39º Congreso Federal del PSOE

Los socialistas buscan la unidad en su congreso para gobernar "cuanto antes" desde la izquierda

Sánchez, secretario general del PSOE, este sábado.

Minutos antes de las once de la mañana, una gran ovación recibió a Pedro Sánchez en el plenario del Congreso Federal del PSOE. El secretario general llegó acompañado de Cristina Narbona, Adriana Lastra y José Luis Ábalos, que serán presidenta, vicesecretaria general y secretario de Organización del partido respectivamente. Entre aplausos subió al escenario, y se escucharon algunos gritos de "presidente, presidente".

Ya en el patio de butacas, abrazó a José Luis Rodríguez Zapatero y Ángel Gabilondo. Asistieron también Alfredo Pérez Rubalcaba y Joaquín Almunia. Los ex secretarios generales entraron juntos al recinto y también fueron aplaudidos. Felipe González no acudió, pero envió un vídeo donde puso deberes a Sánchez: hacer del PSOE la primera fuerza política de España.

Sánchez se hará este fin de semana con el control del partido, casi ocho meses después de dimitir y tras meses con el PSOE en manos de una comisión gestora que este sábado no se manifestó. El presidente de la dirección interina, Javier Fernández, asiste al cónclave, pero ni tomó la palabra ni presentó un informe de gestión, como es tradición. La primera intervención en la apertura corrió a cargo del líder de los socialistas castellanoleoneses y presidente del Congreso Federal, Luis Tudanca, afín a Sánchez, aunque en la campaña de primarias adoptó un perfil bajo.

"El PSOE está en pie, más fuerte y decidido que nunca a ocuparse de la gente y ocupar su sitio, la izquierda. La izquierda responsable, de gobierno, dialogante, pero la izquierda. Que tiene palabra y la cumple", proclamó Tudanca, que llamó al partido a abanderar la causas de los trabajadores, los jóvenes "obligados al exilio", los mayores con pensiones "indignas", los dependientes, de la igualdad, el feminismo, la "convivencia entre territorios" y de la "Europa de los ciudadanos". "Ofrezcamos un nuevo proyecto político y esperanza", resumió.

Tudanca llamó también a la unidad: "Salgamos más unidos que nunca, tan compañeros como siempre". Porque el PSOE, razonó, necesita "todas las manos, todos los militantes" para avanzar, y también dejar atrás "cualquier lamento", porque no tiene "derecho" a "perder ni un minuto más". "Aprovechemos esta oportunidad con la cabeza puesta en el futuro de un próximo gobierno socialista". El objetivo, concluyó, debe ser "gobernar cuanto antes este país".

Sindicatos y líderes internacionales

El Congreso Federal quedó por tanto constituido hacia las once de la mañana, con una hora de retraso sobre el horario previsto, al haberse acreditado 941 delegados, el 90,92% del total. La Mesa del cónclave está presidida por Tudanca, e incluye también a Idoia Mendía como vicepresidenta, a Rafael Garcia como Secretario de Actas; Pilar Diaz Romero, como secretaria de Actas y a Roldán Juez, para la secretaría de Notas.

Tras el saludo de Tudanca llegaron los mensajes de líderes internacionales y sindicales. Especialmente celebrada fue la intervención de Gianni Pitella, presidente del grupo de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo. Pitella intervino en italiano, pero contagió con su entusiasmo a los delegados. Elogió el "coraje" de Pedro Sánchez y saludó "con mucho afecto" a Susana Díaz y Patxi López. "Unidad, unidad", proclamó. La consigna fue coreada por algunos delegados. El dirigente denunció el avance de la desigualdad, afirmó que los socialistas son la izquierda y añadió: "El socialismo es una idea que no muere".

También envió un vídeo el primer ministro de Portugal, António Costa. "Somos más necesarios que nunca en Europa y Europa en el mundo", dijo el dirigente luso, que apeló a la necesidad de hacer frente al cambio climático y defender los valores socialdemócratas en un momento "en el que se quieren construir muros".

En representación de CCOO y UGT intervinieron Ignacio Fernández Toxo y Pepe Álvarez, respectivamente. Fernández Toxo felicitó a los socialistas por su "éxito de participación" en las primarias y llamó a "reconstruir un discurso de la izquierda" para impedir que siga avanzando la desigualdad, derivada, "especialmente", de la reforma laboral de 2012. "Esperemos un PSOE que se renueva y renueva también su política. Hay que trabajar para echar del Gobierno no sólo al PP, sino a las políticas neoliberales", concluyó.

