operación comenzó a principios de agosto de 2013 en los Campeonatos Mundiales de Atletismo de Moscú, a los que asistieron muchos miembros del COI. El 9 de agosto, Lamine Diack recibió a Tsunekazu Takeda en el Hotel Radisson y le expresó su apoyo.

El presidente de la candidatura reconoció que Lamine Diack le presentó a su hijo en Moscú. La agenda del presidente de la IAAF también menciona una reunión el 16 de agosto con Papa Massata Diack y Kiyoshi Nakamura, el ejecutivo de Dentsu que aconsejó al comité recurrir a Black Tidings.

“Tenemos que cerrar durante el receso”

El 2 de septiembre de 2013, cinco días antes de la votación, Papa Massata Diack envió a su padre un correo electrónico, que llevaba por asunto “Sol Naciente”, con un informe adjunto que le acababa de enviar el comité japonés. Este documento detalla, continente a continente, el número de votantes que Tokio cree haber convencido y enumera seis miembros del COI con los que los japoneses “necesitan ayuda”.

El 4 de septiembre, Papa Massata Diack vuela a Buenos Aires (Argentina), donde los miembros del COI decidirán entre las propuestas de Madrid, Estambul y Tokio. El 6 de septiembre, en vísperas de la votación, Lamine Diack participó, como reveló Le Monde, en una reunión que reunió a una decena de votantes africanos, a los que anunció su preferencia por Tokio. “Hubo una mesa redonda. Como nadie reaccionó, supongo que todos estuvieron de acuerdo con lo de Tokio”, declaró el presidente de la IAAF al juez Van Ruymbeke.

El 7 de septiembre, unas horas antes de la votación, Papa Massata Diack escribió a su padre para advertirle de la intervención del kuwaití Ahmad al-Fahad al-Sabah, uno de los miembros más influyentes del COI: “Parece que el jeque Ahmad está haciendo todo lo posible para que los africanos voten por Madrid. Tenemos que encerrarlos durante el receso”.

Tokio ganó la votación con 42 votos en la primera ronda, y 60 votos en la segunda ronda contra 36 para Estambul. Al día siguiente, el CEO de Dentsu agradeció a Lamine Diack su apoyo decisivo en esta victoria. Este correo electrónico de felicitación es revelador. Dentsu lo envió a Papa Massata Diack, quien se lo pasó a su padre con copia a Tong Han Tan, su supuesto testaferro y gerente de Black Tidings, la empresa contratada por el comité de candidaturas.

Al haber ganado Tokio, Black Tidings tiene derecho al resto de la indemnización prevista, a saber, 1,37 millones de dólares. El 4 de octubre de 2013 se firma un nuevo contrato con el presidente del Comité, Tsunekazu Takeda. Oficialmente, el dinero se pagó a cambio de la redacción de un informe que analizaba los resultados de la votación.

“En realidad, como señaló el comité de investigación japonés, el segundo contrato era sólo una tapadera para enmascarar los honorarios adicionales relacionados con la obtención de un voto favorable del ClO”, escribieron los jueces de instrucción en un documento al que ha tenido acceso Mediapart. Esto es, en efecto, lo que el director general adjunto del comité de candidatura dijo a los investigadores del Comité Olímpico Japonés.

Sin embargo, el informe elaborado por Black Tidings en el marco del segundo contrato es rico en enseñanzas. Este documento indica que “Lamine Diack coordinó los votos africanos y apoyó a Tokio. Incluso afirma que en marzo de 2013, algunos miembros africanos apoyaron a Estambul, pero que se animó a todos a decantarse por Tokio, en vista de la posición de Diack”, escriben los jueces de instrucción.

Contactados por Mediapart, Lamine Diack, Papa Massata Diack y Tsunekazu Takeda no han respondido. Dentsu indica que ofreció su opinión al comité sobre “varios consultores” que habían ofrecido sus servicios, sin más detalles.

Tsunekazu Takeda, llamado a declarar en 2017 por jueces japoneses por petición de magistrados franceses, dijo no haber leído entonces el informe Black Tidings, pero fue informado de que contenía “informaciones concretas y preciosas sobre las que los miembros del COI apoyaban la candidatura de cada villa”. Después de haberlo leído, el presidente del comité declaró estar “confortado" con esta opinión y estimó que “el contrato de consultoría adicional que el comité firmó con la empresa Blanck Tidings era significativo”.

En cualquier caso, fue muy jugoso para Papa Massata Diack y Tong Han Tan. Después de recibir los 2,3 millones de dólares del comité de Tokio 2020, Black Tidings redistribuyó 547.000 dólares a PMD de cuentas en Senegal. Además, la empresa compró un Porsche por 126.000 euros y pagó 230.000 euros a un notario en Senegal, abonó 65.000 euros a la agencia de viajes utilizada por el hijo de Diack y se hizo cargo de una factura de 72.000 dólares en una joyería de Dubái. Tong Han Tan recibió 140.000 dólares de Black Tidings.

La investigación realizada en 2016 por el Comité Olímpico Japonés (COI), llevada a cabo por dos abogados y un contable, puso de manifiesto que los contratos con Black Tidings eran legales, ya que los dirigentes del comité dijeron que no sabían que la compañía estaba relacionada con el hijo del presidente de la IAAF. Por lo tanto, los pagos sólo podrían constituir un posible “soborno privado”, que no es punible por ley en el archipiélago.

La Justicia japonés ha llegado a la misma conclusión. Por lo tanto, no ha llevado a cabo ninguna investigación y ha realizado los actos de investigación solicitados por los jueces franceses sin recurrir a la obligación, sobre la base de la buena voluntad de las partes interesadas.

Tras la victoria de la candidatura de Tokio en septiembre de 2013, el comité se disolvió, como viene siendo habitual. Pero sus dirigentes se han cuidado de limpiar el desastre. Según el informe de la investigación del COI, la información almacenada en los ordenadores fue “destruida”, así como los “documentos de papel”, con la excepción de la “información esencial”. Posteriormente, “cada ordenador personal fue destruido por un operador comercial externo”. Nunca se es demasiado prudente.

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Traducción: Mariola Moreno

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