En política, mejor lo bueno por conocer Ángela Rodríguez Pam

Ahora mismo, a un chico/chica de 25 años el panorama que le hemos dibujado es el siguiente: tu vida va a ser precaria, en muchos sentidos. Vas a trabajar mucho, difícilmente en lo tuyo; a duras penas vas a llegar con un único sueldo para poder ser independiente. Tendrás que compartir casa con gente de tu edad o mayor durante mucho tiempo, independizarte será una quimera con la que soñarás cada noche. Comprarte una vivienda será misión imposible si vives y trabajas en algunas de las zonas que hemos definido como “tensionadas”, un eufemismo para decir que están por las nubes; que hemos especulado de nuevo con la vivienda y la hemos convertido en algo inalcanzable para sueldos medios. Y, para colmo de males, ahora nos descolgamos con un estudio en el que te decimos que, en el caso más que remoto de que llegues a percibir una pensión de jubilación, si quieres cobrar lo que te pertenece tendrás que trabajar hasta los 71 años. ¡¿En serio?!
Yo soy ellos y digo que, por favor, me bajo de esto. Decirles que, como van a incorporarse tarde al mercado laboral, vivirán únicamente para trabajar, y, encima, vivir mal es una condena. Jubilarte con 71 años es un horizonte deprimente. Por mucho que nos empeñemos en repetir ese maldito mantra de que “los 50 de ahora son los 40 de antes” y así sucesivamente conforme vamos subiendo de décadas. No, los 70 de ellos no serán los 60 de ahora. El cuerpo, las ganas, la cabeza, las fuerzas, el cansancio, no son los mismos. Y aunque fuera así, ¿qué tipo de vida y de futuro es plantear que nunca podrás dejar de trabajar y que podrás jubilarte cuando seas un anciano/a? ¿Cuándo vas a empezar a vivir?
El momento es tan crítico que deberíamos ser escrupulosamente justos en cómo gestionamos ahora mismo lo público
Luego nos echamos las manos a la cabeza cuando vemos que compran discursos populistas y erróneos de partidos o influencers que les dicen que pagar impuestos es una estafa, que hay que cambiar el sistema, que hay que dinamitarlo todo para volverlo a levantar, a imagen y semejanza de ideales que te ponen los pelos de punta. Es el mejor caldo de cultivo para todos los populismos que estamos hartos de combatir.
En serio. Por muy sensato o sensata que sea la criatura, por muy cabal y ordenada mentalmente, no le estamos dando ni una pizca de esperanza en ese futuro en el que ha empezado a echar a andar. Ya comienzan a saber lo que supone ganar un sueldo y lo que ese sueldo da de sí, cómo deben gestionarse los gastos: saber que, si sales hoy, mañana tendrás que ahorrar de otro lado; que el sueldo no se puede estirar como un chicle y que la vivienda, el vivir, el día a día, se come gran parte de tu salario, ese que ganas con muchas horas de trabajo, de esfuerzo… Que te levantas todos los días a las 6.30 de la mañana, te metes una hora de transporte público para ir a trabajar, estás 8 horas y, vuelta a casa, en otra hora perdida de transporte público… Y así, te dicen ahora, estarás hasta los 71, ¡venga hombre!
Y luego, claro, leen que los que tienen que decidir y planificar sobre su futuro, los políticos, se han dedicado más bien a meter la mano en la caja y a robar, a enriquecerse.
El momento es tan crítico que deberíamos ser escrupulosamente justos en cómo gestionamos ahora mismo lo público, los recursos, para no dejarles una herencia y un futuro desolador a nuestros hijos, a los que vienen por detrás.
Lo más...
Lo más...
LeídoSumar avisa al PSOE de que la comparecencia de Sánchez decidirá el rumbo de la legislatura
Diego HernándezTellado corrige a Ester Muñoz y asegura que gobernar en solitario es un "compromiso" de Feijóo
Marta Monforte JaénMoralidades
Diego A. Manrique: "El periodista musical no puede rebajarse a la banalidad de los influencers"
Escribir con tres dedos
¡Hola, !
Gracias por sumarte. Ahora formas parte de la comunidad de infoLibre que hace posible un periodismo de investigación riguroso y honesto.
En tu perfil puedes elegir qué boletines recibir, modificar tus datos personales y tu cuota.