Alvarez, por su parte, afirmó que los militantes "han situado al PSOE en el futuro" pese a que muchos creían que era "cosa del pasado". El dirigente sindical prometió defender las causas del ecologismo y el feminismo, y lanzó un mensaje de reivindicación de la memoria histórica. En materia económica, reclamó la derogación de "las reformas laborales", en referencia a la del PP y también a la aprobada por Zapatero. "Necesitamos un PSOE fuerte, unido, en primer línea, con capacidad de movilización y respuesta", dijo finalmente.

Díaz deja decidir a Sánchez

Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía y que perdió en las primarias ante Sánchez, insistió a su llegada al cónclave en que "no hay una mayoría alternativa" para echar de la Moncloa a Rajoy, que es lo que ella lleva "meses repitiendo antes y durante las primarias". Preguntada por los nombres de la ejecutiva que ya se conocen, se limitó a decir que le va a "parecer bien" lo que decida Sánchez. Los críticos con el secretario general han dado un paso atrás en las últimas semanas y le dejarán hacer.

El otro rival de Sánchez en las primarias, el exlehendakari Patxi López, que también tendrá asiento en la ejecutiva del nuevo secretario general, dijo por su parte que el congreo debe servir para "recuperar un PSOE fuerte y unido" que se centre en "hablar de las cosas que importan a la gente" y salga con un "proyecto de izquierdas que conecte con la mayoría progresista".

Óscar Puente —alcalde de Valladolid y que será portavoz de la dirección del partido—, aseguró que la "etapa de las baronías" es un "paréntesis" en la historia del PSOE que "se cierra este fin de semana". Agregó, además, que la nueva ejecutiva "no será de integración", sino "homogénea y en torno a una idea". Puente añadió que "la integración que se tiene en la cabeza es la del reparto de cuotas en función de territorios y de candidaturas", y que eso no se dará.

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, comentó por su parte que ve fácil que todo el PSOE acepte el concepto de plurinacionalidad que Pedro Sánchez quiere introducir en la Constitución porque la nación es un sentimiento y los "diversos sentimientos nacionales que hay en España" tienen que ser recogidos en la Carta Magna. "Encontraremos la fórmula más adecuada para hacerlo", confió Iceta a su llegada al congresos socialista. 

La mayoría de barones socialistas se pronunciaron igualmente al llegar al congreso del partido. El castellanomanchego Emiliano García-Page destacó que se ha propuesto que no haya "mal rollo" a la "primera de cambio", y que ahora se centrará en "apoyar con toda tranquilidad y dignidad" a Sánchez. El extremeño Guillermo Fernández Vara lanzó una advertenia al apuntar que "ni la soberanía popular ni la unidad de España" pueden estar en juego. Y la balear Francina Armengol, única presidenta socialista que no estuvo alineada con Susana Díaz, consideró que el liderazgo de Sánchez está "muy consolidado".

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En el Congreso Federal de este fin de semana, el PSOE dejará todo el poder en manos de Pedro Sánchez y su equipo. El secretario general ha diseñado una ejecutiva a su medida, en la que se ha rodeado de fieles y donde los únicos gestos de integración son —a falta de que se cierren los últimos nombres— la entrada de Patxi López como responsable de Política Federal y la del extremeño Guillermo Fernández Vara —con voz pero sin voto— como presidente del Consejo de Política Federal.

Sí se espera integración —o esa es la intención que han manifestado los sanchistas y que han reclamado sus críticos—, en cambio, en la lista del Comité Federal, máximo órgano entre congresos cuya composición se renueva parcialmente este fin de semana —el resto de miembros los eligen los congresos de las federaciones, que se celebrarán antes de septiembre—. Tanto la nueva dirección como los nombres que entrarán en el comité se conocerán, en principio, a lo largo del sábado, y se aprobarán el domingo.

Durante este sábado, además, los socialistas debatirán sobre su hoja de ruta política, económica y orgánica para los próximos años en tres comisiones. Sánchez tiene garantizado el voto de más de la mitad de los delegados, con lo que podrá modificar la ponencia marco a su gusto. Para el domingo queda la citada votación de la ejecutiva y el Comité Federal y la clausura, en la que sólo intervendrá Sánchez ante unos 8.000 militantes. Un baño de masas para el nuevo secretario general.

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