Cataluña

La votación definitiva de la CUP termina en empate y deja en el aire el futuro de Artur Mas

Asamblea de la CUP

La división en la CUP sobre si investir o no presidente a Artur Mas para continuar con el proceso de independencia de Cataluña llegó a su punto álgido este domingo. La votación que debía servir para que las bases de la formación decidieran sobre su posición al respecto terminó con un empate exacto a 1.515 votos entre los partidarios de facilitar la investidura de Mas y los que se oponen a ello, un resultado que deja la decisión en manos de la dirección de la CUP y no despeja las dudas sobre el futuro del todavía presidente de la Generalitat y la posible repetición de las elecciones, que quedarían convocadas automáticamente el día 10 de enero si para entonces no se ha elegido un nuevo Gobierno.

La Asamblea Nacional de la CUP reunió este domingo en Sabadell a cerca de 3.000 militantes de la formación, que votaron en tres rondas la posición que sus diputados deben manenter en sus negociaciones con la coalición Junts pel Sí. Ya en las dos primeras rondas –que sirvieron para descartar sendas opciones– el resultado fue muy ajustado: en la segunda votación, por ejemplo, el 49,7% de los militantes dijo no investir a Masno y también a la oferta de la coalición de establecer un Gobierno con cuatro macroconsejeros con los que Mas compartiría el poder, mientras que el 48,7% abogó por hacer presidente al líder de CDC y aceptar su propuesta. Apenas un 1% abogó por facilitar el nombramiento de Mas sin asumir la propuesta de Junts pel Sí.

La primera votación entre cuatro opciones había arrojado un resultado igual de ajustado: un 47% de los asistentes votó por rechazar a Mas y la oferta de la coalición, mientras un 45% se inclinó por investir presidente al candidato de Junts pel Sí aceptando su oferta; poco más de un 1% de los militantes apostó por rechazar la figura de Mas e instar a Junts pel Sí a negociar con otras fuerzas un acuerdo que la CUP viese suficientemente aceptable como para abstenerse en la votación de investidura. 

La tercera y definitiva votación, la que acabó con un empate a 1.515, contempló únicamente dos alternativas: el sí al acuerdo con la coalición y la investidura de Mas, o el rechazo al presidente y a la oferta de la coalición.

La CUP pide a Junts pel Sí una nueva oferta

Así las cosas, será el Consell Nacional –máximo órgano entre asambleas de la CUP– que se celebrará el próximo 2 de enero el que decida qué respuesta ofrecerán finalmente los 10 diputados de la formación –que también estarán presentes en la reunión– a la oferta de Junts pel Sí. Tal y como explicó el líder de la CUP en el Parlamento, Antonio Baños, las asambleas territoriales del partido se reunirán antes de esa fecha para decidir qué postura adoptar en la reunión de este órgano, compuesto por 60 representantes de todos los territorios en los que está presente el partido.

La principal línea roja de Junts pel Sí es que Mas sea presidente, si bien en su oferta la coalición ha aceptado que esté acompañado por tres macroconsejeros, que serían la actual vicepresidenta, Neus Munté; el líder de ERC, Oriol Junqueras; y el número 1 de la lista por Barcelona de Junts pel Sí en las pasadas elecciones, Raül Romeva. Esta presidencia a cuatro estaría diseñada para pasar de "un modelo autonómico a la república catalana", como indicó hace unos días Romeva. La oferta, además, incluye un plan de medidas urgentes de carácter social vinculado a la aprobación de unos presupuestos para el año que viene, si bien muchos militantes de la CUP han tachado estas medidas de insuficientes en la Asamblea de este domingo.

La cúpula de la CUP compareció en rueda de prensa tras conocerse el empate en la tercera votación, una comparecencia en la que los dirigentes no admitieron preguntas. La número dos de la formación en el Parlament, Anna Gabriel, pidió a Junts pel Sí "generar una nueva propuesta" que satisfaga a los militantes anticapitalistas y permita deshacer la "aritmética diabólica", en palabras de Baños, que ha conducido al empate en la votación. "Nosotros creemos que la construcción de la republica catalana sólo se puede hacer a través de la participación popular, la asamblea y el voto, y no tenemos miedo a que las decisiones las tomen 2.000, 3.000 o 4.000 personas", se enorgulleció Baños.

División en la CUP

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Tal y como quedó reflejado con claridad, la CUP se encuentra dividida entre aquellos que desean investir a Mas y los que priorizan el programa social de izquierdas de la formación ante la cuestión nacional. El partido está muy influido por la postura de varias organizaciones de su órbita, fundamentalmente dos: Endavant –a la que pertenece Anna Gabriel–, proclive a no hacer a Mas presidente y seguir presionando para aplicar políticas sociales de izquierdas, y Poble Lliure –cuyo representante más conocido es Albert Botrán, portavoz de la CUP en el Parlament–, que se ha mostrado más dispuesta a investir a Mas a disgusto para avanzar en el proceso de independencia.

Además de estas organizaciones, en la órbita de la CUP también se encuentran otras formaciones con menor implantación pero que también se han pronunciado, como Arran, la organización juvenil del partido. Este colectivo es contrario a investir a Mas como presidente, y expresó su posición de forma muy clara a través de un comunicado titulado "Hasta nunca, Mas", que publicó días antes del debate que celebró a finales de noviembre la CUP para conocer la opinión de sus bases sobre las negociaciones con Junts pel Sí.

La división entre los partidarios de rechazar a Mas y quienes aceptan al presidente para que el proceso de independencia avance se hizo patente incluso desde el inicio de la Asamblea de la CUP, ya que un 42,37% de los cerca de 3.000 asistentes ha solicitado que el voto fuese secreto y en urna, en lugar de a mano alzada, como estaba previsto. Los estatutos del partido marcan que las votaciones tienen que hacerse de esta forma si lo solicita al menos un 25% de la militancia, por lo que se han instalado 50 urnas.

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