“Virgencita, virgencita, que nos dejen como estamos”. “Ministras, ministras, dejadnos como estamos”. Eso es lo que exclaman todos los pensionistas y jubilados cuando las ministras, los grandes del IBEX 35, los analistas y medios de comunicación “pagados” por ellos, nos quieren convencer de que
los 1.080€ de pensión mínima son imposibles y de que la
sostenibilidad de las pensiones es un fiasco que no nos podemos permitir. “Que no hay dinero”, fanfarronean los expertos económicos del neoliberalismo y de la socialdemocracia. Y mientras ellos no hacen nada al respecto, la precariedad llena los bolsillos de millones pensionistas. Pero sí lo hay: “Hay dinero; no es una cuestión técnica sino de
voluntad política, que no la tienen”. Los políticos deben encontrar otras maneras de financiar las pensiones, ya que con los sueldos precarios de hoy en día es imposible llenar la hucha de las pensiones que vaciaron en su momento. Y el futuro de las pensiones públicas cada vez es más negro.
Una ministra, Valerio, la de Trabajo, dice que
las pensiones se revalorizarán según el IPC real. Pero otra ministra, Calviño, la de Economía, le responde que “nanay de la china”, que se opone a fijar exclusivamente las pensiones al ritmo de IPC, que hay otras cosas más que contemplar. Parece que pertenecen a dos gobiernos distintos, que no van a la misma escuela, que no asisten al mismo Consejo de Ministros. El caso es que una, para llevarse bien con sus
coleguis del FMI y en el Ecofin de la UE, dice lo que estos le dictan. Por el contrario, Valerio en el Pacto de Toledo ratificó lo que los pensionistas querían oír.
Ante esta indecisión de los
sociatas, los pensionistas no se fían. Y le dicen al Gobierno de
Pésanchez, que se aclare, y que “le apretarán” en la defensa de unas pensiones dignas. O sea, que seguirán las movilizaciones, luchando, gobierne quien gobierne.
Y es que los colectivos de las plataformas, movimientos sociales y coordinadoras regionales y estatales de jubilados y pensionistas, temen que estas concesiones de cara a la UE y al FMI van encaminadas a aceptar que tengamos unos fondos privados de pensiones, o un modelo mixto (poca pública y más privada, según pagues). Tampoco aceptan los planes de pensiones de empleo (EPSV).
Por eso, el FMI y los mercados financieras
gritan hasta desgañitarse que no haya revalorización según el IPC, puesto que no hay dinero y es muy caro (en el futuro, año 2050, supondrá más de 45.000 millones de euros). Nos meten ese miedo para que nos hagamos pensiones privadas –o mixtas– y destruyamos la esencia del sistema público de pensiones. Eso es lo que también exigen a
Pésanchez los socios nacionalistas e independentistas (PDeCAT, PNV), además de la oposición (Cs y PP) y algunos
sociatas del ala neoliberal.
La ministra de Economía cree que hay tener en cuenta otros aspectos a mayores, no sólo la inflación anual, pero para arañar derechos. Por ejemplo, las sostenibilidad de las pensiones dependerá más o menos de la demografía. Los expertos auguran que la población en España crecerá hasta los 50 millones en 2050 gracias a la inmigración y la natalidad. También se sopesará el nivel del salario, del empleo, de los años cotizados.
Y la otra ministra, Valerio, pide que eso sólo sea para ayudar más a la sostenibilidad de las pensiones, no para mermarlas.
Para más confusión, Montero, ministra de Hacienda, interviene dando la razón a las dos compañeras. Esto es la ambigüedad del Gobierno de
Pésanchez. Que las compre quien les entienda –a las ministras–. Pero parece que están más en el frívolo y engañoso juego de las palabrejas, y no en el cumplimiento serio de los compromisos.
Las pensiones puedan mejorarse incluso más allá del IPC si la evolución del PIB y de los salarios es favorable, pero en ningún caso si ocurriera lo contrario. Y no descartamos que en el futuro –ya desde mañana mismo– haya que explorar
otras vías de ingresos, otros recursos financieros alternativos: más cotizaciones (o sea más empleo y mejores sueldos), más impuestos especiales. Y que las pensiones se incluyan en los Presupuestos Generales (blindadas, sin ambigüedades, en la Constitución como derecho fundamental) para garantizar la sostenibilidad del poder adquisitivo de todos los pensionistas.
El PSOE debe promover la derogación de las reformas laborales y de pensiones de 2011 y 2013, para que así se difumine el factor de empobrecimiento (el actual 0,25 % anual).
Pero si sigue esta indefinición e incoherencia en el Gobierno de
Pésanchez, puede volverse en su contra en las próximas convocatorias electorales de 2019. Son muchos millones los pensionistas y jubilados indignados y engañados que seguirán luchando gobierne quien gobierne.
Ángel Lozano Heras es socio de infoLibre
Respecto a las pensiones lo primnero que hay que hacer es huir del concepto sostenibilidad. ¿Es sostenible la sanidad, la educación, las fuerzas armadas, los ayuntamientos....? Nadie se hace esa pregunta, sin embarso si se hace respecto a las pensiones.
Las pensiones son un derechos inalienable de los ciudadanos que han trabajado toda su vida y por ende han contribuído al desarrollo social y han trabajado los que han cotizado y otros muchos que sin cotizar han trabajado mucho y estoy pensando fundamentalmente en las mujeres, todas las que han trabajdo en sus casas o en casas ajenas sin que nadie las diera de alta, ellas han colaborado igualmente al desarrollo del país y tienen derecho no por cotizantes, sino porque un país decente debe preocuparse por asegurar que sus mayores tengan una vida digna.
Afortunadamente los mismos ciudadanos que se movilizaron para traer la democracia y los derechos sociales en el tardofranquismo y en la transición han vuelto a la calle para defender aquellos derechos que conquistaron en su día y sería bueno y una gran muestra de solidaridad intergeneracional que a esos ciudadanos se unan sus hijos y sus nietos, pues ellos también serán beneficiarios de las mejoras sociales que se obtengan con la lucha.
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Es verdad que una pensión no es un salario. Es más un derecho adquirido después de una vida laboral, pagando impuestos y cotizando. Por eso debe estar exenta de volver a pagar IRPF, pues ya se trizo anteriormente. Es injusto …Los jubilados no son ya trabajadores; lo fueron y tributaron. Pero otra cosa es que se pague un canon solidario para aportar a la hucha de la Seguridad Social.
Y también recuerdo eso que se oye mucho por ahí, por ejemplo, sobre los ingresos para financiar pensiones: si suprimiesen las clases de Religión en las Escuelas públicas (y en las concertadas las pagase el propio patrón del colegio o los padres), aumentaría esa “hucha” de la pensiones en casi 5.000 millones de euros.. Ahí es “ná”…
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Yo creo que los pensionistas deben pagar IRPF como todo ciudadano, estamos de acuerdo que la pensión no es un salario, pero si es renta y por tanto debe estar sujero al impuesto.
Una de las cosas que nos hace ciudadanos es nuestra aportación al fondo común de la nación, aportamos lo que nos toca y exigimos nuestros derechos.
La utopía sobre impuestos se resume en la frase "pagar según nuestras posibilidades y recibir según nuestras necesidades"
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Lo dicho Ambón, los pensionistas IRPF no, porque no es salario ni trabajo.. Pero canon de solidaridad con ellos, sí,
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